/ lunes 18 de marzo de 2019

* Scherer, otro apagafuegos

Como ya se rumoreaba desde hace más de un mes, luego de que al gobernador Cuitláhuac García y al grupo legislativo de su partido les hizo crisis en el Congreso local la fallida destitución del fiscal Jorge Winckler, desde la Ciudad de México comenzaron a operar políticamente en Veracruz algunos funcionarios de la Secretaría de Gobernación y de la Presidencia de la República.

Primero, de la Segob enviaron a Miguel Lucía Espejo, titular de la Unidad de Enlace, quien en una reunión cerrada en Casa Veracruz con funcionarios estatales y diputados locales de Morena les habría dicho que tenían que darle vuelta a la página de los abortados juicios políticos en contra del fiscal yunista, y que por el bien del proyecto nacional y del pueblo veracruzano tendrían que buscar nuevos acuerdos con otras fuerzas políticas y órganos autónomos para hacer viable la gobernabilidad del estado.

Pero este miércoles 13, en Palacio Nacional, se dio otro encuentro muy significativo. Julio Scherer Ibarra, consejero jurídico de la Presidencia de la República, recibió en su despacho al diputado local del PES, Gonzalo Guízar Valladares. La charla duró alrededor de dos horas, en la que ambos tomaron acuerdos políticos para que marchen mejor las cosas en Veracruz, sobre todo en los temas relevantes que deben pasar por el Congreso local.

La reunión del diputado sureño con Scherer llamó la atención porque ocurrió dos días después de que en Coatzacoalcos se diera como un hecho que su hermano Marco Antonio Guízar tomaría posesión como fiscal regional de la zona sur, nombramiento que de última hora no se dio.

Pero esta intromisión del Consejero Jurídico de la Presidencia ha vulnerado políticamente al secretario de Gobierno, Éric Cisneros, quien 48 horas antes de esa reunión en Palacio Nacional había arremetido en contra de Guízar Valladares por una crítica de supuesto nepotismo que el diputado porteño le había hecho ante los medios de comunicación.

“Para tener la lengua larga, hay que tener la cola corta, porque habló de nepotismo. Su servidor no tiene ni un familiar en el gobierno. Yo le preguntaría si él puede decir lo mismo”, le reviró Cisneros a Guízar Valladares, asegurando que ni su esposa, ni sus hermanos, ni algún otro familiar trabajan en la administración estatal del gobernador Cuitláhuac García. “Sin embargo, el diputado local no puede afirmar lo mismo con respecto a la Fiscalía General del Estado. Él es el menos indicado para decirlo”, dijo el titular de la Segob en alusión a Marco Antonio Guízar, hermano del legislador, quien cobra con Winckler en la FGE.

Como ya se rumoreaba desde hace más de un mes, luego de que al gobernador Cuitláhuac García y al grupo legislativo de su partido les hizo crisis en el Congreso local la fallida destitución del fiscal Jorge Winckler, desde la Ciudad de México comenzaron a operar políticamente en Veracruz algunos funcionarios de la Secretaría de Gobernación y de la Presidencia de la República.

Primero, de la Segob enviaron a Miguel Lucía Espejo, titular de la Unidad de Enlace, quien en una reunión cerrada en Casa Veracruz con funcionarios estatales y diputados locales de Morena les habría dicho que tenían que darle vuelta a la página de los abortados juicios políticos en contra del fiscal yunista, y que por el bien del proyecto nacional y del pueblo veracruzano tendrían que buscar nuevos acuerdos con otras fuerzas políticas y órganos autónomos para hacer viable la gobernabilidad del estado.

Pero este miércoles 13, en Palacio Nacional, se dio otro encuentro muy significativo. Julio Scherer Ibarra, consejero jurídico de la Presidencia de la República, recibió en su despacho al diputado local del PES, Gonzalo Guízar Valladares. La charla duró alrededor de dos horas, en la que ambos tomaron acuerdos políticos para que marchen mejor las cosas en Veracruz, sobre todo en los temas relevantes que deben pasar por el Congreso local.

La reunión del diputado sureño con Scherer llamó la atención porque ocurrió dos días después de que en Coatzacoalcos se diera como un hecho que su hermano Marco Antonio Guízar tomaría posesión como fiscal regional de la zona sur, nombramiento que de última hora no se dio.

Pero esta intromisión del Consejero Jurídico de la Presidencia ha vulnerado políticamente al secretario de Gobierno, Éric Cisneros, quien 48 horas antes de esa reunión en Palacio Nacional había arremetido en contra de Guízar Valladares por una crítica de supuesto nepotismo que el diputado porteño le había hecho ante los medios de comunicación.

“Para tener la lengua larga, hay que tener la cola corta, porque habló de nepotismo. Su servidor no tiene ni un familiar en el gobierno. Yo le preguntaría si él puede decir lo mismo”, le reviró Cisneros a Guízar Valladares, asegurando que ni su esposa, ni sus hermanos, ni algún otro familiar trabajan en la administración estatal del gobernador Cuitláhuac García. “Sin embargo, el diputado local no puede afirmar lo mismo con respecto a la Fiscalía General del Estado. Él es el menos indicado para decirlo”, dijo el titular de la Segob en alusión a Marco Antonio Guízar, hermano del legislador, quien cobra con Winckler en la FGE.

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