En el país, los diablos andan sueltos; hay violencia por todos lados: arzobispo de Xalapa

Llevamos ya muchos años de violencia, de inseguridad, y cada vez se acrecientan más puesto que vemos cosas cada vez más violentas, expresó

Raymundo León

  · domingo 7 de julio de 2019

Hipólito Reyes Larios, arzobispo de Xalapa / Foto: David Bello

Xalapa, Ver.- Hipólito Reyes Larios, arzobispo de Xalapa, aseguró este domingo que los diablos andan sueltos en el país y que ello todos los integrantes de la sociedad lo saben porque la violencia se ve por todos lados. “En México llevamos ya muchos años de violencia, de inseguridad, y cada vez se acrecientan más puesto que veos cosas cada vez más violentas; entre ellas está la de un niño de secundaria secuestrado y asesinado en Xalapa.

Durante una visita a la parroquia de San Martín de Porres me dijeron que enfrente de ella asesinaron a una señora y que con otra tocaron a la puerta de su casa y al abrir la puerta le dispararon delante de sus hijos. Tenemos una violencia incontenible y sabemos que todos estamos expuestos a eso”, aseveró.


Ante los feligreses reunidos en Catedral el prelado refirió que asimismo, a los jóvenes universitarios los secuestran, extorsionan o asesinan y que lo mismo pasa con las personas que van al banco a cobrar el poco dinero que reciben y que ahí ya los están esperando otras personas en motocicletas para quitarles su dinero.

“Ése es el ambiente que vivimos, por ello siempre le pedimos al Señor que nos conceda la paz, que nos dé tranquilidad ya que no debemos desesperarnos, tenemos que ser gente de fe, poner toda nuestra confianza en Dios y él nos dará las respuestas”, dijo.

Hipólito Reyes refrió que la sociedad misma es la que debe buscar la concordia, la unidad de los corazones y tratar de ser gente que se lleva bien con los demás, que los trata bien, que no los desprecia y no los insulta, lo que es fundamental para ser una sociedad más grata, agradable y atractiva.

Recordó que Dios otorgo a los seres humanos el don de la libertad “para aceptar lo bueno, pero también para aceptar lo malo, confiemos plenamente en Jesús que siempre nos da lo que más nos conviene personalmente, para nuestra familia y nuestra sociedad”.

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