/ miércoles 25 de marzo de 2020

Winckler y la nueva época en la FGE

El pasado sábado 21, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública dio a conocer las estadísticas de la incidencia delictiva correspondientes a febrero del presente año.

Para efectos de Veracruz, lo destacable es la tendencia a la baja en casi todos los delitos del fuero común.

En los dos primeros meses de 2020, por ejemplo, se registraron 37 homicidios dolosos, menos que en el mismo periodo de 2019. En general prácticamente no hay un solo delito que tenga peores números que el año pasado.

En 2019 hubo en Veracruz 79 secuestros —cifras de enero y febrero—; este año, en ese mismo periodo se registraron 32, menos de la mitad.

En el caso del robo, el delito contra el patrimonio más frecuente, el año anterior se consignaron más de 4 mil 650 casos; este año la cifra se ubicó en 4 mil 390.

Se trata de un avance importante que sólo se explica en función del trabajo tanto de la Secretaría de Seguridad Pública como de la Fiscalía General del Estado.

Ese tema fue retomado el pasado lunes, durante la conferencia del presidente López Obrador, por el titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, quien reconoció el trabajo realizado en materia de prevención del delito y procuración de justicia en Veracruz, entidad que ha logrado reducir los secuestros en más de 55%.

Esa mejora es evidente al revisar las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del SNSP.

Los números de la incidencia delictiva en Veracruz comenzaron a mejorar a partir de septiembre de 2019.

En agosto de ese año, Veracruz había registrado 220 homicidios dolosos, por ejemplo; un mes después la cifra se ubicó en 162; es decir, de un mes para otro hubo caso 60 asesinatos menos… y la cifra siguió disminuyendo.

Antes de agosto, por ejemplo, la entidad había roto todos sus récords en materia de feminicidio y secuestro: en marzo de 2019 se consignaron 25 asesinatos de mujeres por razón de género, en tanto que un mes antes, en febrero, se integraron 40 carpetas de investigación por secuestro.

A partir del octavo mes del año pasado, las estadísticas iniciaron una reducción importante.

Ese resultado en materia de prevención del delito y procuración de justicia podría tener su explicación en un hecho ocurrido a principios de septiembre: la destitución del exfiscal Jorge Winckler Ortiz, quien fue obligado a salir de la Fiscalía para dar paso a la actual encargada del despacho, Verónica Hernández Giadáns.

Alfonso Durazo fue claro durante su comparecencia ante los representantes de los medios informativos: la reducción del secuestro en más de 50% se debe a los nuevos tiempos de coordinación entre la Comisión Nacional Antisecuestro y el Gobierno del Estado. Por supuesto, también a la salida de Jorge Winckler de la Fiscalía veracruzana.

La destitución del exfiscal parece que fue determinante en los resultados de dicha dependencia, que ahora presenta un trabajo eficiente y coordinado con la Federación; hay que recordar que las primeras acciones de la nueva responsable del órgano autónomo fueron una limpia de funcionarios afines a la anterior administración y un esfuerzo por abatir el enorme rezago heredado.

El pasado sábado 21, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública dio a conocer las estadísticas de la incidencia delictiva correspondientes a febrero del presente año.

Para efectos de Veracruz, lo destacable es la tendencia a la baja en casi todos los delitos del fuero común.

En los dos primeros meses de 2020, por ejemplo, se registraron 37 homicidios dolosos, menos que en el mismo periodo de 2019. En general prácticamente no hay un solo delito que tenga peores números que el año pasado.

En 2019 hubo en Veracruz 79 secuestros —cifras de enero y febrero—; este año, en ese mismo periodo se registraron 32, menos de la mitad.

En el caso del robo, el delito contra el patrimonio más frecuente, el año anterior se consignaron más de 4 mil 650 casos; este año la cifra se ubicó en 4 mil 390.

Se trata de un avance importante que sólo se explica en función del trabajo tanto de la Secretaría de Seguridad Pública como de la Fiscalía General del Estado.

Ese tema fue retomado el pasado lunes, durante la conferencia del presidente López Obrador, por el titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, quien reconoció el trabajo realizado en materia de prevención del delito y procuración de justicia en Veracruz, entidad que ha logrado reducir los secuestros en más de 55%.

Esa mejora es evidente al revisar las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del SNSP.

Los números de la incidencia delictiva en Veracruz comenzaron a mejorar a partir de septiembre de 2019.

En agosto de ese año, Veracruz había registrado 220 homicidios dolosos, por ejemplo; un mes después la cifra se ubicó en 162; es decir, de un mes para otro hubo caso 60 asesinatos menos… y la cifra siguió disminuyendo.

Antes de agosto, por ejemplo, la entidad había roto todos sus récords en materia de feminicidio y secuestro: en marzo de 2019 se consignaron 25 asesinatos de mujeres por razón de género, en tanto que un mes antes, en febrero, se integraron 40 carpetas de investigación por secuestro.

A partir del octavo mes del año pasado, las estadísticas iniciaron una reducción importante.

Ese resultado en materia de prevención del delito y procuración de justicia podría tener su explicación en un hecho ocurrido a principios de septiembre: la destitución del exfiscal Jorge Winckler Ortiz, quien fue obligado a salir de la Fiscalía para dar paso a la actual encargada del despacho, Verónica Hernández Giadáns.

Alfonso Durazo fue claro durante su comparecencia ante los representantes de los medios informativos: la reducción del secuestro en más de 50% se debe a los nuevos tiempos de coordinación entre la Comisión Nacional Antisecuestro y el Gobierno del Estado. Por supuesto, también a la salida de Jorge Winckler de la Fiscalía veracruzana.

La destitución del exfiscal parece que fue determinante en los resultados de dicha dependencia, que ahora presenta un trabajo eficiente y coordinado con la Federación; hay que recordar que las primeras acciones de la nueva responsable del órgano autónomo fueron una limpia de funcionarios afines a la anterior administración y un esfuerzo por abatir el enorme rezago heredado.