/ lunes 4 de enero de 2021

López-Gatell, testimonio de la impunidad en la 4T

Ni la defensa del exdirector de Protección Civil del gobierno de la 4T, David León (tristemente célebre por su participación en la colecta de dinero entregado en efectivo a Pío López Obrador), puede salvar la desgastada imagen del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, a quien sin importarle haber abandonado su tarea como “comandante en jefe” en la lucha contra la pandemia, se fue de vacaciones a las playas de Huatulco.

Tampoco el momento más crítico por la manipulación y cambio al color rojo del semáforo epidemiológico en casi todo el país impidió que el principal asesor del presidente López Obrador para detener el número creciente de muertos ante la imparable pandemia por el Covid-19, moviera la conciencia del apodado en redes como el “doctor muerte”, violando con esa conducta irresponsable la obligación que para la sociedad civil representa “quedarse en casa” y para los integrantes del sector salud representa seguir al frente de su reconocida labor en defensa de la vida.

Y para los que quieren engrandecer al doctor Gatell habría que recordarles la reciente declaración del papa Francisco, en la que critica a quienes de manera irresponsable prefieren “su propio placer”, tomando vacaciones y descuidando sus responsabilidades durante la pandemia.

Hasta el periodista Julio Astillero, destacado “amlover”, tuvo el acierto de criticar al doctor Hugo López-Gatell, en dos escenarios que se aplican a los hombres del gobierno en funciones, pues en primer lugar señala que en lo institucional “agravió la política general de Quédate en Casa”; en cuanto hace a la política del multicitado doctor Gatell, Astillero la califica de “políticamente reprobable”, al considerar el hecho como una imagen criticable a todas luces, principalmente por sus adversarios, que ya lo han expresado.

Si existiera alguna forma de justificar el agravio para las familias de los 127 mil muertos, que deriva de la irresponsabilidad de López-Gatell de irse a vacacionar en pleno semáforo rojo, por lo menos el subsecretario de Salud debería renunciar a su cargo y presentarse ante las autoridades, ante las cuales ha sido denunciado por ilícitos tan graves como genocidio o incumplimiento de un deber legal, por los que tarde o temprano tendrá que responder.

Ni la defensa del exdirector de Protección Civil del gobierno de la 4T, David León (tristemente célebre por su participación en la colecta de dinero entregado en efectivo a Pío López Obrador), puede salvar la desgastada imagen del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, a quien sin importarle haber abandonado su tarea como “comandante en jefe” en la lucha contra la pandemia, se fue de vacaciones a las playas de Huatulco.

Tampoco el momento más crítico por la manipulación y cambio al color rojo del semáforo epidemiológico en casi todo el país impidió que el principal asesor del presidente López Obrador para detener el número creciente de muertos ante la imparable pandemia por el Covid-19, moviera la conciencia del apodado en redes como el “doctor muerte”, violando con esa conducta irresponsable la obligación que para la sociedad civil representa “quedarse en casa” y para los integrantes del sector salud representa seguir al frente de su reconocida labor en defensa de la vida.

Y para los que quieren engrandecer al doctor Gatell habría que recordarles la reciente declaración del papa Francisco, en la que critica a quienes de manera irresponsable prefieren “su propio placer”, tomando vacaciones y descuidando sus responsabilidades durante la pandemia.

Hasta el periodista Julio Astillero, destacado “amlover”, tuvo el acierto de criticar al doctor Hugo López-Gatell, en dos escenarios que se aplican a los hombres del gobierno en funciones, pues en primer lugar señala que en lo institucional “agravió la política general de Quédate en Casa”; en cuanto hace a la política del multicitado doctor Gatell, Astillero la califica de “políticamente reprobable”, al considerar el hecho como una imagen criticable a todas luces, principalmente por sus adversarios, que ya lo han expresado.

Si existiera alguna forma de justificar el agravio para las familias de los 127 mil muertos, que deriva de la irresponsabilidad de López-Gatell de irse a vacacionar en pleno semáforo rojo, por lo menos el subsecretario de Salud debería renunciar a su cargo y presentarse ante las autoridades, ante las cuales ha sido denunciado por ilícitos tan graves como genocidio o incumplimiento de un deber legal, por los que tarde o temprano tendrá que responder.