/ sábado 25 de mayo de 2024

Los maestros y los futuros de la educación

La UNESCO sostiene que ninguna tendencia es destino y que múltiples futuros alternativos son posibles. Esto significa que debemos pensar de manera diferente sobre el aprendizaje y las relaciones entre estudiantes, profesores, conocimiento y el mundo. La Comisión Internacional sobre los futuros de la Educación ha formulado un nuevo contrato social para la educación, basado en principios de derechos humanos, justicia social, dignidad humana y diversidad cultural. Este contrato social reconoce la educación como un esfuerzo público y bien común. Y en el caso de México ¿cuáles son sus futuros?

“En un documento que ‘10 por la Educación’ —una aglomeración de 21 organizaciones de la sociedad civil— presentó a las candidatas y candidato a la Presidencia de la República, les hizo 10 preguntas acerca de cómo construirán su política educativa en caso de alcanzar la presidencia.

Ahí, dice Carlos Ornelas, se inquirió sobre diversos problemas pendientes de la actual administración: 1) mejorar el aprendizaje en materias básicas (aunque debería haber sido en todo el currículo); 2) revertir el abandono escolar en la enseñanza media, en especial de grupos vulnerables; 3) la inclusión social desde la educación inicial; 4) la profesionalización y capacitación de los maestros y garantizar que las plazas se asignen con trasparencia y equidad; 5) expandir y mejorar la infraestructura física y el mantenimiento; 6) que la educación media sea un espacio atractivo y apreciado por los estudiantes; 7) fortalecer la educación tecnológica y para el trabajo, en estudiantes y adultos; 8) promover la equidad de género y mitigar la violencia en las escuelas; 9) evaluar el estado que guarda la educación y si vale la pena continuar en Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos. PISA”.

Y la pregunta del dinero, asunto que va al corazón de todas las propuestas, porque la austeridad republicana es la responsable principal del deterioro de la educación en este país: 10) asegurar el aumento en el gasto público federal para educación de manera sustentable y distribuir los recursos para atender las necesidades críticas.

El candidato y la candidata -Jorge Álvarez Máynez y Xóchitl Gálvez- respondieron con presteza y hasta elegancia a casi todas las preguntas. Ratificaron lo que han propuesto en otros foros y en sus documentos de campaña. Hablaron muy bien de los maestros y de cómo trabajar con ellos; pero la calidad de la educación quedó pendiente, concluye Ornelas.

Al celebrar en este mes el Día del Maestro, volvamos a la pregunta sobre el tema de la profesionalización y capacitación de los maestros. “La historia de la formación inicial en México ha estado marcada por respuestas gubernamentales que han surgido como resultado de la necesidad de educar a un país que ha debido enfrentar los desafíos de construir un estado-nación.

La consolidación de nuestra nación ha exigido una amplia gama de esfuerzos, entre otros la búsqueda de estabilidad social y económica, la construcción de instituciones, la consolidación de figuras políticas y culturales, o la integración de una visión común de nación”. A medida que se construyen más escuelas, se hizo evidente la necesidad de contar con docentes capacitados para educar a la población estudiantil.

Con el tiempo, México reconoció la importancia de formar de manera rigurosa a los encargados de la educación de las niñas y niños mexicanos. La creación de escuelas normales, como la Benemérita Escuela Normal Veracruzana en 1886, la Escuela Normal de Chiapas el 24 de febrero de 1931 y la Escuela Normal de Coahuila el 10 de junio de 1944, fue fundamental para profesionalizar el trabajo docente, opina Patricia Ganem Alarcón en “Atención a docentes: Una deuda del Estado Mexicano”.

Hoy se nos brinda una oportunidad invaluable para reflexionar sobre el papel fundamental que desempeñan las maestras y los maestros en la sociedad. Más allá de su rol educativo, muy importante, es esencial también reconocer al docente como un ser humano integral, con sus propias necesidades, aspiraciones y desafíos personales, expone en “Hacia una verdadera revalorización social” Manuel Navarro Weckmann.

Si hablamos de los futuros viables de la educación en México (Ganem Alarcón 2024), es necesario realizar una revisión exhaustiva de la formación inicial de nuestros maestros, así como de las condiciones en las que desempeñan su labor, las cuales deben adecuarse a las necesidades específicas de las comunidades que atienden.

También es crucial garantizar su actualización constante. El Estado mexicano tiene una deuda pendiente con el colectivo docente. Es imperativo actuar de manera rápida y coordinada, involucrando a todos los sectores relevantes (federal, estatal, municipal, privado, investigadores, sociedad civil, normales, sindicatos, entre otros), si deseamos ofrecer una educación de excelencia a las niñas, los niños, adolescentes y jóvenes.

Toda la razón a Carlos Ornelas: el gobierno dejará al sistema educativo mexicano en un estado cercano al desastre. Ofrecer excelencia y no cumplir no radica nada más en la falta de buenas políticas, sino en una política árida, mediocre, sin perspectivas de mejora. Sin futuro.

