/ jueves 5 de julio de 2018

MC, una derrota tras otra en Veracruz

El proceso local electoral 2017-2018, para gobernador y diputados locales de Veracruz, representó un nuevo descalabro para el Movimiento Ciudadano.

Si en 2016 el resultado de la elección veracruzana fue un desastre para el partido fundado y liderado por Dante Delgado, en 2018 se repitió la historia.

A pesar de la coalición con los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática, el Movimiento Ciudadano volvió a hacer el ridículo en Veracruz.

Como antecedente, en 2016, elección para gobernador y diputados, el citado partido postuló como candidato al Poder Ejecutivo del Estado al ex alcalde xalapapeño Armando Méndez de la Luz; el resultado no podría ser más desastroso: sólo poco más de 33 mil 600 votos, lo que le ubicó como la sexta fuerza política, atrás de PAN-PRD, PRI-Verde-Panal, Morena y PT. Incluso el candidato independiente Juan Bueno Torio tuvo más votos que el abanderado del MC.

Un año después, en 2017, elecciones municipales, parecía que el Movimiento Ciudadano registraba una ligera mejoría, dado que al ganar nueve ayuntamientos logró una votación de más de 220 mil sufragios, para un porcentaje de 6.9.

Para el proceso 2017-2018, que tuvo como jornada electoral el pasado domingo 1 de julio, se confirmó que el MC nada tiene en Veracruz, donde terminó por diluirse hasta quedar como una pequeña expresión política, sin mayores aspiraciones.

De hecho, ni siquiera logró lo suficiente para mantener el registro en la entidad: 79 mil 700 votos, de acuerdo con el PREP, para un 2.41 por ciento. Casi nada.

El partido de Dante Delgado se ubicó en la quinta posición estatal.

Ni siquiera su alianza con PAN y PRD le sirvió al Movimiento para incrementar su votación. Por cierto, el único de esos tres partidos que logró un porcentaje importante fue el blanquiazul, 25.7, dado que tanto PRD como MC tuvieron una cosecha escasa de sufragios, 4.9 y 2.4 respectivamente.

Si en el ámbito nacional el MC no tuvo problemas para conservar el registro (4.88 por ciento gracias al resultado de Jalisco), en Veracruz dicho partido dio pena en el proceso para gobernador y diputados locales, donde no se llevaron nada.

El problema para esa fuerza política es que un año más no podrá acceder a las prerrogativas que se asignan a los partidos que en la entidad superan el 3 por ciento de los votos en la elección para diputados.

Habría que agregar que el Movimiento Ciudadano ha ido de más a menos en Veracruz: no tiene representatividad, carece de cuadros y estructura y, por si fuera poco, tampoco cuenta con voto duro.

Es, en síntesis, un desastre como partido, al menos en la entidad veracruzana.

Por otro lado, tampoco se observa el mínimo esfuerzo de la dirigencia nacional por corregir el rumbo en Veracruz, donde una y otra vez recurre a las mismas fórmulas. Dante Delgado, por ejemplo, ha sido candidato a gobernador dos veces y en ambas ocasiones ha perdido; ya fue abanderado a senador dos veces (una por mayoría y la actual, por representación proporcional), lo que vuelve inevitable la pregunta sobre si acaso no tendrán más cuadros en la entidad.

Lo peor: en cada proceso, en cada campaña, son los mismos nombres, los mismos viejos amigos del fundador, quienes figuran en los espacios importantes del partido –la dirigencia estatal y las candidaturas plurinominales–; sólo algunas veces se da entrada a resentidos y tránsfugas de otras fuerzas políticas; así, el resultado no puede ser otro que una derrota tras otra.

@luisromero85


El proceso local electoral 2017-2018, para gobernador y diputados locales de Veracruz, representó un nuevo descalabro para el Movimiento Ciudadano.

Si en 2016 el resultado de la elección veracruzana fue un desastre para el partido fundado y liderado por Dante Delgado, en 2018 se repitió la historia.

A pesar de la coalición con los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática, el Movimiento Ciudadano volvió a hacer el ridículo en Veracruz.

Como antecedente, en 2016, elección para gobernador y diputados, el citado partido postuló como candidato al Poder Ejecutivo del Estado al ex alcalde xalapapeño Armando Méndez de la Luz; el resultado no podría ser más desastroso: sólo poco más de 33 mil 600 votos, lo que le ubicó como la sexta fuerza política, atrás de PAN-PRD, PRI-Verde-Panal, Morena y PT. Incluso el candidato independiente Juan Bueno Torio tuvo más votos que el abanderado del MC.

Un año después, en 2017, elecciones municipales, parecía que el Movimiento Ciudadano registraba una ligera mejoría, dado que al ganar nueve ayuntamientos logró una votación de más de 220 mil sufragios, para un porcentaje de 6.9.

Para el proceso 2017-2018, que tuvo como jornada electoral el pasado domingo 1 de julio, se confirmó que el MC nada tiene en Veracruz, donde terminó por diluirse hasta quedar como una pequeña expresión política, sin mayores aspiraciones.

De hecho, ni siquiera logró lo suficiente para mantener el registro en la entidad: 79 mil 700 votos, de acuerdo con el PREP, para un 2.41 por ciento. Casi nada.

El partido de Dante Delgado se ubicó en la quinta posición estatal.

Ni siquiera su alianza con PAN y PRD le sirvió al Movimiento para incrementar su votación. Por cierto, el único de esos tres partidos que logró un porcentaje importante fue el blanquiazul, 25.7, dado que tanto PRD como MC tuvieron una cosecha escasa de sufragios, 4.9 y 2.4 respectivamente.

Si en el ámbito nacional el MC no tuvo problemas para conservar el registro (4.88 por ciento gracias al resultado de Jalisco), en Veracruz dicho partido dio pena en el proceso para gobernador y diputados locales, donde no se llevaron nada.

El problema para esa fuerza política es que un año más no podrá acceder a las prerrogativas que se asignan a los partidos que en la entidad superan el 3 por ciento de los votos en la elección para diputados.

Habría que agregar que el Movimiento Ciudadano ha ido de más a menos en Veracruz: no tiene representatividad, carece de cuadros y estructura y, por si fuera poco, tampoco cuenta con voto duro.

Es, en síntesis, un desastre como partido, al menos en la entidad veracruzana.

Por otro lado, tampoco se observa el mínimo esfuerzo de la dirigencia nacional por corregir el rumbo en Veracruz, donde una y otra vez recurre a las mismas fórmulas. Dante Delgado, por ejemplo, ha sido candidato a gobernador dos veces y en ambas ocasiones ha perdido; ya fue abanderado a senador dos veces (una por mayoría y la actual, por representación proporcional), lo que vuelve inevitable la pregunta sobre si acaso no tendrán más cuadros en la entidad.

Lo peor: en cada proceso, en cada campaña, son los mismos nombres, los mismos viejos amigos del fundador, quienes figuran en los espacios importantes del partido –la dirigencia estatal y las candidaturas plurinominales–; sólo algunas veces se da entrada a resentidos y tránsfugas de otras fuerzas políticas; así, el resultado no puede ser otro que una derrota tras otra.

@luisromero85