/ miércoles 5 de febrero de 2020

Criminalidad no debe rebasar al gobierno

Estamos expuestos a la difusión permanente, cotidiana, de la brutalidad difundida por los medios de comunicación...

Principalmente a través de las redes sociales y la televisión se da cuenta de cuerpos humanos mutilados o restos incinerados de niños, mujeres, jóvenes y ancianos, atacados por la delincuencia, además de los crímenes de odio, homicidios pasionales y otros que acontecieron en asaltos y robos, todo en su conjunto, ha generado una psicosis colectiva.

Se nos ha olvidado vivir en libertad a los mexicanos en unos cuantos años, y para sobreponerse a la incapacidad policial cada familia o individuo se resguarda como considera que puede librarse de perder la vida o sufrir un daño personal o patrimonial, mediante estrategias que cada quien implementa, según su trabajo u ocupación, pero siempre en un clima de inseguridad que nos obliga a vivir con miedo.

Desempleo, pobreza, consumo de drogas, violencia de género y la discriminación son los principales factores de descomposición social que el Estado no ha sido capaz de controlar para conservar la gobernabilidad y el estado de derecho que constituyen sus principales fortalezas. El panorama de la violencia en México se presenta desolador en las zonas que registran la mayor inseguridad, donde el INEGI ha registrado hasta un 92.7% de la población que vive en la inseguridad en el centro del país.

Los estados de Puebla, Guanajuato, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Guerrero y Chiapas van en aumento y los lugares con menor percepción de inseguridad, según el INEGI también, resultaron ser Mérida, Yucatán; San Pedro Garza García y San Nicolás de los Garza, en Nuevo Leon; Saltillo, Coahuila; Los Cabos, Baja California; Puerto Vallarta, Jalisco.

Como quiera que sea, la nota roja aparece por todo el territorio nacional y a eso se debe que al término del año 2019 se reconozca éste oficialmente como el más violento de la historia, con un número total de 34 mil 582 homicidios dolosos, más mil 006 casos considerados como feminicidios, que suman en total 35 mil 588 víctimas privadas de la vida de acuerdo con las estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

La falta de medicamentos en las instituciones de atención a la salud de los pobres tampoco debe rebasar al gobierno, y con el debido respeto se pide al señor presidente López Obrador que revise minuciosamente el trabajo de sus colaboradores y retire del servicio público a los ineficaces.

Estamos expuestos a la difusión permanente, cotidiana, de la brutalidad difundida por los medios de comunicación...

Principalmente a través de las redes sociales y la televisión se da cuenta de cuerpos humanos mutilados o restos incinerados de niños, mujeres, jóvenes y ancianos, atacados por la delincuencia, además de los crímenes de odio, homicidios pasionales y otros que acontecieron en asaltos y robos, todo en su conjunto, ha generado una psicosis colectiva.

Se nos ha olvidado vivir en libertad a los mexicanos en unos cuantos años, y para sobreponerse a la incapacidad policial cada familia o individuo se resguarda como considera que puede librarse de perder la vida o sufrir un daño personal o patrimonial, mediante estrategias que cada quien implementa, según su trabajo u ocupación, pero siempre en un clima de inseguridad que nos obliga a vivir con miedo.

Desempleo, pobreza, consumo de drogas, violencia de género y la discriminación son los principales factores de descomposición social que el Estado no ha sido capaz de controlar para conservar la gobernabilidad y el estado de derecho que constituyen sus principales fortalezas. El panorama de la violencia en México se presenta desolador en las zonas que registran la mayor inseguridad, donde el INEGI ha registrado hasta un 92.7% de la población que vive en la inseguridad en el centro del país.

Los estados de Puebla, Guanajuato, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Guerrero y Chiapas van en aumento y los lugares con menor percepción de inseguridad, según el INEGI también, resultaron ser Mérida, Yucatán; San Pedro Garza García y San Nicolás de los Garza, en Nuevo Leon; Saltillo, Coahuila; Los Cabos, Baja California; Puerto Vallarta, Jalisco.

Como quiera que sea, la nota roja aparece por todo el territorio nacional y a eso se debe que al término del año 2019 se reconozca éste oficialmente como el más violento de la historia, con un número total de 34 mil 582 homicidios dolosos, más mil 006 casos considerados como feminicidios, que suman en total 35 mil 588 víctimas privadas de la vida de acuerdo con las estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

La falta de medicamentos en las instituciones de atención a la salud de los pobres tampoco debe rebasar al gobierno, y con el debido respeto se pide al señor presidente López Obrador que revise minuciosamente el trabajo de sus colaboradores y retire del servicio público a los ineficaces.