Xalapa, Ver.- Desde hace 10 años, Julio César Báez Ortega se esfuerza por mantener viva la tradición de El Viejo. Tras celebrar la Navidad, el empresario y padre de familia coloca en la entrada de su negocio un muñeco relleno de papel periódico que es quemado el último día del año.
En esta ocasión, el viejo fue ataviado con una sudadera negra, jeans y tenis grises. Mientras se sostiene de una puerta vieja de automóvil. El muñeco cuida de cerca un paquete con seis cervezas. "La tradición sigue viva tanto en la familia como en el negocio", explica.
En entrevista, cuenta que las más entusiasmadas con la elaboración del Viejo son sus hijas, dos niñas de 13 y 4 años que ayudan a formar y colocar la figura que simboliza el año viejo. El empresario advierte que para evitar riesgos el viejo de la familia está relleno sólo de papel periódico y que la quema se realizará en esta ocasión en el puerto de Veracruz, lugar en el que irán a celebrar el fin de año. "No lo llenamos de cuetes (...) como la familia de mi esposa es de Veracruz él viaja con nosotros y allá lo quemamos", señala.
En tanto llega su hora de ser convertido en cenizas, el viejo recibe a los clientes del negocio de Materiales para Construcción y Autolavado Willys. Como está a pie de calle, niños y adultos detienen su paso para observarlo.
Para Báez Ortega se trata de una tradición que se debe preservar ya que simboliza el dejar atrás todo lo que se pasó en el año y recibir uno nuevo. Sin embargo, advierte que cada vez son menos los viejos que pueden observarse en las calles.