Xalapa, Ver.- Al referirse a la fiesta de la Sagrada Familia, la Arquidiócesis de Xalapa afirmó que los esposos tienen el derecho y la obligación de la paternidad responsable, para recibir a sus hijos en forma responsable y amorosa puesto que se es padre y madre, no solo engendrando la vida físicamente, sino también protegiéndola, cuidándola y alimentándola.
El vocero José Manuel Suazo Reyes refirió que la Sagrada Familia está integrada por San José, la Virgen María y Jesús, y ellos son el modelo para toda familia, "por eso este domingo consagramos de un modo especial a todas nuestras familias a Jesús, José y María".
Señaló que la familia de Nazareth es un ícono para todas las familias y como en todos los hogares, también en la familia de María y José, hubo gozos, alegrías y satisfacciones, pero también momentos críticos, situaciones de preocupación y de sufrimiento.
"A la luz de la fe, la familia cristiana reconoce que su existencia se debe a la voluntad creadora de Dios. Esto significa que la familia no es el resultado simplemente de una convención humana para que un hombre y una mujer vivan juntos", añadió.
Explicó que la Sagrada Escritura desde sus primeras páginas enseña que Dios creó al hombre y a la mujer para que formaran una comunión plena de vida y constituyeran una familia.
“Dios Creó al hombre y a la mujer, los bendijo y les dijo sean fecundos y multiplíquense'. 'Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer'. En estos elementos bíblicos se fundamenta la vocación de la familia cristiana que empieza con el sacramento del matrimonio".
Añadió que gracias al sacramento matrimonial, hombre y mujer empiezan a formar una familia que por la bendición de Dios se proyectan en el mundo como una pareja santificada.
"La gracia redentora de Cristo se ofrece a los esposos cristianos y los hace capaces de un amor genuino, en la donación recíproca y completa, superando así el egoísmo que se anida en el corazón humano y que es la más grave amenaza en una vida de pareja".
Expuso que los esposos cristianos están llamados a amar como "Cristo, con un amor desinteresado, oblativo hasta el extremo de dar la propia vida por la persona amada en recíproca fidelidad".