Palabra impresa/Palabras que el viento lleva…

Cuántas palabras nos faltan por decir, por conocer, por mencionar, por adoptarlas y agregarlas

José Cruz Domínguez Osorio/Colaborador

  · lunes 2 de julio de 2018

Debe haber por ahí, entre lo que ya se leyó o que se está leyendo (una novela, algún libro con varios cuentos, un poemario) una palabra que te haya provocado el interés de ir a buscar su significado al diccionario. O te hayas quedado un instante mencionándola en voz alta y descubres que te gusta por el sonido que tiene.

Y has estado tan cerca de las palabras que ya ni valoras la presencia de ellas. Y la palabra puede salvarnos del peligro, cuando por ejemplo en un frasco de medicamento se advierten ciertos riesgos si se toma sin el cuidado que requiere.

Nos nutre la palabra, acaricia, conforta… y hay palabras que nos hacen reír y otras tantas logran sacarnos el enojo, el llanto.

¿Qué palabra o palabras te acompañan hasta ahora?, ¿dónde la escuchaste?, ¿quién la dijo?, ¿por qué la mencionó? Y tan de palabras estamos hechos que para comunicarnos con los demás primero debemos presentarnos mencionando nuestro nombre. Y ahí está la cercanía con tus propias palabras, las que llevas a donde quiera que vas. Es la esencia de tu personalidad, tu identidad.

Cuántas palabras nos faltan por decir, por conocer, por mencionar, por adoptarlas y agregarlas como si se tratara de esa colección tan especial de libros o de juguetes que tenemos en casa.

Si el discurso de algún escritor cuando recibe algún reconocimiento o de algún otro personaje ha provocado tantas emociones en ti es debido a que las palabras llegan tan oportunas que tienes tiempo para pensarlas, asimilarlas, sin importar que el mensaje haya llegado a ti a través de una página impresa o por medio de la tableta, la computadora o un celular.

¿Y algún lector recordará aquellas palabras que se escribían sobre el papel y desde la soledad se dictaba el texto que un sobre resguardaría para atravesar grandes distancias y llegar al destinatario días después? Sin duda, esas palabras eran esperadas por un familiar, por un amigo, por una enamorada.

Y la palabra, las palabras, siempre han estado tan cerca. Las escribimos, las enviamos ahora instantáneamente, que por algunas veces se nos olvida su presencia sonora, melodiosa.


josecruzdominguez@gmail.com

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