/ lunes 23 de marzo de 2020

Derechos y obligaciones para protegerse del Covid-19

Corresponde al Estado proteger la salud de todas las personas que se encuentren dentro del territorio nacional (legal o ilegalmente), respetando el derecho de asilo y el acceso a la justicia en los términos y condiciones que establezcan las leyes y conforme al contenido y alcance de los tratados internacionales suscritos con otros países y aprobados por el Senado.

Así lo dispone la Constitución federal en los artículos 1, 4 y 29. Los dos primeros preceptos se refieren a la protección de los derechos humanos y la salud, el tercero alude a la suspensión de las garantías individuales cuando se ponga en grave peligro a la sociedad. Y por los estragos que refleja el panorama mundial, desde que se descubrió el coronavirus, México no ha sido ajeno al contagio masivo de la enfermedad que pone en grave riesgo y peligro de muerte a quienes ataca, sin distinción de clases sociales.

Médicos especializados en infectología y epidemiólogos afirman que no se ha atendido adecuadamente a los pacientes de la contagiosa enfermedad, llamada desde ahora como la pandemia siglo. Y por su parte, las más altas autoridades del Sector Salud y el presidente AMLO aseguran que como país, México se encuentra preparado para enfrentar al Covid-19, con el menor riesgo posible. Todos esperamos que así sea, por el bien de la patria y de nosotros mismos.

Por lo pronto, procede cumplir cabalmente las recomendaciones oficiales de quienes tienen a su cargo el cuidado de la salud de la población para no caer en la desobediencia civil, que nos acarrearía graves consecuencias.

A saber: Hay que mantener el distanciamiento social en cuando menos 2 metros de nuestros interlocutores; no celebrar reuniones consideradas masivas, que reúnan grupos de 10 con un máximo de 50 personas. Evitar salir de casa, con la excepción de acudir con urgencia al médico u hospital; cumplir con la higiene personal, en especial el lavado de manos permanente; los estornudos y la tos con pañuelos desechables o en el pliegue del codo. Evitar compartir utensilios de comida y procurar la tranquilidad personal, para que no cunda el pánico.

La cuarentena voluntaria y el auto aislamiento evitarán la suspensión temporal de los derechos humanos que limitan obligatoriamente a no circular en la ciudad, para evitar que las fuerzas de seguridad pública obliguen al infractor a cumplir con la normatividad tendiente a evitar la propagación de la enfermedad.

Corresponde al Estado proteger la salud de todas las personas que se encuentren dentro del territorio nacional (legal o ilegalmente), respetando el derecho de asilo y el acceso a la justicia en los términos y condiciones que establezcan las leyes y conforme al contenido y alcance de los tratados internacionales suscritos con otros países y aprobados por el Senado.

Así lo dispone la Constitución federal en los artículos 1, 4 y 29. Los dos primeros preceptos se refieren a la protección de los derechos humanos y la salud, el tercero alude a la suspensión de las garantías individuales cuando se ponga en grave peligro a la sociedad. Y por los estragos que refleja el panorama mundial, desde que se descubrió el coronavirus, México no ha sido ajeno al contagio masivo de la enfermedad que pone en grave riesgo y peligro de muerte a quienes ataca, sin distinción de clases sociales.

Médicos especializados en infectología y epidemiólogos afirman que no se ha atendido adecuadamente a los pacientes de la contagiosa enfermedad, llamada desde ahora como la pandemia siglo. Y por su parte, las más altas autoridades del Sector Salud y el presidente AMLO aseguran que como país, México se encuentra preparado para enfrentar al Covid-19, con el menor riesgo posible. Todos esperamos que así sea, por el bien de la patria y de nosotros mismos.

Por lo pronto, procede cumplir cabalmente las recomendaciones oficiales de quienes tienen a su cargo el cuidado de la salud de la población para no caer en la desobediencia civil, que nos acarrearía graves consecuencias.

A saber: Hay que mantener el distanciamiento social en cuando menos 2 metros de nuestros interlocutores; no celebrar reuniones consideradas masivas, que reúnan grupos de 10 con un máximo de 50 personas. Evitar salir de casa, con la excepción de acudir con urgencia al médico u hospital; cumplir con la higiene personal, en especial el lavado de manos permanente; los estornudos y la tos con pañuelos desechables o en el pliegue del codo. Evitar compartir utensilios de comida y procurar la tranquilidad personal, para que no cunda el pánico.

La cuarentena voluntaria y el auto aislamiento evitarán la suspensión temporal de los derechos humanos que limitan obligatoriamente a no circular en la ciudad, para evitar que las fuerzas de seguridad pública obliguen al infractor a cumplir con la normatividad tendiente a evitar la propagación de la enfermedad.