La UNESCO sostiene que ninguna tendencia es destino y que múltiples futuros alternativos son posibles. Esto significa que debemos pensar de manera diferente sobre el aprendizaje y las relaciones entre estudiantes, profesores, conocimiento y el mundo. La Comisión Internacional sobre los futuros de la Educación ha formulado un nuevo contrato social para la educación, basado en principios de derechos humanos, justicia social, dignidad humana y diversidad cultural. Este contrato social reconoce la educación como un esfuerzo público y bien común. Y en el caso de México ¿cuáles son sus futuros?

“En un documento que ‘10 por la Educación’ —una aglomeración de 21 organizaciones de la sociedad civil— presentó a las candidatas y candidato a la Presidencia de la República, les hizo 10 preguntas acerca de cómo construirán su política educativa en caso de alcanzar la presidencia.

Ahí, dice Carlos Ornelas, se inquirió sobre diversos problemas pendientes de la actual administración: 1) mejorar el aprendizaje en materias básicas (aunque debería haber sido en todo el currículo); 2) revertir el abandono escolar en la enseñanza media, en especial de grupos vulnerables; 3) la inclusión social desde la educación inicial; 4) la profesionalización y capacitación de los maestros y garantizar que las plazas se asignen con trasparencia y equidad; 5) expandir y mejorar la infraestructura física y el mantenimiento; 6) que la educación media sea un espacio atractivo y apreciado por los estudiantes; 7) fortalecer la educación tecnológica y para el trabajo, en estudiantes y adultos; 8) promover la equidad de género y mitigar la violencia en las escuelas; 9) evaluar el estado que guarda la educación y si vale la pena continuar en Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos. PISA”.

Y la pregunta del dinero, asunto que va al corazón de todas las propuestas, porque la austeridad republicana es la responsable principal del deterioro de la educación en este país: 10) asegurar el aumento en el gasto público federal para educación de manera sustentable y distribuir los recursos para atender las necesidades críticas.

El candidato y la candidata -Jorge Álvarez Máynez y Xóchitl Gálvez- respondieron con presteza y hasta elegancia a casi todas las preguntas. Ratificaron lo que han propuesto en otros foros y en sus documentos de campaña. Hablaron muy bien de los maestros y de cómo trabajar con ellos; pero la calidad de la educación quedó pendiente, concluye Ornelas.

Al celebrar en este mes el Día del Maestro, volvamos a la pregunta sobre el tema de la profesionalización y capacitación de los maestros. “La historia de la formación inicial en México ha estado marcada por respuestas gubernamentales que han surgido como resultado de la necesidad de educar a un país que ha debido enfrentar los desafíos de construir un estado-nación.

La consolidación de nuestra nación ha exigido una amplia gama de esfuerzos, entre otros la búsqueda de estabilidad social y económica, la construcción de instituciones, la consolidación de figuras políticas y culturales, o la integración de una visión común de nación”. A medida que se construyen más escuelas, se hizo evidente la necesidad de contar con docentes capacitados para educar a la población estudiantil.

Con el tiempo, México reconoció la importancia de formar de manera rigurosa a los encargados de la educación de las niñas y niños mexicanos. La creación de escuelas normales, como la Benemérita Escuela Normal Veracruzana en 1886, la Escuela Normal de Chiapas el 24 de febrero de 1931 y la Escuela Normal de Coahuila el 10 de junio de 1944, fue fundamental para profesionalizar el trabajo docente, opina Patricia Ganem Alarcón en “Atención a docentes: Una deuda del Estado Mexicano”.

Hoy se nos brinda una oportunidad invaluable para reflexionar sobre el papel fundamental que desempeñan las maestras y los maestros en la sociedad. Más allá de su rol educativo, muy importante, es esencial también reconocer al docente como un ser humano integral, con sus propias necesidades, aspiraciones y desafíos personales, expone en “Hacia una verdadera revalorización social” Manuel Navarro Weckmann.

Si hablamos de los futuros viables de la educación en México (Ganem Alarcón 2024), es necesario realizar una revisión exhaustiva de la formación inicial de nuestros maestros, así como de las condiciones en las que desempeñan su labor, las cuales deben adecuarse a las necesidades específicas de las comunidades que atienden.

También es crucial garantizar su actualización constante. El Estado mexicano tiene una deuda pendiente con el colectivo docente. Es imperativo actuar de manera rápida y coordinada, involucrando a todos los sectores relevantes (federal, estatal, municipal, privado, investigadores, sociedad civil, normales, sindicatos, entre otros), si deseamos ofrecer una educación de excelencia a las niñas, los niños, adolescentes y jóvenes.

Toda la razón a Carlos Ornelas: el gobierno dejará al sistema educativo mexicano en un estado cercano al desastre. Ofrecer excelencia y no cumplir no radica nada más en la falta de buenas políticas, sino en una política árida, mediocre, sin perspectivas de mejora. Sin futuro.