Veracruz, Ver.- En medio de cadáveres, algunos accidentados, ahogados, otros en descomposición, Luz María Radari Pólito Ramírez ejerce su trabajo como médico perito forense en la Fiscalía Regional del estado de Veracruz en la delegación de los Servicios Periciales de Minatitlán.
Desde el inicio de la contingencia por Covid-19, la doctora Luz María no ha dejado de trabajar un solo día y aunque de por si tomaba sus precauciones al momento de realizar las necropsias, extremó medidas a raíz de la pandemia, más aún como madre de una pequeña de apenas dos meses.
Reconoció que aunque siempre se está con el pendiente de un posible contagio lo mejor es no enfocarse en el miedo y llevar a cabo todas las medidas recomendadas por las autoridades.
“Si es un poco difícil en esta contingencia, siempre estás con el pendiente, pero es un trabajo que hay que realizar, no se puede hacer a distancia hay que hacerlo presencialmente, pero si tenemos que tener mucho cuidado porque nunca sabes si alguna persona que llega a atenderse por lesión tuvo Covid o cuál es su estado, es un riesgo, pero así es el trabajo”, explicó en entrevista vía telefónica.
Relató que el trabajo no es fácil, al contrario, es muy demandante por lo que debe de portar siempre el cubrebocas, careta, guantes y desinfectante por la relación que tiene con las personas que llegan lesionadas.
Además de que debe desinfectar toda la documentación que llega para evitar cualquier posible contagio.
“Trabajamos con todas las medidas de prevención, el uso de cubrebocas, careta, aplicación de gel, tenemos nuestro tapete para desinfectar el calzado, toallitas desinfectantes, desinfectante en aerosol para limpiar todos los documentos que nos envían, ponemos la silla a metro y medio de distancia para poder revisar a los lesionados”, explicó.
En cuanto a la realización de las necropsias, se utiliza una vestimenta especial llamada tyvek que es un traje de seguridad industrial que protege contra cualquier agente químico, además de doble guante, doble cubrebocas y careta.
“De por sí contábamos con material especial y cada mes nos mandan equipo, además de que yo también compró algunas cosas que me van haciendo falta, como toallas y gel que es lo que más usamos y a cada rato”, dijo.
Una vez que termina la jornada laboral antes de llegar a casa se retira el calzado para limpiarlo, desinfecta su ropa y se mete a bañar para poder abrazar a su pequeña.
“Al final de mi día cuando regreso a casa siempre dejo el calzado afuera, me desinfecto con el sanitizante y directo al baño para estar limpia y poder abrazar a mi bebé y estar con ella, mi bebe tiene apenas dos meses de vida y quiero cuidarla”, agregó.
Comentó que previo a la programación de su cesárea el médico le solicitó la prueba de Covid-19 y para su sorpresa resultó como un caso positivo asintomático por los anticuerpos.
“Trabaje hasta la semana y durante mi embarazo si hubo contagio por Covid, pero fue un caso asintomático, febrícula de un día, pero no hubo contagios para la bebe ni a nadie de mi familia por fortuna”, indicó.
Actualmente pocos médicos se especializan en el área de la medicina forense y mucho menos es interesante para las mujeres debido a la gravedad y exposición de algunos cuerpos en el momento de la necropsia.
“Lamentablemente hay pocos médicos que les gusta ser médicos peritos forense y también pocas mujeres, en la zona sur si hay varias, pero en la zona centro hay más médicos hombres”, señaló.
Aunque ya está muy acostumbrada al trabajo de necropsias se sensibiliza mucho cuando se trata de casos donde se involucra a menores, desde su atención en casos de presunto abuso hasta la muerte originada por accidentes, ahogamientos u otros.
“Hay casos que te llegan que son bastante difíciles y más cuando eres madre de familia cuando se trata de niños, estos te mueven los sentimientos, principalmente muerte de bebés o los abusos hacia niños y niñas pequeñas”, relató.
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