Los panteones de la capital veracruzana comenzaron a recibir las primeras visitas por las festividades de Día de Muertos. Algunas familias se dieron cita para llevar coronas, flores, rehiletes o alguna ofrenda a quienes ya partieron, pero se recuerda con amplio amor.
El aforo en los cementerios fue poco, ya que los visitantes que acudieron fueron aquellos que decidieron adelantarse a los días mayores o los que perdieron a un ser querido en algún accidente o despidieron a un bebé antes de ser bautizado.
La pandemia ha cambiado la manera de reunirse y realizar las visitas a estos espacios, pues, aunque la convivencia persiste, se deben extremar medidas para evitar contagios.
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Los visitantes, desde los abuelitos hasta menores de edad, debieron portar en todo momento cubrebocas y evitar el contacto con las demás personas que llegaron a estos espacios.
Las canastas o bolsas llenas con alimentos y bebidas para compartir mientras se limpian las tumbas, se colocan las flores o se hace un rezo, fueron cambiadas por el gel antibacterial y desinfectantes.
“No nos queda de otra más que cuidarnos, queremos seguir con la tradición, así que debemos apegarnos a las normas que ponen las autoridades para evitar que la pandemia nos afecte”, dijo Clara González, quien, junto a su familia, fue a llevar flores a su hermano que falleció en un accidente hace algunos años.
BAJAS VENTAS
La poca afluencia no es buen negocio para quienes se dedican a limpiar las tumbas o los músicos que cobran 30 pesos por canción, pues sacaron el día, pero no tuvieron ganancia.
“Sí nos han pedido una que otra canción, pero de lejitos, los clientes no quieren que nos acerquemos y respetamos mucho, muchas personas todavía tienen miedo a la pandemia”, expuso Gumaro Hernández.
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Comentó que durante el día él y sus dos compañeros obtuvieron 500 pesos, los cuales debieron dividir entre los tres. “Si a eso le quitas lo de la comida, no llevamos casi nada a la casa, pero esperamos que los dos días que faltan nos vaya mejor”, manifestó. Lo mismo sucedió con Pedro, quien logró limpiar diez tumbas, a 30 pesos cada una, “ganamos 300 pesos hoy, pero eso no nos alcanza porque tenemos que pagar el transporte y la comida, estuvimos todo el día aquí”, menciona.
Él estuvo acompañado por su hijo menor de edad, quien le ayuda con la limpieza o el acarreo de agua, “tenemos que trabajar los dos para que sea más rápido y poder lograr un ingreso bueno para la familia, casi no hay trabajo, se tiene miedo al virus, se tiene miedo a la muerte”.
En el caso de Angélica Gómez, vendedora de flores, la situación fue un poco mejor, pues asegura que se tiene una mejor expectativa a lo sucedido el año pasado.
“Las flores sí subieron de precio, pero esta vez sí hay más gente y tenemos la esperanza de vender más, el año pasado se nos quedó la mitad de la flor y fue una gran pérdida, ahora estamos viendo que la situación será mejor”, expresó. En los panteones de la ciudad las reglas para los visitantes son claras y se exhiben en letreros colocados en las puertas. Las medidas sanitarias indican que no se permite más de cuatro personas por familia, los visitantes deben mantener una distancia de 1.50 metros, usar en todo momento cubrebocas, evitar el saludo de beso o abrazo, al estornudar o toser cubrir la boca con el antebrazo y no permanecer por más de dos horas al interior.
Además, está prohibido tirar los cubrebocas en espacios no habilitados para ello o, en su caso, se deben colocar en una bolsa de plástico para la disposición final que lleve a cabo la autoridad municipal.
Indican que este 1 y 2 de noviembre el panteón Xalapeño permanecerá abierto de 8:00 a 17:00 horas, el panteón Palo Verde de 8:00 a 15:00 horas y el panteón Bosques de Xalapa de 8:00 a 14:30 horas.
No nos queda de otra más que cuidarnos, queremos seguir con la tradición, así que debemos apegarnos a las normas que ponen las autoridades
