Una de las formas de promover las bellezas naturales de nuestro país, para que se conozcan en el extranjero y se abran nuevas oportunidades de desarrollo comercial, ha sido la celebración de los tianguis turísticos, organizados por el gobierno federal a través de la dependencia del ramo y con la participación de los gobiernos estatales e inversionistas privados, conscientes de la grave crisis que ha mermado los ingresos provenientes del turismo por el alza de la criminalidad.
Acapulco ha sido desde hace por lo menos media centuria, el destino de playa favorito de los mexicanos y por la infraestructura turística con que cuenta, la belleza de todos los paisajes se destacan por su ubicación a lo largo de aproximadamente 20 kilometros de playas, conocidas mundialmente por su gran difusión internacional; todo lo cual ha hecho posible que se disfrute por turistas nacionales y extranjeros.
Algunos personajes del ámbito político, social y empresarial, periódicamente acudían en plan de descanso y a practicar la pesca deportiva, buceo y otros deportes acuáticos, convirtiendo al puerto en un mosaico de sorpresas y atractivos, llegando a destacar la bahía de Acapulco como la más hermosa del mundo. De la llamada “zona dorada”, a la “zona diamante”, existen hoteles y centros de diversión, residencias de descanso para el turismo internacional y en un recorrido de pocos minutos se puede acceder al nuevo aeropuerto internacional.
Ahora el panorama turístico se complica, puesto que la vida nocturna de Acapulco ha sido fuertemente golpeada por la criminalidad y la delincuencia, que no respeta ni centros gastronómicos o lugares de esparcimiento y diversión familiar. La Secretaría de Turismo sufre recortes presupuestales que afectan la publicidad de eventos como el Tianguis Turístico y la llamada industria sin chimeneas, se cae irremediablemente.
Difícil tarea para el secretario Miguel Torruco, la de maximizar los recursos destinados a la promoción del Tianguis Turístico de Acapulco, puesto que el presidente López Obrador ya dijo que no se destinarán recursos para esa difusión turística, evitando el derroche de otros tiempos. Y es que la razón le asiste al presidente, al criticar a quienes manejaban alrededor de 6 mil millones de pesos para pagar publicidad en Mexico y en el extranjero, sin reciprocidad con resultados tangibles.
