Cansado de una vida de competencia en el negocio de restauración de antigüedades, Emanuele Serra decidió abandonar su natal Italia y mudarse a México para vivir una nueva vida.
Tras un breve paso por el estado de Quintana Roo, Emanuele se mudó a la ciudad de Xalapa donde montó un restaurante que busca ofrecer a los xalapeños la experiencia gastronómica “más cercana” a lo que comía él a su pueblo. “Arreglé todo lo que tenía pendiente allá en Italia, tomé mis pocas pertenencias y me vine a México (…) y al final es un lugar casi paradisiaco y una vida un poco más tranquila y más relajada”, dijo.
En entrevista en el pequeño negocio que tiene en la calle Murillo Vidal, asegura que a su llegada a México le pareció sumamente extraña la cantidad de ingredientes que se pueden incluir en las pizzas que ofrecen como comida italiana. Además, reconoció que aunque en Italia no se come picante, él decidió no declararle la guerra al "chile seco" que le pedían tanto sus clientes sino que decidió hacer una fusión de estos chiles con aceite de oliva y cacahuate que ha encantado a sus comensales.
Lo más raro que he visto hasta ahora son las pizzas con carne al pastor y pizzas con pollo y queso chedar. En nuestra carta las pizzas son parte de una tradición italiana sin mezclar mucho porque quiero eso, que la gente coma lo más parecido a lo que comemos allá
Emanuele Serra
Serra reconoce que aunque la cocina no era un tema que dominaba, la comida siempre estuvo presente en su familia por lo que a su llegada a México tomó varios cursos y capacitaciones para lograr dirigir un restaurante y sacar adelante el negocio que lleva más de un año y medio en Xalapa y que goza de la aceptación de sus clientes.
“Ir a comer a un lugar es una decisión que uno toma, es cierto que la comida es una necesidad pero también un placer y uno va a un lugar porque está bonito, porque está rica la comida y porque te atienden bien y eso es lo que yo quiero que pase con las personas que crucen la puerta”.
Respecto a la crisis económica que se vive en la capital del estado y que impacta a miles de negocios, el propietario de “Pizzería Firenze” asegura que si ha sido difícil el mantener los estándares de calidad de los productos sin afectar sus precios y las ganancias aunque reconoce que el secreto es crear también una experiencia que haga que el cliente lo disfrute y regrese con la mayor frecuencia que le permita sus finanzas.
“Yo no busco a los clientes que vienen a un restaurante a gastar mil pesos o más en una comida porque esos clientes se siguen por una moda, si llegan se reciben pero lo que busco son esas personas que tienen un presupuesto pequeño pero que entienden que la comida es también cultura y disfrutan probar sabores diferentes”, concluyó.
