Alrededor de 30 zapaterías han cerrado sus puertas en Naolinco; la demanda por el calzado es baja, por lo que a pesar de que hay interés y arraigo por ese oficio el ingreso que se obtiene es poco y hay quienes prefieren buscar otra actividad con que ganarse la vida.
Ernesto Barradas Oliva, modelista de zapatos y quien le vende moldes a los zapateros de ese lugar, refirió que tiene varias décadas de hacer zapatos, pero la realidad es que no hay apoyos para despegar como lo han hecho en otros lugares.
El modelista de calzado explicó que en Naolinco fabrican calzado incluso del tipo “Ferragamo” e incluso lo han mejorado, pero con la diferencia de que no cuesta 17 mil pesos el par, sino sólo mil 500 pesos.
Destacó que ha sido un peregrinar el pedir apoyos a todos los gobernadores que ha habido, pues él inició desde la época de Patricio Chirinos y ninguno le ha hecho caso, incluso ahora ni Manuel Huerta, delegado en Veracruz, le ha respondido.
Expresó que en su momento el gobernador Fidel Herrera Beltrán le dio apoyo, incluso tiene un cheque “simbólico” por más de un millón de pesos, pero la realidad es que el alcalde de ese entonces, Héctor García Barradas, se quedó con el dinero.
Expresó que sabe que ese funcionario se quedó con el dinero porque al paso de un año la Contraloría General del Estado le llamó para que comprobara el dinero y le indicó que el recurso se había bajado y se le entregó al presidente municipal, pero el recurso ya no llegó a sus manos.
Destacó que empezó desde la época que había que hacer a mano todo, pues no había máquinas; refirió que cinco generaciones de su familia se han dedicado a la fabricación de calzado.
Expresó que el precio de los zapatos era de un peso con 25 centavos y así fue como aprendió a ser modelista, y aunque reconoció que hay otros en Naolinco, la mayoría le compra moldes a él, pues los zapatos quedan a la perfección.
Destacó que en el caso del calzado tipo Ferragamo incluso ha mejorado los moldes y pretende ofrecer sus zapatos en las zapaterías de lujo. Los zapatos, dijo, cuestan varios miles de pesos, pero indicó que él los hace en mil 500 pesos y cuida todos los detalles que van desde comodidad hasta las costuras, pues ese calzado debe ser cómodo.
Destacó que lo principal es que haya gente que se interese en apoyarlos y detonar la industria del zapato, pues refirió que los hijos de quienes tienen fábrica de calzado ya no quieren dedicarse al zapato, pues ven que se gana muy poco y eso los desanima.
Expresó que sin duda el oficio de zapatero se va a acabar en Naolinco, no porque el calzado no tenga futuro, sino porque hasta Naolinco está llegando calzado chino, brasileño y hasta español, por lo que las zapaterías de Xalapa compran calzado de fuera en lugar de consumir calzado de Naolinco.
Destacó que los zapateros prefieren comprar y revender zapatos que fabricarlos y aunque hacer calzado lleva alrededor de 2 horas, la realidad es que pudiera ser más y tenerle más técnica, en ocasiones no vale la pena, pues se venderá en 200 pesos.
Detalló que un zapato debe ser durable, pero para ello el zapato debe venderse cuando menos en 500 pesos, que es donde ya el zapatero debe poner más dedicación y empeño a su trabajo.
Destacó que en Naolinco se hace tan buen calzado que este se va a varios estados de la República e incluso tienen clientes de Estados Unidos que le piden calzado y le mandan los diseños para que se los fabrique, por eso es que insistió que seguirán pidiendo el apoyo del gobierno estatal y federal.
Criticó que otros estados apoyen a sus artesanos y los financien para industrializarse y en Veracruz tengan 30 años de atraso en la fabricación de zapatos.
