El Canelo se perdió en El Pico... ya tiene dueño

Jesús Rojas es un chico que tiene gran amor por los animales, vive en una comunidad del Naranjal, que está a mil metros de altura sobre el nivel del mar

Mayra Figueiras | El Sol de Orizaba

  · sábado 11 de diciembre de 2021

Canelo fue atendido con la intervención de Fátima del Ángel y se recuperó, comenzaron la búsqueda de un adoptante/Foto;: Cortesía | Layo Aguilar

Orizaba, Ver.- “El Canelo”, perro que fue rescatado hace algunos días, del volcán Pico de Orizaba donde montañistas que ascendían a la montaña vieron que se quedaba, por fin tiene un hogar. Jesús Rojas, de 19 años, del municipio de Naranjal, decidió adoptarlo.

Layo Aguilar, alpinista, quien junto con Aarón y Héctor Hernández Carbajal rescataron al Canelo, al que bajaron cargando en una mochila, dio a conocer en sus redes sociales, que por fin después de que el Canelo fue atendido con la intervención de Fátima del Ángel y se recuperó, comenzaron la búsqueda de un adoptante.

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Jesús Rojas es un chico, dice, que tiene gran amor por los animales, vive en una comunidad del Naranjal, que está a mil metros de altura sobre el nivel del mar. Él tuvo en Gary, a un fiel compañero que estuvo con él hasta su último momento; conoció la historia del Canelo y lo pidió en adopción, con tanta suerte que se lo concedieron. El Canelo no llega a sustituir a Gary, pero si a ser parte importante de la familia que lo adoptó.

 

 

Layo Aguilar agradeció al joven de Naranjal, que le dé una vida digna al Canelo, llena de amor, cariño y cuidados. Reconoció que encontrar a una persona que lo adoptara no fue fácil, pero tienen la certeza de que llega a una familia que lo resguardará y le dará su cariño.

Resaltó y agradeció también el apoyo de sus amigos del Colegio de Alpinismo Mexicano, de la Escuela de Alta Montaña, Aarón y Héctor Hernández Carbajal por el esfuerzo que hicieron para rescatar al Canelo; así como la intervención de Fátima del Ángel, quien coordinó la recuperación y el protocolo de adopción del can, así como a todos los que cooperaron para comprar el alimento, los medicamentos, estudios que se le realizaron, así como al médico veterinario que atendió al perro. “Dios se los recompensara con mucha abundancia”, concluyó.