/ miércoles 17 de octubre de 2018

La discordia política con toda su fuerza acaba a Rosario Robles

Seis horas fueron suficientes a los diputados de MORENA y el PAN, para cuestionar con severidad y destruir su imagen, sin importar la “violencia política de género”, que argumentó la titular de Sedatu a su favor, quien no pudo parar o disminuir la agresividad de los interrogatorios, que más parecían de fiscales o ministerios públicos, que de diputados y diputadas. Los reclamos a Robles Berlanga llegaron al grado de que en pleno rostro una representante del partido Morena elevando el tono de su voz, le recordó: “El puesto le durará seis años y la vergüenza por su mal desempeño, toda la vida”.

Rosario Robles se limitó a responder que se va del cargo con las manos limpias y la conciencia tranquila, y que estará esperando las acusaciones formales de quienes hoy la acusan, para responder en el terreno legal si fuera necesario, ya que no desvió recursos públicos para favorecer a terceras personas, y menos aún para favorecerse ella misma del cargo que le confirió Enrique Peña Nieto.

Con relación a la “Estafa Maestra”, argumentó que los contratos celebrados con las universidades y con los sistemas estatales, se suscribieron legalmente y en ningún caso aparece su firma ni prueba alguna que la incrimine, como pretenden la mayoría de los diputados, quienes con falsas acusaciones lo único que persiguen es dañar su imagen pública.

El diputado Fernández Noroña, alineado plenamente a los intereses del partido Morena, con el ánimo de agrandar la discordia política en contra de una de las colaboradoras de mayor confianza del presidente Peña Nieto, con su característica bravuconería recurrió al insulto y a la bajeza de cuestionar la vida privada de Rosario Robles, asunto que nada tiene que ver con su buen o mal desempeño al frente de la Sedesol y de la Sedatu.

Las mentadas de madre entre priistas y morenistas se escucharon en todo el recinto parlamentario y las amenazas de llegar a los golpes entre Enrique Miranda y el propio Gerardo Fernández Noroña, estuvieron a punto de acabar con las sesión, hecho que fue impedido por el coordinador de diputados del PRI, René Juárez Cisneros.

Con lo anterior se dio fin a la esperada y polémica comparecencia de la ex presidenta nacional del PRD, predecesora de AMLO en el gobierno capitalino, Rosario Robles Berlanga. Quien hoy se presenta como orgullosa aliada y subalterna del primer priísta de México. Total que el pueblo no importa, pero sí destruir a los opositores.


Seis horas fueron suficientes a los diputados de MORENA y el PAN, para cuestionar con severidad y destruir su imagen, sin importar la “violencia política de género”, que argumentó la titular de Sedatu a su favor, quien no pudo parar o disminuir la agresividad de los interrogatorios, que más parecían de fiscales o ministerios públicos, que de diputados y diputadas. Los reclamos a Robles Berlanga llegaron al grado de que en pleno rostro una representante del partido Morena elevando el tono de su voz, le recordó: “El puesto le durará seis años y la vergüenza por su mal desempeño, toda la vida”.

Rosario Robles se limitó a responder que se va del cargo con las manos limpias y la conciencia tranquila, y que estará esperando las acusaciones formales de quienes hoy la acusan, para responder en el terreno legal si fuera necesario, ya que no desvió recursos públicos para favorecer a terceras personas, y menos aún para favorecerse ella misma del cargo que le confirió Enrique Peña Nieto.

Con relación a la “Estafa Maestra”, argumentó que los contratos celebrados con las universidades y con los sistemas estatales, se suscribieron legalmente y en ningún caso aparece su firma ni prueba alguna que la incrimine, como pretenden la mayoría de los diputados, quienes con falsas acusaciones lo único que persiguen es dañar su imagen pública.

El diputado Fernández Noroña, alineado plenamente a los intereses del partido Morena, con el ánimo de agrandar la discordia política en contra de una de las colaboradoras de mayor confianza del presidente Peña Nieto, con su característica bravuconería recurrió al insulto y a la bajeza de cuestionar la vida privada de Rosario Robles, asunto que nada tiene que ver con su buen o mal desempeño al frente de la Sedesol y de la Sedatu.

Las mentadas de madre entre priistas y morenistas se escucharon en todo el recinto parlamentario y las amenazas de llegar a los golpes entre Enrique Miranda y el propio Gerardo Fernández Noroña, estuvieron a punto de acabar con las sesión, hecho que fue impedido por el coordinador de diputados del PRI, René Juárez Cisneros.

Con lo anterior se dio fin a la esperada y polémica comparecencia de la ex presidenta nacional del PRD, predecesora de AMLO en el gobierno capitalino, Rosario Robles Berlanga. Quien hoy se presenta como orgullosa aliada y subalterna del primer priísta de México. Total que el pueblo no importa, pero sí destruir a los opositores.