/ martes 13 de abril de 2021

En la 4T pesan más remesas que migrantes

El pasado 12 de enero Donald Trump, entonces presidente de Estados Unidos, se despidió del presidente Andrés Manuel López Obrador, agradeciéndole su amistad y caballerosidad con el país vecino del norte. En ese entonces Trump dijo: “Quiero agradecerle al gran presidente de México y gran caballero y amigo mío, el presidente Obrador”, por el despliegue de 27 mil soldados en la frontera norte, para disuadir e impedir la entrada de migrantes a Estados Unidos.

Pasados los disturbios del Capitolio, el nuevo presidente norteamericano Joe Biden esperaba mantener la buena relación que tuvo López Obrador con su antecesor Donald Trump, porque el tema de los derechos humanos y la migración, además de complejo, es prioritario para la sociedad norteamericana. Biden quedó en espera de la “felicitación” del presidente AMLO, la cual llegó tardíamente.

La semana pasada tuvieron comunicación telefónica el presidente de México, asistido por el canciller Marcelo Ebrard, con la vicepresidenta norteamericana Kamala Harris, y el tema urgente a tratar fue el cierre del paso fronterizo hacia Estados Unidos, argumentando la necesidad de detener los contagios del Covid-19.

Hoy se sabe que serán 10 mil soldados mexicanos los que cuidarán nuestra frontera sur (el número de elementos disminuyó, pero la percepción de remesas sigue igual) y que por parte de Guatemala, Honduras y El Salvador, el despliegue de militares será menor al nuestro, pero también implementarán operativos que garanticen la seguridad, tanto de los migrantes como de la población asentada en las rutas de tráfico migratorio.

Por lo visto el cambio de actitudes entre los presidentes de México y Estados Unidos echan por tierra cualquier posibilidad para mantener una relación amistosa y productiva en beneficio de la economía nacional y las fuentes de empleo de los trabajadores mexicanos, sepultando cualquier posibilidad de arraigo de quienes a falta de oportunidades en su patria, han tenido que insistir en pasar la frontera norte y alcanzar el sueño americano.

Qué bueno que Joe Biden se ha mostrado ecuánime y generoso con nuestro país, a pesar de que el presidente de la 4T, en abierto hizo campaña a favor de Donald Trump y después de la derrota, como ha sido su actitud política en México, López Obrador expresó su desencanto por los resultados electorales democráticos en Estados Unidos.

El pasado 12 de enero Donald Trump, entonces presidente de Estados Unidos, se despidió del presidente Andrés Manuel López Obrador, agradeciéndole su amistad y caballerosidad con el país vecino del norte. En ese entonces Trump dijo: “Quiero agradecerle al gran presidente de México y gran caballero y amigo mío, el presidente Obrador”, por el despliegue de 27 mil soldados en la frontera norte, para disuadir e impedir la entrada de migrantes a Estados Unidos.

Pasados los disturbios del Capitolio, el nuevo presidente norteamericano Joe Biden esperaba mantener la buena relación que tuvo López Obrador con su antecesor Donald Trump, porque el tema de los derechos humanos y la migración, además de complejo, es prioritario para la sociedad norteamericana. Biden quedó en espera de la “felicitación” del presidente AMLO, la cual llegó tardíamente.

La semana pasada tuvieron comunicación telefónica el presidente de México, asistido por el canciller Marcelo Ebrard, con la vicepresidenta norteamericana Kamala Harris, y el tema urgente a tratar fue el cierre del paso fronterizo hacia Estados Unidos, argumentando la necesidad de detener los contagios del Covid-19.

Hoy se sabe que serán 10 mil soldados mexicanos los que cuidarán nuestra frontera sur (el número de elementos disminuyó, pero la percepción de remesas sigue igual) y que por parte de Guatemala, Honduras y El Salvador, el despliegue de militares será menor al nuestro, pero también implementarán operativos que garanticen la seguridad, tanto de los migrantes como de la población asentada en las rutas de tráfico migratorio.

Por lo visto el cambio de actitudes entre los presidentes de México y Estados Unidos echan por tierra cualquier posibilidad para mantener una relación amistosa y productiva en beneficio de la economía nacional y las fuentes de empleo de los trabajadores mexicanos, sepultando cualquier posibilidad de arraigo de quienes a falta de oportunidades en su patria, han tenido que insistir en pasar la frontera norte y alcanzar el sueño americano.

Qué bueno que Joe Biden se ha mostrado ecuánime y generoso con nuestro país, a pesar de que el presidente de la 4T, en abierto hizo campaña a favor de Donald Trump y después de la derrota, como ha sido su actitud política en México, López Obrador expresó su desencanto por los resultados electorales democráticos en Estados Unidos.