/ domingo 2 de junio de 2024

La democracia, usos y costumbres, además de costos

Este año se estarán llevando a cabo las elecciones más grandes en nuestra vida democrática como país, y es que están en juego más de 20 mil posiciones de elección popular, pero lo realmente trascendental de estas elecciones, como las de cualquier otras, es la selección de nuestros representantes populares, ya que son los que conducirán nuestro rumbo, o al menos eso siempre se ha creído, sin embargo, no es así.

Y es que a lo largo de la historia no solo de México, sino de la humanidad hemos visto como no tener funcionarios capacitados y con entrega, conduce al fracaso y a la desaparición del sistema, del status quo, podemos citar a Calígula, Nerón, Luis XVI, entre otros, que perdieron el poder sobre sus dominios por no ejercer de forma correcta su función de administrador principal, su función de ejercer el poder de forma correcta.

La realidad es otra, ellos, como cualquier gobernante está supeditado a un ente superior, el ente de las instituciones, y es que el poder no se crea ni se destruye, solo cambia de lado. Maquiavelo decía que el poder que pierde un grupo, de forma inmediata lo gana otro, con lo cual es sumamente importante y preocupante qué hacer con ese poder los gobernantes tienen la responsabilidad moral de dar su mejor esfuerzo cumpliendo y haciendo que se cumplan las leyes y reglamentaciones necesarias para el correcto funcionamiento de un Estado.

Por lo cual, seleccionar gobernantes con un perfil ad hoc, es fundamental en el desarrollo de cualquier país.

En México hemos tenido diferentes formas de gobierno, que han estado dotadas de las circunstancias, podemos ver un imperio con Iturbide y Maximiliano, un centralismo constitucional con Lucas Alamán, un centralismo de facto desde siempre, un federalismo compacto desde Salinas hasta Peña Nieto hasta reencontrarnos con un neocentralismo.

Todas estas modificaciones administrativas obedecen a los enfoques de los gobernantes en turno, con lo cual, el desarrollo del país queda supeditado a las acciones del gobernante en turno, lo cual, en la mayor parte de las ocasiones, acaba por afectar a la población. Si bien el cambio de representantes populares no dejaran de ocurrir (como debe ser), el conservar el desarrollo sobre las decisiones del gobernante en turno, debe ser inamovible, con lo cual, las que juegan el papel más relevantes en el desarrollo del país son las instituciones, las cuales son garantes del marco regulatorio que permitirá el quehacer diario, por ello el fortalecimiento de estas y su legitimización son parte fundamental en toda democracia y desarrollo económico, ya que por un lado dan certeza del quehacer actual, y por otro lado, son garantes de futuro, es decir, mediante herramientas como los criterios de política económica, miden la realidad económica y trazan perspectivas tanto de ingreso como de egreso de la nación, esto de manera independiente de la visión y trazo de política del gobernante en turno.

El costo económico de estas elecciones en México es significativo. El Consejo General del INE solicitó a la Cámara de Diputados la asignación de un presupuesto total de unos US$ 1.400 millones (23.757 millones de pesos), monto que señala, es 11.05% mayor que el de 2018.

El INE detalla en su página oficial que se elegirán más de 20.000 cargos públicos. Entre ellos, se renovará la Presidencia de la República, así como el Congreso de la Unión: 128 senadores y 500 diputados.

De las senadurías, 64 serán elegidas por el principio de mayoría relativa, 32 por el principio de representación proporcional y los 32 restantes de primera minoría. Y se elegirán a gobernadores en ocho estados: Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán, así como la jefatura de Ciudad de México.

Por lo que es importante saber qué clase de gobernante se elige en las urnas, seleccionarlo con base a criterios de costo beneficio para el entorno global y acorde a la visión tanto a corto como largo plazos, pero si este no tiene la visión correcta, son las mismas instituciones quienes den la garantía que las acciones emprendidas por el gobernante no serán atroces para el país, ya que ellas fungen como freno.

Lo más importante en un país, no es el gobernante, es el fortalecimiento de las instituciones, ya que ellas son las garantes del correcto funcionamiento del país.

