Veracruz, Ver..- A cuatro meses de que 11 familias resultaran afectadas por un rayo que destruyó sus viviendas en la Reserva Tarimoya de la ciudad de Veracruz, las personas se han sostenido económicamente de la venta de la ropa y zapatos que les fue donada en la tragedia del pasado 22 de agosto, así como la venta de comida.
Con la pérdida de sus casas, las familias perdieron sus artículos personales, sus documentos e incluso sus trabajos, porque después de que se quemaran las humildes viviendas hechas de madera, palos y algunas láminas, se llevaron días con los trabajos de limpieza y la construcción de las nuevas moradas que se lograron edificar gracias a que la gente donó materiales para volverlas a levantar.
De acuerdo con Balbina Barrera Romero, una de las afectadas, levantar sus viviendas, recuperar los bienes materiales y regresar a sus anteriores vidas, les ha llevado tiempo.
“Yo en el incendio perdí mi fuente de empleo porque tenía yo una vulcanizadora con todos los materiales, gato, compresor y se me fue todo, tiene como ocho días que pude comprar unas llantas para venderlas y me regalaron un pequeño compresor para levantar mi negocio, pero ha sido difícil volver a empezar de nuevo”, comentó.
Mencionó que la mayoría de las familias que habitan esta extensión de terreno de manera irregular han logrado subsistir vendiendo la ropa que les fue donada en la tragedia.
“Nos dieron muchísima ropa y hacemos bazares para ganarnos unos pesos, porque en mi caso, yo había perdido mi trabajo y las demás personas también perdieron sus trabajos porque después de eso, fueron vueltas al municipio para recuperar papeles además de las labores de limpieza y como somos irregulares no queríamos movernos del lugar para que no nos fueran a quitar”, dijo.
Érika Domínguez, otra afectada, comentó que anteriormente tenía un pequeño puesto de comida y en el incendio también lo perdió todo, por lo que recurrió a vender la ropa que le fue donada y de eso ha vivido en los últimos cuatro meses, en lo que se recupera para volver a comprar su estufa y los artículos necesarios para restablecer su negocio.
Las 11 casas que quedaron hechas cenizas fueron reconstruidas con palos, láminas y material que les fue donado por cientos de veracruzanos que se tocaron el corazón en esa tragedia que por fortuna no cobró la vida de ninguna persona.