/ martes 28 de enero de 2020

Marcha de Sicilia y los LeBarón, ¿hubo bloqueo?

Enarbolando la bandera de una lucha legítima por la verdad, justicia y paz, salieron el pasado jueves (23), desde Cuernavaca, Morelos, el poeta Javier Sicilia y los hermanos Julián y Adrián LeBarón, quienes dolidos por la muerte de familiares reclaman atención y esclarecimiento de los hechos a los funcionarios públicos del más alto nivel.

La marcha concluyó el domingo pasado en el Zócalo de la CDMX, frente a Palacio Nacional, pretendiendo ser atendidos por el presidente López Obrador, quien días antes los remitió a plantear sus demandas directamente al gabinete de Seguridad.

Remisión que fue rechazada por quienes han perdido hijos y esposas en crímenes dolosos, sin que las autoridades que procuran justicia hayan llegado al esclarecimiento de esos proditorios asesinatos.

Alberto Athié, luchador social y defensor de los derechos humanos, se unió a la marcha, y por lo que se sabe de él, en noviembre pasado renunció a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, (CNDH) por inconformidad con la presidenta Rosario Piedra Ibarra, a quien acusa de ineptitud para enfrentar a los defensores de la memoria del padre Marcial Maciel, quien es señalado de haber violado a decenas de niños, y que ni la justicia mexicana ni el Papa Benedicto XVI sancionaron como correspondía, según el dicho del exsacerdote Athié.

Lo extraño del fracaso de esta marcha fue la escasa asistencia de apoyadores a la convocatoria de quienes se duelen de una desatención injustificada de las fiscalías del fuero común y federal del gobierno en funciones.

Javier Sicilia perdió a su hijo hace 8 años, casi al final del gobierno de Felipe Calderón y desde entonces, acompañado por el padre Alejandro Solalinde, recorrió el país entero en una caminata de protesta y demanda de justicia.

Los hermanos LeBarón perdieron a nueve miembros de su familia, incluidos niños que acompañaban a sus madres, apenas el 4 de noviembre pasado.

Los asesinos después de la masacre quemaron a sus víctimas y las abandonaron, en una intrincada zona de la Sierra Madre Occidental entre las comunidades de La Mora y Bavispe, Sonora, donde radicaban.

Los marchistas rechazaron hablar con el gabinete de seguridad; el señor presidente Andrés Manuel López Obrador estaba de gira fuera de la Ciudad de México; los líderes de Morena, informó el senador Monreal, estaban en su Congreso para destronar a Yeidckol; y el dirigente del PAN, Marko Cortés, sólo se concretó a recomendar a López Obrador, atender a los marchistas.

Conclusión: por eso Somos como somos y estamos como estamos.

Enarbolando la bandera de una lucha legítima por la verdad, justicia y paz, salieron el pasado jueves (23), desde Cuernavaca, Morelos, el poeta Javier Sicilia y los hermanos Julián y Adrián LeBarón, quienes dolidos por la muerte de familiares reclaman atención y esclarecimiento de los hechos a los funcionarios públicos del más alto nivel.

La marcha concluyó el domingo pasado en el Zócalo de la CDMX, frente a Palacio Nacional, pretendiendo ser atendidos por el presidente López Obrador, quien días antes los remitió a plantear sus demandas directamente al gabinete de Seguridad.

Remisión que fue rechazada por quienes han perdido hijos y esposas en crímenes dolosos, sin que las autoridades que procuran justicia hayan llegado al esclarecimiento de esos proditorios asesinatos.

Alberto Athié, luchador social y defensor de los derechos humanos, se unió a la marcha, y por lo que se sabe de él, en noviembre pasado renunció a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, (CNDH) por inconformidad con la presidenta Rosario Piedra Ibarra, a quien acusa de ineptitud para enfrentar a los defensores de la memoria del padre Marcial Maciel, quien es señalado de haber violado a decenas de niños, y que ni la justicia mexicana ni el Papa Benedicto XVI sancionaron como correspondía, según el dicho del exsacerdote Athié.

Lo extraño del fracaso de esta marcha fue la escasa asistencia de apoyadores a la convocatoria de quienes se duelen de una desatención injustificada de las fiscalías del fuero común y federal del gobierno en funciones.

Javier Sicilia perdió a su hijo hace 8 años, casi al final del gobierno de Felipe Calderón y desde entonces, acompañado por el padre Alejandro Solalinde, recorrió el país entero en una caminata de protesta y demanda de justicia.

Los hermanos LeBarón perdieron a nueve miembros de su familia, incluidos niños que acompañaban a sus madres, apenas el 4 de noviembre pasado.

Los asesinos después de la masacre quemaron a sus víctimas y las abandonaron, en una intrincada zona de la Sierra Madre Occidental entre las comunidades de La Mora y Bavispe, Sonora, donde radicaban.

Los marchistas rechazaron hablar con el gabinete de seguridad; el señor presidente Andrés Manuel López Obrador estaba de gira fuera de la Ciudad de México; los líderes de Morena, informó el senador Monreal, estaban en su Congreso para destronar a Yeidckol; y el dirigente del PAN, Marko Cortés, sólo se concretó a recomendar a López Obrador, atender a los marchistas.

Conclusión: por eso Somos como somos y estamos como estamos.