@EdgarSandovaP
X-IG-TikTok

Este año se estarán llevando a cabo las elecciones más grandes en nuestra vida democrática como país, y es que están en juego más de 20 mil posiciones de elección popular, pero lo realmente trascendental de estas elecciones, como las de cualquier otras, es la selección de nuestros representantes populares, ya que son los que conducirán nuestro rumbo, o al menos eso siempre se ha creído, sin embargo, no es así.

Y es que a lo largo de la historia no solo de México, sino de la humanidad hemos visto como no tener funcionarios capacitados y con entrega, conduce al fracaso y a la desaparición del sistema, del status quo, podemos citar a Calígula, Nerón, Luis XVI, entre otros, que perdieron el poder sobre sus dominios por no ejercer de forma correcta su función de administrador principal, su función de ejercer el poder de forma correcta.

La realidad es otra, ellos, como cualquier gobernante está supeditado a un ente superior, el ente de las instituciones, y es que el poder no se crea ni se destruye, solo cambia de lado. Maquiavelo decía que el poder que pierde un grupo, de forma inmediata lo gana otro, con lo cual es sumamente importante y preocupante qué hacer con ese poder los gobernantes tienen la responsabilidad moral de dar su mejor esfuerzo cumpliendo y haciendo que se cumplan las leyes y reglamentaciones necesarias para el correcto funcionamiento de un Estado.

Por lo cual, seleccionar gobernantes con un perfil ad hoc, es fundamental en el desarrollo de cualquier país.

En México hemos tenido diferentes formas de gobierno, que han estado dotadas de las circunstancias, podemos ver un imperio con Iturbide y Maximiliano, un centralismo constitucional con Lucas Alamán, un centralismo de facto desde siempre, un federalismo compacto desde Salinas hasta Peña Nieto hasta reencontrarnos con un neocentralismo.

Todas estas modificaciones administrativas obedecen a los enfoques de los gobernantes en turno, con lo cual, el desarrollo del país queda supeditado a las acciones del gobernante en turno, lo cual, en la mayor parte de las ocasiones, acaba por afectar a la población. Si bien el cambio de representantes populares no dejaran de ocurrir (como debe ser), el conservar el desarrollo sobre las decisiones del gobernante en turno, debe ser inamovible, con lo cual, las que juegan el papel más relevantes en el desarrollo del país son las instituciones, las cuales son garantes del marco regulatorio que permitirá el quehacer diario, por ello el fortalecimiento de estas y su legitimización son parte fundamental en toda democracia y desarrollo económico, ya que por un lado dan certeza del quehacer actual, y por otro lado, son garantes de futuro, es decir, mediante herramientas como los criterios de política económica, miden la realidad económica y trazan perspectivas tanto de ingreso como de egreso de la nación, esto de manera independiente de la visión y trazo de política del gobernante en turno.

El costo económico de estas elecciones en México es significativo. El Consejo General del INE solicitó a la Cámara de Diputados la asignación de un presupuesto total de unos US$ 1.400 millones (23.757 millones de pesos), monto que señala, es 11.05% mayor que el de 2018.

El INE detalla en su página oficial que se elegirán más de 20.000 cargos públicos. Entre ellos, se renovará la Presidencia de la República, así como el Congreso de la Unión: 128 senadores y 500 diputados.

De las senadurías, 64 serán elegidas por el principio de mayoría relativa, 32 por el principio de representación proporcional y los 32 restantes de primera minoría. Y se elegirán a gobernadores en ocho estados: Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán, así como la jefatura de Ciudad de México.

Por lo que es importante saber qué clase de gobernante se elige en las urnas, seleccionarlo con base a criterios de costo beneficio para el entorno global y acorde a la visión tanto a corto como largo plazos, pero si este no tiene la visión correcta, son las mismas instituciones quienes den la garantía que las acciones emprendidas por el gobernante no serán atroces para el país, ya que ellas fungen como freno.

Lo más importante en un país, no es el gobernante, es el fortalecimiento de las instituciones, ya que ellas son las garantes del correcto funcionamiento del país.

@EdgarSandovaP
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