Daniel Monedero (Valladolid, España 1977) quiere presentarle asus lectores a un amigo que se llama Hipólito, protagonista de sucuento “Hipólito el hipnotizador”. Hipólito fue concebidocomo personaje y viene de ese territorio oculto en la geografíadel imaginario de Monedero. ¿Cómo pensó al personaje antes deque lo conociéramos a través del trabajo gráfico que hizoMariana Villanueva para el cuento? ¿Cómo planeó lo que lecontaría a los lectores y cómo contarlo?
De acuerdo con el cuento a Hipólito le gustaba dibujarrinocerontes, subir al tejado para mirar las estrellas y disfrutardel silbo de canciones jamás escuchadas; entre tanto y más sonlos rasgos de Hipólito, no los principales, pero sí las pistaspara conocer un poco al personaje. Sin embargo, un día Hipólitove actuar a un hipnotizador: el “Gran Conrad”. Lo que sucededespués es que Hipólito… ¿quiere usted saber lo que el cuentoofrecerá? ¡Vaya a las páginas del libro que ya no puedo decirmás del cuento! Aunque sí del libro, de las ilustraciones y deltexto como elementos que dieron vida a la publicación impresa, yque en México fue publicado bajo el sello editorial de CIDCLI.
Hipólito es un niño que quiere también hipnotizar y valersede ello para dar arreglo a su vida, así sería perfecta porquecada cosa por fea que fuera se podría componer a través de lahipnosis, para que todos hagan lo que él quiera. Pienso, porejemplo, ese arrojo de querer volar. ¿Quién de niño no imaginaqué pudiera pasar si volara? o responderse ¿qué se siente volar?Quizá es lo que a Hipólito le ocurra. ¿Qué ocurriría si yohipnotizo?
¿Quién narra el cuento? Podría decir que es un niño quien lecuenta a otro el deseo por querer ser un hipnotizador, de ahí loque vio en el interior del teatro y darse cuenta que parahipnotizar a las personas se necesita, entre muchos estudios sobrela mente, una palabra —como llave— que nos abre las puertas aotros territorios alternos, cercanos, y que están dentro delimaginario de las personas.
¿Será que Daniel Monedero, autor del cuento, en su niñez tuvoel deseo de ser un gran hipnotizador? ¿Soñó con eso alguna vez?Vamos, que el autor pueda contarnos más sobre el origen de estecuento.
Podrá el lector encontrar humor, tanto en el texto como en lasilustraciones; éstas creadas por Mariana Villanueva. De inicio enla portada podríamos preguntarnos si el rostro de ese niñocorresponde a “Hipólito el hipnotizador”, como lo indica elbanderín que cuelga un poco más arriba de donde el niño está.La mirada fija, atenta, de ese rostro puede hipnotizar a cualquierae invitarlo a entregarse al viaje de este cuento y así conocer decerca de otros tres hipnotizadores: “Ojos dulces” (lahipnotizadora mexicana), “El gran Vladimir” y“Chu-Tse-Tse”.
Detenerse a admirar las ilustraciones es otra de las propuestasque ofrece la editorial al libro; permiten conocer los rasgos delos personajes. Tonos amarillos, rosas y azules como fondo en lastramas y paisajes que Mariana Villanueva planteó. Páginas consuficiente espacio que dejan descansar la vista. El rostro de lospersonajes lucen con la suficiente caracterización de gracia y desimpatía, y por qué no imaginarse si en el mundo hay alguienparecido por ahí. Es el juego que se mezcla en el texto, lanarración y las ilustraciones.
¿Y qué pasó después de la niñez de Hipólito? Regálese laoportunidad de entrar a las páginas del libro, quizá ahí le denrazón de un niño cuyo nombre era Hipólito y su deseo eraconvertirse en un gran hipnotizador.
josecruzdominguez@gmail.com
*Colaborador
