Xalapa, Ver.- Tan impactante resulta ver las lágrimas de una madre que rememora cuando vio cómo desenterraban cuerpos en el desierto y reconoció los tenis de sus dos hijos, como escuchar a quien afirma que los huesos hablan, pues ha visto con horror cómo en las fosas hay cuerpos quemados u otros con la boca abierta, señal inequívoca de que fueron enterrados vivos.
¿Estremecedor? Estas son sólo dos de las vivencias que aparecen en La libertad del diablo, documental psicológico del mexicano Everardo González que explora, a partir de testimonios de víctimas y victimarios, cómo el fenómeno de la violencia en México se ha insertado en nuestro inconsciente colectivo.
¿Acaso habrá alguien que no se ha dado cuenta que en México la muerte violenta se ha convertido en algo cotidiano? ¿Cómo enfrentamos nuestros miedos individualmente? ¿Qué podemos esperar cuando en un filme vemos a un joven sicario con una máscara que cubre su rostro pero no sus ojos, y en ellos no hay miedo ni angustia?
Un joven que recuerda que su primer “encargo” lo hizo cuando sólo contaba con 14 años de edad y que lo hizo vestido con su uniforme de secundaria.
¿Y el pago? “Esperaba dinero, pero me preguntan —¿Tienes coche? —Mis metas eran un vochito, una caribe, pues así, lo del barrio… En ese momento me dicen —Ese es tu carro.—Yo buscaba un vochito pero era un Audi A4. Fue mi primer carro… Matar a alguien te da poder. En nuestro trabajo no hay compasión; la recompensa es el dinero…”.
La libertad del diablo es un relato desgarrador que conmueve, que estimula el pensamiento y la reflexión pero, por sobre todas las cosas, que indigna.
No hay manera de ser indiferente ante este filme, que tuvo su estreno en 2017 en el Festival Internacional de Cine de Berlín y que en la 32 edición del Festival Internacional de Cine deGuadalajara resultó ganador de los premios a Mejor Película Mexicana y Mejor Documental Iberoamericano. Por ello, este jueves18 de mayo es más que recomendable conocerlo en Xalapa, igual que a su director, en la función inaugural de la 12ª Gira deDocumentales Ambulante (en el Teatro del Estado, a las 20horas).
Y digo más que recomendable porque Everardo González dijo en entrevista exclusiva con Diario de Xalapa que será hasta octubre cuando probablemente se haga el estreno nacional en salas comerciales, pues por el momento está haciendo un recorrido por algunos países del mundo.
Antes, Everardo extendió la invitación al público a asistir a ver la película y exhortó a no normalizar la violencia brutal:
No nos acostumbremos a ella, sigamos indignándonos, exigiendo, peleando por nuestros derechos y los derechos del otro.
El documental en la construcción de la historia de un país
Quien tuvo que dedicar cinco años de su tiempo para investigar y poder concretar La libertad del diablo explica que es su interés continuar presentando historias con personas y situaciones reales “porque el documental colabora en la construcción de la memoria de un país. Es una crónica más y los tiempos son un retrato de un registro de lo que nos toca vivir. Es una imagen latente y el arte, en general, ayuda a construir la identidad y a descubrir lo que somos”.
El documental en la época actual
Con respecto a cuál es su perspectiva sobre la formación del público afecto a los documentales y de qué manera ha influido la creación de plataformas como Ambulante, expresa que esta gira surgió dos años después de que él estrenara su primer documental —La canción del pulque (2003)—: “Eran épocas en las que en las salas se sentaban cinco espectadores mayores de 50 años, pero al paso del tiempo esto ha cambiado. Ahora hay salas llenas y mayoritariamente menores de 30 años. Algo ha funcionado en la creación de públicos y algo ha funcionado en la motivación de productores y directores que definitivamente es mucho mejor lo que sucede hoy que lo que pasaba hace quince años.
El que La libertad del diablo sea para adolescentes y adultos y con ella abra Ambulante en Veracruz habla un poco de cómo está el documental en el país y de quién es el espectador que lo ve”.
Acepta que aún hay quienes creen —como hace quince años— que el documental “es aleccionador y no un medio cinematográfico que provoca emociones, que genera sensaciones y que te mete en la historia de lo que sucede en la pantalla, como ocurre con cualquier proyección audiovisual”, a todos ellos les dice que Ambulante es una buena oportunidad para acercarse a ver qué es el documental en el mundo y dejarse cautivar.