/ lunes 3 de enero de 2022

Diez para doscientos doce

¡Feliz año 2022, querido lector! Mis mejores deseos para cada uno de ustedes y sus familias. A la par del año que inicia también comienza la gestión de 212 alcaldes y alcaldesas en todo el territorio veracruzano, a quienes deseo una exitosa gestión en el cargo, tal vez el más demandante de los tres órdenes de gobierno, dada su cercanía con la ciudadanía.

Quisiera expresar 10 reflexiones que pudieran ser de utilidad para quienes tienen ahora el gran privilegio de encabezar un gobierno municipal:

I.- Dentro del corazón de un alcalde o alcaldesa no cabe ni el odio ni el rencor, se comienza entendiendo que se asume el cargo por elección de quienes votaron por él o por ella, y por los que no votaron también.

II.- Nunca cometas actos inmorales o ilícitos, por el contrario, lleva una vida ejemplar, plena y recta –íntegra le dicen en estos tiempos–, ello te otorgará la autoridad moral necesaria para ser un ejemplo a tus gobernados y un aporte imprescindible para la sociedad, que es la más exigente de todos los tiempos, entendiendo que la autoridad moral te dará más fortaleza para gobernar con sabiduría y justicia que la propia autoridad legal o la que obtuviste derivada de la elección.

III.- Capacítate y adáptate rápidamente, la sociedad de cada generación o incluso antes, es muy diferente; sus circunstancias son distintitas en cada momento –hoy más que nunca–, porque si no te adaptas como servidor más necesariamente que como político, y no vas a la par de las necesidades de tu municipio, no sólo no serás útil para ellos, sino que cada día serás menos alcalde o alcaldesa, hay un punto de inflexión en nuestras generaciones, quien esté al frente de un municipio tiene la privilegiada oportunidad histórica de ser la fuerza que produzca una política sana, basada en el amor por su tierra y su gente, privilegiando el diálogo para ponerse de acuerdo y caminar juntos, que al final de cuentas de eso trata la política.

IV.- Sé idealista, porque un presidente o presidenta municipal idealista ayudará a sus gobernados a ser personas de bien y prósperas, mostrándoles que se puede ir a lo más básico de una sociedad, a su interior, a su base, a cimentar primero en las familias y demás, que a buscar afuera lo que no hay adentro, a que construyan y nunca destruyan, a que vean la realidad y quieran cambiar al mundo, para darle sentido a su existencia.

V.- Como primer orden de gobierno no busques la gratitud de tus gobernados, tu labor es noble y alejada del egocentrismo y el reconocimiento; dignifica la política y agrégale una gran capacidad de sacrificio, aléjate del narcisismo costumbrista de este cargo y ponle más humanidad, levántate todos los días con la firme convicción de ayudar y cambiar la vida de quienes habitan en tu territorio.

VI.- Los gobernantes municipales no pueden considerarse trabajadores o empleados, parafraseando al genial Pepe Mujica. Él sostenía que los políticos tenían que pagar por el privilegio de gobernar, que en sí un privilegio se hace por convicción y no por una paga, pues repito, esta empresa que hoy es su misión, representa un verdadero privilegio en la vida, pues tienen la oportunidad única de transformar una sociedad con menos recursos, pero con la posibilidad de aplicar principios y valores que el ciudadano toma de primera mano de su representante popular más cercano.

VI.- Los alcaldes y alcaldesas que ingresan deben proceder en privilegiar más las virtudes de su sociedad y dejar a un lado los talentos propios, esto en el entendido de que las virtudes de sus gobernados conllevan en su ejercicio la eficacia de una gobernanza ejemplar, y que en nuestros días obtendrá mejores resultados, mientras que los talentos propios en el exceso de su uso pasan invariablemente por el egocentrismo que dentro de un gobernante no tiene cabida y que en nuestra realidad han dejado de ser útiles, y moralmente inaceptables, ya que debilitan al servidor, de hecho lo transforman en una figura ramplona que no es propiamente un servidor.

VII.- Gobiernen con creatividad, si no la tienen rodéense de gente creativa y que también sean técnicos, deben ensanchar su imaginación, estimular un pensamiento profundamente crítico y reflexivo, así como abrir su corazón, todo esto por encima de cualquier conocimiento rigurosamente técnico, pero sean creativos, esto sobretodo ayudará cuando llegue el punto donde observen que no hay recurso que alcance para tanta necesidad.

VIII.- El gobernante tiene que vivir en el mismo nivel del gobernado, no se puede entender a la ciudadanía si se vive en los privilegios y menos si se hace a costillas del pueblo, humildad, sencillez, accesibilidad, tienen que ser premisas sobre los lujos, privilegios y la arrogancia, eso ya no funciona en nuestros días.

IX.- Lleguen caminando y váyanse caminando de cuando en vez a su casa, o en transporte colectivo como cualquier ciudadano. El mítico Tlacalael decía que aquel gobernante que tiene que vivir con protección o seguridad de los demás, no merecía ser gobernante, porque a los verdaderos gobernantes los protege el pueblo.

X.- Hay que incluir a Dios en cada acto de gobierno, en cualquiera de sus expresiones, recuerden que el libro santo dice: “El hombre hace muchos planes, pero solo se realiza el propósito divino”. Busquen siempre la verdad y la justicia, aléjense de la necesidad e indiferencia, o peor aún, del egoísmo narcisista y refúgiense en la compasión, la solidaridad, el deseo de ayudar, la humildad y la sencillez.

