En tiempos modernos la mayoría de los seres humanos han hecho de la tecnología parte de su vida, pues dicen que es importante estar conectados para tener información de lo que sucede no solo localmente, sino a nivel mundial. Un sector lo niega.
Es el caso de Henry Knight Morales, un violonchelista nacido en Oaxaca, pero que la mayor parte de su vida ha vivido en Xalapa. Henry cuenta que disfruta la música y lo hace alejado de la tecnología y redes sociales.
“Para mí ha sido un gusto disfrutar la música y no estar con el estrés de una llamada o algún mensaje; es algo que la verdad incomoda, porque yo busco la inspiración; entonces el celular es parte de los pequeños cortantes de ideas; sería padre recibir un mensaje de un amigo, pero podría estar inspirado y eso lo corta todo”, dijo.
El violonchelista remarcó que la comunicación está sobrevalorada, así como los medios digitales, que para él “es irreal, es innecesaria, es excesiva y claro nos van a vender que es necesaria, porque te tienen que vender los celulares, pero no estoy de acuerdo”, indicó.
Mientras se desarrollaba la entrevista en la escaleras del parque Juárez que se encuentran frente a la biblioteca “Carlos Fuentes”, una mujer detuvo su camino y lo saludó amablemente, deseándole lo mejor; además se fue diciendo, “eres el mejor, Henry”.
Henry Knight nació en Oaxaca y el destino lo condujo a Xalapa; la música siempre ha sido parte de su vida, pues su padre fue miembro de la Orquesta Sinfónica de Xalapa. Además su madre también era parte de la música.
“Soy de Oaxaca, pero toda mi vida he estado en Xalapa. Mi padre al llegar aquí rápidamente consiguió trabajo en la Sinfónica y lo hizo por 30 años; ahora yo tengo al menos 15 de practicar el chelo y lo disfruto”, dijo.
Para ser mejor en lo que trae en la sangre, que es la música, ingresó al Instituto Superior de Música del Estado, donde tuvo oportunidad de viajar a muchos lugares con el coro, como Aguascalientes, Ciudad de México, Guanajuato, Guadalajara, entre otros lugares, mientras que en orquesta ha visitado varios partes del territorio veracruzano; como independiente ha visitado Córdoba y Oaxaca y muchos más.
“Aquí vengo a darle a la calle un ratito cada que tengo tiempo disponible, pues mi objetivo principal con la música es comunicar una esperanza a la humanidad de algún modo. Además estar tocando el violonchelo en la calle ha sido muy padre, porque a la gente le da una emoción y a lo mejor se van a casa pensando en algo que se les ha ocurrido al escuchar el violonchelo, porque así me pasó”, dijo.
Mencionó lo positivo de la música para él; “lo que puedo decir es que la música me da la filosofía para entender mi vida, me da el gusto por tratar de dominar algo que ambiciono, que es poco, simplemente poder tocar afinado, con ritmo, no es mucha ambición, pero es bastante difícil en este instrumento. Mi papá lo tocaba, lo oí toda la vida platicar sobre este instrumento y otros, entonces no puedo estar alejado de esto, es parte de mí”.
En su interior existe algo que le provoca la música, sin embargo, aceptó que no podría describir tan fácilmente; “muchas cosas, tanto que no creo que lo pueda describir tan fácilmente, sino es algo que se siente, se cultiva, se transmite, es algo como un lenguaje”.
Además puntualizó que con la música le gustaría “tocar cualquier cosa que se me ocurriera, cualquier cosa o poderla escribir en partitura; a veces uno quiere tocar algo, pero no tan fácil sale, hay que estar toque y toque todos los días para estar en comunicación entre el cuerpo y el cerebro”.
Y agregó: “Tocar un instrumento es algo muy bonito. Ojalá la gente aprenda a tocar uno a cualquier nivel. No se trata nada más de ser un virtuoso y tocar hermoso y bonito, sino es todo un camino de filosofía que te ayuda a encontrarte a ti mismo y a pasarla bien un rato sin celular”, concluyó.
Actualmente da clases en la colonia La Pitaya de chelo y jarana, pues dice este último instrumento lo domina bastante bien, porque fue jaranero en los fandangos, donde era el primero en llegar y el último en marcharse.