El 21 de enero de 1950 en la ciudad de Coatepec, nació Rafael Augusto Rebolledo Lobato y nadie se imaginó que ese niño años después sería un referente en el atletismo local, estatal y nacional con destacadas actuaciones que aun personas del “Pueblo Mágico” donde nació y creció, recuerdan con mucho cariño.
Actualmente don Rafael tiene 73 años de vida y aunque dejó de correr por un infarto nivel 4 que sufrió el año pasado, sigue cerca del deporte que le dio varias alegrías. El pasado viernes se reunió con sus amigos, que corrieron junto a él en eventos importantes, para realizar el tradicional recorrido simbólico del Fuego Olímpico que llegó por primera vez a Xalapa el 7 de octubre de 1968, año en que fueron celebrados los Juegos Olímpicos.
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Rafael Augusto llegó puntualmente a la cita cargando sus medallas más simbólicas que logró; entre ellas estaba la medalla de plata que ganó en un campeonato nacional celebrado en la capital veracruzana en 1988, además traía las obtenidas en maratones importantes, como el de la Ciudad de México y Coatzacoalcos.
Sus preseas fueron sus tarjetas de presentación, algo que en los asistentes llamó su atención, porque eran varios los metales que colgaban y que él con orgullo mostraba.
El maratonista platicó para Diario de Xalapa que en 1988 con tiempo de 28 minutos ganó el segundo lugar nacional en 10 mil metros planos, “prácticamente ese día me ganaron por una nariz, porque todos llegamos casi al mismo tiempo; fue un momento muy memorable, porque había mucha gente en ese día”, recordó.
Otra memoria que sigue en su mente dice don Rafael que fue cuando portó el Fuego Olímpico en el 68, luego de llegar a Xalapa proveniente del puerto de Veracruz.
“Fue un momento muy bonito, porque me tocó encender el pebetero. En aquel entonces estuvimos 8 atletas de Coatepec junto al resto que corrió por importantes calles de Xalapa con la llama. Luego viajó el fuego a Córdoba y Orizaba. Cuando llegó a la Ciudad de México también fuimos y le tocó a nuestra compañera Enriqueta Basilio encender el pebetero en el Estadio Olímpico”, destacó el medallista.
Como atleta élite corrió en las distancias de mil 500, 3 mil, 5 mil, 10 mil, 15 mil, 21k y 42k 195 metros y lo hizo en eventos fuertes que lo colocaron como uno de los veracruzanos destacados, sin embargo siempre mostró humildad, por eso ahora personas que lo saludan lo hacen con mucho respecto hacia su persona.
Actualmente tiene tres hijos; uno de 45, 38 y 30 años de edad, así como dos nietos, quienes se encuentran terminando sus carrereas universitarias, algo que le da mucha felicidad y con orgullo comparte.
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“Mis nietos se encuentran estudiando, el hijo de mi hija Marisol Aurora está por terminar su carrera universitaria de Veterinario, mientras que el otro igual culminará la suya, algo que me da tanta felicidad y orgullo”, expresó.
Se dice agradecido con el atletismo, porque gracias a ese deporte muchos años fue una persona sana y aunque tuvo que dejar de practicar la actividad deportiva por el infarto, no deja de estar activo, por lo que sale a caminar para continuar bien de salud.
“Es verdad sufrí el infarto y tuve que hacer un receso en el deporte, sin embargo, agradezco haberlo practicado, porque es la fuente de la juventud sin duda alguna, por eso le digo a mis compañeros y personas que lo practiquen”, concluyó.