(*) Diputado federal. Morena

¡Feliz año 2022, querido lector! Mis mejores deseos para cada uno de ustedes y sus familias. A la par del año que inicia también comienza la gestión de 212 alcaldes y alcaldesas en todo el territorio veracruzano, a quienes deseo una exitosa gestión en el cargo, tal vez el más demandante de los tres órdenes de gobierno, dada su cercanía con la ciudadanía.

Quisiera expresar 10 reflexiones que pudieran ser de utilidad para quienes tienen ahora el gran privilegio de encabezar un gobierno municipal:

I.- Dentro del corazón de un alcalde o alcaldesa no cabe ni el odio ni el rencor, se comienza entendiendo que se asume el cargo por elección de quienes votaron por él o por ella, y por los que no votaron también.

II.- Nunca cometas actos inmorales o ilícitos, por el contrario, lleva una vida ejemplar, plena y recta –íntegra le dicen en estos tiempos–, ello te otorgará la autoridad moral necesaria para ser un ejemplo a tus gobernados y un aporte imprescindible para la sociedad, que es la más exigente de todos los tiempos, entendiendo que la autoridad moral te dará más fortaleza para gobernar con sabiduría y justicia que la propia autoridad legal o la que obtuviste derivada de la elección.

III.- Capacítate y adáptate rápidamente, la sociedad de cada generación o incluso antes, es muy diferente; sus circunstancias son distintitas en cada momento –hoy más que nunca–, porque si no te adaptas como servidor más necesariamente que como político, y no vas a la par de las necesidades de tu municipio, no sólo no serás útil para ellos, sino que cada día serás menos alcalde o alcaldesa, hay un punto de inflexión en nuestras generaciones, quien esté al frente de un municipio tiene la privilegiada oportunidad histórica de ser la fuerza que produzca una política sana, basada en el amor por su tierra y su gente, privilegiando el diálogo para ponerse de acuerdo y caminar juntos, que al final de cuentas de eso trata la política.

IV.- Sé idealista, porque un presidente o presidenta municipal idealista ayudará a sus gobernados a ser personas de bien y prósperas, mostrándoles que se puede ir a lo más básico de una sociedad, a su interior, a su base, a cimentar primero en las familias y demás, que a buscar afuera lo que no hay adentro, a que construyan y nunca destruyan, a que vean la realidad y quieran cambiar al mundo, para darle sentido a su existencia.

V.- Como primer orden de gobierno no busques la gratitud de tus gobernados, tu labor es noble y alejada del egocentrismo y el reconocimiento; dignifica la política y agrégale una gran capacidad de sacrificio, aléjate del narcisismo costumbrista de este cargo y ponle más humanidad, levántate todos los días con la firme convicción de ayudar y cambiar la vida de quienes habitan en tu territorio.

VI.- Los gobernantes municipales no pueden considerarse trabajadores o empleados, parafraseando al genial Pepe Mujica. Él sostenía que los políticos tenían que pagar por el privilegio de gobernar, que en sí un privilegio se hace por convicción y no por una paga, pues repito, esta empresa que hoy es su misión, representa un verdadero privilegio en la vida, pues tienen la oportunidad única de transformar una sociedad con menos recursos, pero con la posibilidad de aplicar principios y valores que el ciudadano toma de primera mano de su representante popular más cercano.

VI.- Los alcaldes y alcaldesas que ingresan deben proceder en privilegiar más las virtudes de su sociedad y dejar a un lado los talentos propios, esto en el entendido de que las virtudes de sus gobernados conllevan en su ejercicio la eficacia de una gobernanza ejemplar, y que en nuestros días obtendrá mejores resultados, mientras que los talentos propios en el exceso de su uso pasan invariablemente por el egocentrismo que dentro de un gobernante no tiene cabida y que en nuestra realidad han dejado de ser útiles, y moralmente inaceptables, ya que debilitan al servidor, de hecho lo transforman en una figura ramplona que no es propiamente un servidor.

VII.- Gobiernen con creatividad, si no la tienen rodéense de gente creativa y que también sean técnicos, deben ensanchar su imaginación, estimular un pensamiento profundamente crítico y reflexivo, así como abrir su corazón, todo esto por encima de cualquier conocimiento rigurosamente técnico, pero sean creativos, esto sobretodo ayudará cuando llegue el punto donde observen que no hay recurso que alcance para tanta necesidad.

VIII.- El gobernante tiene que vivir en el mismo nivel del gobernado, no se puede entender a la ciudadanía si se vive en los privilegios y menos si se hace a costillas del pueblo, humildad, sencillez, accesibilidad, tienen que ser premisas sobre los lujos, privilegios y la arrogancia, eso ya no funciona en nuestros días.

IX.- Lleguen caminando y váyanse caminando de cuando en vez a su casa, o en transporte colectivo como cualquier ciudadano. El mítico Tlacalael decía que aquel gobernante que tiene que vivir con protección o seguridad de los demás, no merecía ser gobernante, porque a los verdaderos gobernantes los protege el pueblo.

X.- Hay que incluir a Dios en cada acto de gobierno, en cualquiera de sus expresiones, recuerden que el libro santo dice: “El hombre hace muchos planes, pero solo se realiza el propósito divino”. Busquen siempre la verdad y la justicia, aléjense de la necesidad e indiferencia, o peor aún, del egoísmo narcisista y refúgiense en la compasión, la solidaridad, el deseo de ayudar, la humildad y la sencillez.

(*) Diputado federal. Morena