Por su trayectoria profesional y académica, Bernardo Gómez-Pimienta fue elegido miembro extranjero de la Academia de Arquitectura de Francia. La ceremonia de ingreso será el 25 de octubre a las 18:30 en la Plaza de los Vosgos, en París.
De acuerdo con un comunicado emitido por el Instituto Nacional de Bellas Artes, Dolores Martínez Orralde, titular de la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble, celebró en entrevista la condecoración al arquitecto mexicano, quien forma parte de la Comisión Nacional de Zonas y Monumentos Artísticos del INBA.
Con este reconocimiento, el diseñador de La Ciudadela. Ciudad de los libros y la imagen se convertirá en el único arquitecto latinoamericano que represente en la actualidad a la academia gala fundada en 1840, cuya finalidad es promover la excelencia arquitectónica.
“Me siento muy sorprendido y honrado por esta distinción. Es algo inesperado. No creo que sea un reconocimiento a mi persona, sino a toda la arquitectura mexicana. Es un grandísimo honor compartir mi nombre al lado de una lista impresionante de arquitectos internacionales”, señaló el académico emérito de la Academia Nacional de Arquitectura de México.
El condecorado hace 11 años como Caballero de la Orden Nacional de la Legión de Honor de la República Francesa dijo que el día de su ingreso ofrecerá un discurso dedicado a la importancia de la arquitectura en México y Latinoamérica.
“Tenemos una cultura arquitectónica potente y viva que tiene raíces prehispánicas y mucha relación con su topografía y cosmovisión. Ese será mi tema inicial. Después abordaré la arquitectura colonial hasta llegar a la época moderna, y la arquitectura que estamos haciendo en el siglo XXI, que tiene rasgos diferentes a la europea.
“Uno es la monumentalidad. Nuestra arquitectura es solar y esto es algo conectado con nuestra herencia prehispánica. Otro de ellos es la libertad. Nuestra arquitectura es una herencia, que se relaciona con la topografía y la historia, pero viendo hacia el futuro”.
La arquitectura fue una disciplina que le atrajo desde la infancia. “Siempre estuve interesado en todo tipo de construcciones. A los 10 años me desconcertaron las ruinas mayas y teotihuacanas, por eso traté de entender cómo se habían construido. Pasé del interés a la curiosidad. Para mí la arquitectura fue mi única opción, pero debo reconocer que es una profesión envolvente y absorbente”.
