Xalapa, Ver.-Veracruz cuenta con una sismicidad histórica importante, de ahí que sea necesario densificar las redes de monitoreo de movimientos para conocer los niveles de sacudidas y características de eventos pequeños, señala Arturo Iglesias Mendoza, jefe del Servicio Sismológico Nacional (SSN) e investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional autónoma de México (UNAM).
Destaca la importancia de la Red Sísmica de Veracruz, organismo integrado por el Centro de Ciencias de la Tierra de la UV, el Servicio Sismológico Nacional –dependiente del Instituto de Geofísica de la UNAM–, y la Secretaría de Protección Civil estatal.
Esta red, que es la más importante en el sector oriental del país, tiene estaciones de monitoreo sísmico distribuidas a lo largo del estado; algunas están dotadas con sistemas de posicionamiento global (GPS) de alta precisión, sismómetros triaxiales de banda ancha, y acelerómetros que sirven para medir el desplazamiento, la velocidad y la aceleración del movimiento del suelo.
Por otro lado, la UV cuenta con estaciones de monitoreo sísmico en el Rancho de la Facultad de Veterinaria y en la Facultad e Instituto de Ingeniería, ubicados en la región Veracruz de esta casa de estudios, agrega. Al impartir la conferencia Peligro sísmico en Veracruz, hizo un recuento de la sismicidad histórica del estado y del potencial de riesgo que esta situación conlleva.
En los eventos sísmicos que han marcado a Veracruz sobresalen el temblor que ocurrió en Xalapa en 1920 y provocó avalanchas de lodo; los sismos que afectaron a Orizaba en 1937 y 1973, y el que causó daños en Jáltipan en 1959, señala.
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En años anteriores destacan los temblores ocurridos en Xalapa en 1546 y 1874; el primero ocasionó la destrucción total del Convento San Francisco, mientras que el segundo causó grandes daños a la ciudad.