Catemaco, Ver.- Tras 30 años de ausencia, la especie de la tortuga Laud, la más grande de este tipo de reptiles marinos, regresó a costas veracruzanas. En Catemaco fue visto un ejemplar hembra y en El Raudal, Nautla, se encontraron rastros de su recorrido en la playa; en ambos lugares dejaron nidos.
De acuerdo con Ricardo Yépez Gerón, director de la Fundación Yépez, tan sólo en el campamento tortuguero en El Raudal quedaron bajo custodia 86 huevos de esa especie, identificada como en grave peligro de extinción.
En Catemaco, una tortuga Laúd fue descubierta por integrantes del campamento Tortuguero Capulteolt, quienes la vieron llegar y establecer su nido.
Mientras tanto, en El Raudal, el personal de la fundación Yépez se asombró al ver huellas de tortuga gigante, de más de dos metros de longitud, y al seguir el rastro encontraron un nido con huevos, que de inmediato quedaron bajo protección.
La drástica disminución de la especie Laúd, según investigadores, se debe al cambio climático, sin embargo, de acuerdo con Ricardo Yépez Gerón la cacería desmedida contribuyó en gran medida para llevarla al borde de la extinción, pues su aceite era utilizado como combustible y tenía gran demanda, tal como ocurría con las ballenas.
Las crías de la especie Laúd corren el mismo peligro que las demás especies de quelonios a partir de que salen del cascarón. Los depredadores naturales pueden incluso evitar que lleguen al mar y tendrían que pasar al menos 30 o 40 años para que regresen en su edad adulta al lugar adonde nacieron.
La tortuga Laúd, tinglar o baula, es una especie de reptil de la familia Dermochelyidae, además de que es la mayor de todas las tortugas marinas y puede alcanzar una longitud de 2.3 metros y un peso de más de 600 kilogramos, la de mayor peso que ha sido registrada fue un macho de 916 kilos.
EXTINCIÓN
La drástica disminución de la especie Laúd se debe al cambio climático, sin embargo, la cacería desmedida contribuyó en gran medida para llevarla al borde de la extinción.