El Callejón del Infiernillo, ubicado en el centro histórico de Xalapa, es uno más de los sitios empedrados que caracterizan a la capital y que datan desde la época de la Colonia; sin embargo, según cuenta la leyenda, en éste de vez en cuando se aparece el demonio.
Se encuentra entre las calles José María Alfaro y Francisco I. Madero, zona que al ser de poco flujo peatonal y vehicular hace que el lugar se vuelva más misterioso aún. Además, al ser de proporciones estrechas y tener una ligera curva en medio del camino se vuelve sorpresivo lo que se pueda encontrar al final de éste.
De acuerdo con la historia, hace muchos años José y Pedro eran dos amigos que vivían por esta zona. Un día, ya casi a punto de anochecer, José, después de despedirse de su compañero, transitó por esta callejuela, pero en esta ocasión el aura del lugar no era el mismo que todos los días.
Ante esto, José comenzó acelerar su paso para llegar lo más pronto al otro extremo del callejón mientras su corazón latía cada vez más rápido, pero sin poder encontrar la salida del lugar.
Justo antes de llegar al final se le apareció un ser enigmático, al cual ni siquiera podía sostenerle la mirada, por lo que preguntó: ¿tú quién eres?, y éste le respondió: “soy el diablo”. Acto seguido, el miedo de José se incrementó tanto que se echó a correr sin mirar atrás para poder salir del callejón, mientras el demonio comenzaba a reírse a carcajadas.
A partir de entonces, cada que comienza a oscurecer, según cuentan los habitantes del lugar, el ambiente del callejón se torna tenebroso, pues la risa macabra del diablo se hace presente, así como sus constantes apariciones para causar temor a los más débiles.