Veracruz Ver.- Lorenzo Castañeda Pacheco reconoce que se convirtió en médico de una forma fortuita, sin embargo, cuando decidió estudiar esa profesión lo hizo con una vocación intacta que surgió desde su corazón con la idea de ayudar a los demás.
De esta forma, se convirtió en uno de los médicos veracruzano más reconocidos, pues ha sumado 39 años brindando consultas en el ámbito privado y público, con una trayectoria con la que se ha ganado 16 diversos reconocimientos a su trayectoria.
Castañeda Pacheco también ha ocupado puestos importantes en la función pública en el sector salud, como director en los dos hospitales más importantes de la ciudad de Veracruz y como Jefe de la Jurisdicción Sanitaria número 8, con sede en esta zona conurbada.
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Pero antes de todo esto, en su niñez, soñaba con ser periodista, ese sueño lo llevó a trabajar en un taller de imprenta de uno de los periódicos más populares de la época. Relata que veía de cerca la dinámica y el trabajo de los reporteros y siempre tuvo admiración por ellos.
Fue en una jornada de trabajo que una máquina rotativa le jaló la mano y le amputó parte de uno de sus dedos, cuando ingresó al área de Urgencias de la Cruz Roja fue atendido por un médico que con una rápida intervención le salvó de la amputación total.
El esmero que puso ese médico por salvar su dedo, cuando otros doctores daban un pronóstico distinto, lo hizo replantear sus metas y se propuso seguir ese mismo ejemplo, para convertirse en un profesional que ayudara a las personas.
“Teniendo exactamente 17 años sufrí un accidente en las maquinas, en donde se quedó atorado mi dedo, prácticamente lo perdía, mi hermano me llevó a la Cruz Roja y un médico quería amputarme el dedo y otro médico dijo que no, y ya muy dedicado me atendió, lo sentí como un acto de mucha satisfacción”.
“Ahí fue donde me llamó querer estudiar medicina… trabajaba y estudiaba, trabajaba en los periódicos, prácticamente hasta octavo semestre que prácticamente salía de la carrera”.
Lorenzo Castañeda ingresó y se tituló como médico cirujano en la Facultad Miguel Alemán de Medicina de la Universidad Veracruzana (UV), en donde estudió un año de propedéutico y ocho semestres para convertirse en médico.
Posteriormente, hizo su residencia en la Cruz Roja, en el área de Urgencias, más tarde se trasladó a San Antonio, una localidad de la Cuenca del Papaloapan, en donde por un año prestó servicio social a los pobladores en una clínica de la región.
Ya titulado, a su regreso a Veracruz, instaló una farmacia en donde ofrecía sus consultas privadas a bajos costos, al mismo tiempo que daba clases en el CETS, un bachillerato en donde se brindaban clases a los alumnos que buscaban ingresar a alguna carrera en ciencias de la salud.
Más tarde, se encontró en una situación que lo ubicaría en el plano mediático, cuando caminando en la zona de playas se encontró con una emergencia, un turista poblano se había ahogado y él lucho para brindarle los primeros auxilios hasta reanimarlo.
Aquello le dio espacio en los titulares de los periódicos locales que con encabezados destacaban en su primera plana que médico local había revivido a turista muerto en las playas de Boca del Río.
Pero al mismo tiempo, lo hizo acreedor al Premio al Mérito Ciudadano de Boca del Río, uno de los muchos premios con los que cuenta, como el Premio al Mérito Médico que otorga el Gobierno del Estado, el cual le fue brindado en el 2009.
Este último galardón le fue otorgado cuando en su historial profesional sumaba su trayectoria de 8 años como director del Hospital Regional de Tarimoya, posteriormente fue designado por seis meses como director del Hospital Regional de Alta Especialidad de Veracruz, antes de aterrizar como Jefe de la Jurisdicción Sanitaria Número 8.
Aunque todos los cargos que ocupó le permitieron salir adelante en lo económico, asegura que en cada uno de esos puestos buscó siempre cumplir con el juramento hipocrático, de ayudar a las personas que lo necesitaran con servicios de salud de calidad.
Ya dedicado al ámbito médico, después de ocupar diversos cargos, Lorenzo Castañeda se propuso poner su granito de arena para combatir la pandemia de Covid-19, para lo cual ofreció sus consultas médicas gratuitas a las personas que lo requirieran durante la emergencia sanitaria.
Las consultas las ofrecía a través de videollamadas y logró atender a 7 mil 714 personas que sufrían diversos padecimientos, incluido covid, sin cobrar un peso a cambio.
Todo lo anterior lo hizo apoyado y animado por su familia, particularmente su esposa, quien le recordó que su don de servicio era uno de sus principales pilares de su vocación como médico, agrega .
Lorenzo Castañeda expresa que, brindar estas consultas le servieron para sobrellevar el encierro, realizando lo que más ama hacer y dando parte de ese amor a sus pacientes.
Las consultas médicas que brindó a distancia fueron sin distinción de credo, político o económico.
Dice sentirse satisfecho porque a pesar de la pandemia no se quedó con los brazos cruzados y pudo ayudar a quienes lo necesitaban y salvó vidas dentro de lo humanamente posible.