/ sábado 4 de mayo de 2024

El don de la maternidad

Dios ha querido compartir algo que le es propio sólo a Él con los padres y las madres. Se trata del don de dar la vida. Esto que sólo se le puede atribuir a Dios como la manifestación de su poder, es algo que comparten las madres a quienes estaremos celebrando este próximo diez de mayo, una fecha que siempre corre el riesgo de perder su dimensión y justa medida y convertirse en el día de la “mamalatría”. Lo cierto es que una madre no podría ser tal sin la presencia de un padre, ambos se complementan y hacen posible el milagro de la vida.

La figura de la maternidad es una muestra de la ternura con la que Dios ama su Creación, y del modo tan especial en el que Él cuida y conserva de todo cuanto existe. El amor materno fue utilizado, incluso, por los profetas para presentar el amor de Dios por los hombres. Es amor que cuida, conserva, impulsa, anima y favorece la madurez y el crecimiento. El amor con esas características es el único digno de ese nombre.

La celebración del Día de las madres es una verdadera fiesta nacional, en la que todos hacen público el amor que tienen por sus madres, por quienes están vivas, pero también con el recuerdo agradecido de quienes ya han pasado a la vida eterna y han dejado un bello jardín como herencia para sus hijos.

No se pueden dejar de lado a todas las madres que sufren por tan diversas razones: por la migración de sus hijos a otras tierras para ganarse lo necesario para subsistir, o por la pobreza extrema que margina y excluye. Por el dolor desgarrador de ver con impotencia como se derrumba la nación.

O por la enfermedad de sus hijos y la imposibilidad de acceder a un sistema de salud justo y con igualdad de condiciones para todos. O los miles de madres buscadoras que, por todo el país, siguen buscando sin descanso los restos de los hijos que cuidaron y vieron crecer. O las madres que son atormentadas por la violencia sin control que hace estragos por todos lados.

Este diez de mayo se piensa en todas, y la mejor manera de celebrar el día de las madres es luchando sin descanso para que las condiciones sociales sean mejores para todos. En las que todas, a lo largo y ancho del país puedan disfrutar de sus vidas, realizándose como personas y disfrutando cada día, sin el pánico que han sufrido tantas madres en nuestra querida nación. Gracias a todas las madres que han culminado su misión y nos han legado esta nación para cuidarla y hacerla mejor. ¡Feliz día de las madres!

Dios ha querido compartir algo que le es propio sólo a Él con los padres y las madres. Se trata del don de dar la vida. Esto que sólo se le puede atribuir a Dios como la manifestación de su poder, es algo que comparten las madres a quienes estaremos celebrando este próximo diez de mayo, una fecha que siempre corre el riesgo de perder su dimensión y justa medida y convertirse en el día de la “mamalatría”. Lo cierto es que una madre no podría ser tal sin la presencia de un padre, ambos se complementan y hacen posible el milagro de la vida.

La figura de la maternidad es una muestra de la ternura con la que Dios ama su Creación, y del modo tan especial en el que Él cuida y conserva de todo cuanto existe. El amor materno fue utilizado, incluso, por los profetas para presentar el amor de Dios por los hombres. Es amor que cuida, conserva, impulsa, anima y favorece la madurez y el crecimiento. El amor con esas características es el único digno de ese nombre.

La celebración del Día de las madres es una verdadera fiesta nacional, en la que todos hacen público el amor que tienen por sus madres, por quienes están vivas, pero también con el recuerdo agradecido de quienes ya han pasado a la vida eterna y han dejado un bello jardín como herencia para sus hijos.

No se pueden dejar de lado a todas las madres que sufren por tan diversas razones: por la migración de sus hijos a otras tierras para ganarse lo necesario para subsistir, o por la pobreza extrema que margina y excluye. Por el dolor desgarrador de ver con impotencia como se derrumba la nación.

O por la enfermedad de sus hijos y la imposibilidad de acceder a un sistema de salud justo y con igualdad de condiciones para todos. O los miles de madres buscadoras que, por todo el país, siguen buscando sin descanso los restos de los hijos que cuidaron y vieron crecer. O las madres que son atormentadas por la violencia sin control que hace estragos por todos lados.

Este diez de mayo se piensa en todas, y la mejor manera de celebrar el día de las madres es luchando sin descanso para que las condiciones sociales sean mejores para todos. En las que todas, a lo largo y ancho del país puedan disfrutar de sus vidas, realizándose como personas y disfrutando cada día, sin el pánico que han sufrido tantas madres en nuestra querida nación. Gracias a todas las madres que han culminado su misión y nos han legado esta nación para cuidarla y hacerla mejor. ¡Feliz día de las madres!