En casi la mitad de las escuelas con las que trabaja el Sistema de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes (Sipinna) en Xalapa, 74 en el último año, hay alguna situación que evidencia violencia sexual.
La secretaria ejecutiva Mercy Esther Pérez Arévalo dijo que por ello se está diseñando con el grupo de psicólogos y abogados, qué estrategias pueden tenerse para identificar estos casos, pero también para empoderar a los menores para que puedan hablar.
Se trata de menores que se encuentran en la última parte de la infancia de los 11 y 12 años y la adolescencia, en su mayoría niñas, aunque también hay casos de niños.
Además, alertó sobre cerca de 10 casos en donde se identificó la posible violencia sexual en contra de un menor donde la familia decidió no interponer una denuncia por la relación cercana o familiar que se tenía con el victimario.
“Hay una insistencia, tengo que agradecer que las supervisiones escolares de los diferentes niveles para pedirnos que vayamos a hablar con los maestros sí, pero también con los papás porque ahí es donde tenemos que hacer un trabajo muy fuerte porque ellos están con sus hijas e hijos, entonces no podemos llegar a ellos si papá y mamá o su núcleo familiar está cerrado ante la posibilidad de empezar un proceso para interponer una denuncia”.
Expuso que hay un trabajo colaborativo con la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes de Xalapa para poder actuar, incluso cuando hay resistencia de las o los padres de familia.
“Trabajamos con escuelas desde el preescolar hasta las universidades y lo que estamos buscando es cómo ayudamos a quienes tienen la competencia para garantizar que las niñas y los niños se encuentren bien, que las niñas se encuentren atendidas, cómo hacemos para identificar desde el espacio escolar, cómo les ayudamos a que los maestros en el caso de la educación básica puedan aplicar los protocolos que ellos tienen para atender la violencia sexual o la violencia escolar”.
Y es que apuntó que muchos de los reclamos del sector educativo es que se sienten solos en términos de todo lo que tienen que hacer como procedimiento cuando ellos detectan o conocen alguna circunstancia que tiene que ver con violencia.
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Refirió que lo que están haciendo con el programa de Escuela Protectora es buscar cómo desde la secretaría ejecutiva van a brindar el acompañamiento.
Detalló que el área que encabeza, la de primer contacto del ayuntamiento con niñas y niños y que lo que han ido identificando cuando los menores y sus familias llegan es si están relacionados directamente con un delito llámese violencia sexual o abuso sexual para ser canalizados directamente a la Procuraduría municipal de protección de niñas, niños y adolescentes para no caer en un proceso de revictiminación.
“Sin embargo el punto central en el que nos estamos dedicando, es cómo ayudar en los diferentes espacios a identificar o a generarles espacios adecuados a las y los niños para que expresen si están siendo víctimas de violencia. Hemos tenido una relación muy cercana con las escuelas casi todo ese vínculo lo estamos llevando nosotros, en donde les damos ese acompañamiento”.
Explicó que desde finales del año pasado e inicios de este han tenido varias situaciones en algunas escuelas preparatorias, incluso de nivel primaria y secundaria donde los docentes exponen que los menores “hicieron un ejercicio y se detectaron este tipo de circunstancias que pueden ser que el niño o la niña fue víctima de violencia sexual”.
Ahí, detalló, Sipinna entra con un ejercicio de trabajo en taller para poder detectar a tiempo y canalizarlo con la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes o con los psicólogos del sistema para pasar al siguiente paso que es interponer la denuncia.