/ domingo 4 de noviembre de 2018

En Estados Unidos las elecciones intermedias definirán el nuevo rumbo de la política exterior

Si el fortalecimiento del Partido Republicano sirve para consolidar su poderío en el Senado norteamericano, aunque los republicanos ganen la mayoría en la Cámara de Representantes, el poder del presidente Donald Trump seguirá igual todo el resto de su periodo gubernamental; y la política exterior de Estados Unidos hacia México y Centroamérica seguirá siendo de menosprecio y sometimiento, sobre todo en materia de derechos humanos e intercambio comercial.

Y si los avances del Partido Demócrata resultan avasalladores, al grado de alcanzar mayoría en el Senado y la Cámara de Representantes, el trabajo de los demócratas para las elecciones presidenciales tendrá que ser tan fuerte y estratégico como para convencer a los norteamericanos de las ventajas que representaría echar a Trump de la Casa Blanca, sin que necesariamente sea la demócrata Hillary Clinton la candidata idónea para ganar la elección presidencial.

Desde ahora se sabe de las aspiraciones del senador Bernie Sanders, quien no pudo vencer en la elección interna del Partido Demócrata a Hillary Clinton, esposa del expresidente Bill Clinton, y la inesperada derrota de Hillary generó una brecha que dividió a los demócratas, quienes hoy podrían cerrar filas para ganar a Trump, aunque, según el politólogo Chris Galdieri, hay tiempo suficiente para encontrar a la figura política que derrote al republicano, pues faltan mil 100 días para la próxima elección presidencial.

Las caravanas de migrantes centroamericanos y su insistencia para cruzar la frontera hacia Estados Unidos ha puesto en jaque al gobierno de México, pues ya no se sabe con exactitud cuántos podrán ingresar al programa de asilo, y seguramente los lugares destinados para ese propósito (meramente humanitario) no serán suficientes para la gran demanda de migrantes cuya aspiración es alcanzar “el sueño americano” y no resignarse a vivir en nuestro país.

Los migrantes deberían saber que en nuestro país los registros del gobierno federal contabilizan 60 millones de personas en estado de pobreza y 15millones de personas en pobreza extrema, que sobreviven de las dádivas del gobierno mediante programas asistencialistas donde no cabe una persona más, aunque los funcionarios que terminan su función a fines del presente mes digan lo contrario.

El asilo mexicano a los migrantes centroamericanos sólo aumentará la pobreza.


Si el fortalecimiento del Partido Republicano sirve para consolidar su poderío en el Senado norteamericano, aunque los republicanos ganen la mayoría en la Cámara de Representantes, el poder del presidente Donald Trump seguirá igual todo el resto de su periodo gubernamental; y la política exterior de Estados Unidos hacia México y Centroamérica seguirá siendo de menosprecio y sometimiento, sobre todo en materia de derechos humanos e intercambio comercial.

Y si los avances del Partido Demócrata resultan avasalladores, al grado de alcanzar mayoría en el Senado y la Cámara de Representantes, el trabajo de los demócratas para las elecciones presidenciales tendrá que ser tan fuerte y estratégico como para convencer a los norteamericanos de las ventajas que representaría echar a Trump de la Casa Blanca, sin que necesariamente sea la demócrata Hillary Clinton la candidata idónea para ganar la elección presidencial.

Desde ahora se sabe de las aspiraciones del senador Bernie Sanders, quien no pudo vencer en la elección interna del Partido Demócrata a Hillary Clinton, esposa del expresidente Bill Clinton, y la inesperada derrota de Hillary generó una brecha que dividió a los demócratas, quienes hoy podrían cerrar filas para ganar a Trump, aunque, según el politólogo Chris Galdieri, hay tiempo suficiente para encontrar a la figura política que derrote al republicano, pues faltan mil 100 días para la próxima elección presidencial.

Las caravanas de migrantes centroamericanos y su insistencia para cruzar la frontera hacia Estados Unidos ha puesto en jaque al gobierno de México, pues ya no se sabe con exactitud cuántos podrán ingresar al programa de asilo, y seguramente los lugares destinados para ese propósito (meramente humanitario) no serán suficientes para la gran demanda de migrantes cuya aspiración es alcanzar “el sueño americano” y no resignarse a vivir en nuestro país.

Los migrantes deberían saber que en nuestro país los registros del gobierno federal contabilizan 60 millones de personas en estado de pobreza y 15millones de personas en pobreza extrema, que sobreviven de las dádivas del gobierno mediante programas asistencialistas donde no cabe una persona más, aunque los funcionarios que terminan su función a fines del presente mes digan lo contrario.

El asilo mexicano a los migrantes centroamericanos sólo aumentará la pobreza.