El arzobispo de Xalapa, Jorge Carlos Patrón Wong, señaló que se debe dejar de lado el egoísmo generado por la sociedad que busca poner a las personas como protagonistas y buscar siempre actuar pensando en el amor que los demás nos dan.

Durante la homilía dominical, recordó que la Santa Trinidad es ejemplo de humildad y unión entre Dios, Jesús y el Espíritu Santo, pues ninguno de ellos sobresale, sino que son un conjunto.

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“Jesús toda su vida nos reveló que Dios es el padre que nos ama, nos ama tanto que todo lo que ha creado es por amor, y el Espíritu Santo repite que los Jesús nos ha enseñado, que es dar a plenitud, esto es lo que tenemos que hacer cada día, comenzando con la familia, las personas con las que convivimos y trabajamos todos los días, si no somos como la Santa Trinidad no tenemos nada que aportar a la sociedad”, expuso.

Manifestó que se debe dejar de actuar y pensar en los beneficios individuales para dar paso al bien común. “Nosotros no debemos hablar de nosotros mismos, el problema es que la sociedad nos acostumbra a decir: yo quiero, estos son mis derechos, estos son mis caprichos, estos son mis gustos, la sociedad nos enseña a colocarnos al centro. Ninguna de las personas de la Santa Trinidad se coloca al centro, en una familia y también en la Iglesia debemos aprender esto, el esposo, la esposa, los hijos, nadie está al centro de la familia, está Dios”, dijo.

Refirió que en las familias ninguno de sus integrantes debe considerar que tiene más valía que los demás, pues cada persona es importante y tiene algo que aportar.

“El esposo coloca al centro a la esposa y a los hijos, él no se coloca al centro, toda su vida es la esposa y sus hijos, se deben priorizar ambos porque hay gente que es buen esposo, pero olvida a los hijos o es buen padre, pero se olvida de su esposa. Nunca la mujer se ha colocado al centro de su familia”, comentó.

Manifestó que, además, cada hijo representa una experiencia única para los padres, por lo que en todo momento se está aprendiendo y desarrollando actos de amor.

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“Cada hijo es una experiencia única y extraordinaria de ser mamá, por eso los padres nunca se aburren en la vida, no sólo porque su relación es cambiante, sino porque cada hijo o hija es un mundo que cambia, que triste es ser familia como la sociedad nos quiere obligar a vivir, en una familia todos y cada uno tienen un nombre diferente, pero todos tenemos el mismo apellido, pero debemos ser respetuosos de lo que cada persona aporta a esa familia, somos diferentes, pero unidos”, expresó.