/ lunes 20 de noviembre de 2023

La comparecencia: una burla

Este jueves 23 de noviembre se cumplen siete años desde que el gobierno federal, a través de la Secretaría de Gobernación, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim) y el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), decretó la Alerta por Violencia de Género contra las Mujeres de Veracruz por el Delito de Feminicidio. De entonces a la fecha, tres gubernaturas han debido implementarla al realizar acciones que respondan a lo que mandata la Declaratoria de Alerta. Escribo que han debido porque no lo lograron. Ningún color, ningún partido, ni ser de “derecha”, “centro” o “izquierda”, permitió siquiera responder con mediana solvencia a las medidas de seguridad, prevención, justicia y reparación emitidas por la Segob en 2016 para atender el desastre que había (y aún hay) en Veracruz en materia de violencia feminicida.

Mucha improvisación, machismo e ignorancia han caracterizado estos siete años de Alerta. El discurso “con perspectiva de género” ha vestido bien al funcionariado en turno, pero las acciones de violencia institucional y desapego a los Derechos Humanos han sido el sello característico de los ocho partidos políticos que integraron las coaliciones impulsoras de los tres últimos gobernadores de la entidad (Revolucionario Institucional, Verde de México, Revolucionario Veracruzano, Acción Nacional, Revolución Democrática, Morena, del Trabajo y Encuentro Social).

Ha sido en los discursos alusivos al Día Internacional de las Mujeres, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres o los tristemente célebres y oficialistas Días Naranja, que el tema se asoma. Y nada más. Plagados de datos inexactos, palmaditas en la espalda, voces engoladas que se elevan en discursos triunfalistas llenos de imprecisiones que coquetean peligrosamente con la mentira y el abuso de poder.

Cada día y cada año ha sido lo mismo. La muestra más reciente de ello fue la comparecencia de la Secretaría de Gobierno ante el Congreso local, en la voz de su Encargado de despacho. Me indignaron muchos datos ahí referidos, pero por razones de espacio y de desánimo, solo me centro en dos:

1. Nuevamente los eventos de capacitación, “sensibilización”, programas y cursos en materia de perspectiva de género (cualquier cosa que el Encargado y el funcionariado entiendan por ese término) parecieran ser las solución a las violencias contra mujeres. Bien sabemos que este tipo de acciones son una espiral sin fin y sin provecho que no logran sensibilizar al personal gubernamental que ha destacado en este sexenio por casos graves de acoso y hostigamiento sexual sin que nada haya cambiado y sin que los cursos hayan servido para algo. La Secretaría de Gobierno ha sido y sigue siendo un ejemplo puntual de ello. No se hagan tontos. Nosotras no olvidamos.

2. La actitud triunfalista con la que se dijo haber atendido la Alerta por feminicidio. Tal vez fue aquí en donde se exhibió más ignorancia y desinterés. Presumir que en México, entre los municipios con más delitos de feminicidio solo se encuentra Veracruz y Papantla, pero que este último no estáincluido en la Declaratoria, evidencia un analfabetismo para gobernar que espanta. Lo es aún más decir que hay un acumulado de feminicidios de 100 casos por año que dejaron otras administraciones; pero que ahora ha ido a la baja. “Parece catastrófica la cifra que nos pone en tercer lugar (nacional)… Hoy en 2023, solamente hay 41 feminicidios”. No está contando votos, Sr. Encargado. Son vidas de mujeres, solamente eso.


*Coordinadora del Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres. Universidad Veracruzana

Este jueves 23 de noviembre se cumplen siete años desde que el gobierno federal, a través de la Secretaría de Gobernación, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim) y el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), decretó la Alerta por Violencia de Género contra las Mujeres de Veracruz por el Delito de Feminicidio. De entonces a la fecha, tres gubernaturas han debido implementarla al realizar acciones que respondan a lo que mandata la Declaratoria de Alerta. Escribo que han debido porque no lo lograron. Ningún color, ningún partido, ni ser de “derecha”, “centro” o “izquierda”, permitió siquiera responder con mediana solvencia a las medidas de seguridad, prevención, justicia y reparación emitidas por la Segob en 2016 para atender el desastre que había (y aún hay) en Veracruz en materia de violencia feminicida.

Mucha improvisación, machismo e ignorancia han caracterizado estos siete años de Alerta. El discurso “con perspectiva de género” ha vestido bien al funcionariado en turno, pero las acciones de violencia institucional y desapego a los Derechos Humanos han sido el sello característico de los ocho partidos políticos que integraron las coaliciones impulsoras de los tres últimos gobernadores de la entidad (Revolucionario Institucional, Verde de México, Revolucionario Veracruzano, Acción Nacional, Revolución Democrática, Morena, del Trabajo y Encuentro Social).

Ha sido en los discursos alusivos al Día Internacional de las Mujeres, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres o los tristemente célebres y oficialistas Días Naranja, que el tema se asoma. Y nada más. Plagados de datos inexactos, palmaditas en la espalda, voces engoladas que se elevan en discursos triunfalistas llenos de imprecisiones que coquetean peligrosamente con la mentira y el abuso de poder.

Cada día y cada año ha sido lo mismo. La muestra más reciente de ello fue la comparecencia de la Secretaría de Gobierno ante el Congreso local, en la voz de su Encargado de despacho. Me indignaron muchos datos ahí referidos, pero por razones de espacio y de desánimo, solo me centro en dos:

1. Nuevamente los eventos de capacitación, “sensibilización”, programas y cursos en materia de perspectiva de género (cualquier cosa que el Encargado y el funcionariado entiendan por ese término) parecieran ser las solución a las violencias contra mujeres. Bien sabemos que este tipo de acciones son una espiral sin fin y sin provecho que no logran sensibilizar al personal gubernamental que ha destacado en este sexenio por casos graves de acoso y hostigamiento sexual sin que nada haya cambiado y sin que los cursos hayan servido para algo. La Secretaría de Gobierno ha sido y sigue siendo un ejemplo puntual de ello. No se hagan tontos. Nosotras no olvidamos.

2. La actitud triunfalista con la que se dijo haber atendido la Alerta por feminicidio. Tal vez fue aquí en donde se exhibió más ignorancia y desinterés. Presumir que en México, entre los municipios con más delitos de feminicidio solo se encuentra Veracruz y Papantla, pero que este último no estáincluido en la Declaratoria, evidencia un analfabetismo para gobernar que espanta. Lo es aún más decir que hay un acumulado de feminicidios de 100 casos por año que dejaron otras administraciones; pero que ahora ha ido a la baja. “Parece catastrófica la cifra que nos pone en tercer lugar (nacional)… Hoy en 2023, solamente hay 41 feminicidios”. No está contando votos, Sr. Encargado. Son vidas de mujeres, solamente eso.


*Coordinadora del Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres. Universidad Veracruzana