A pesar de una disminución general de la pobreza en México, el 20 por ciento de la población joven en Veracruz, con edades comprendidas entre los 15 y 29 años, enfrenta dificultades para acceder a empleo y educación, o trabajan en condiciones precarias, según el informe “Jóvenes Oportunidad 2023” de YouthBuild México AC.
El segundo informe de Jóvenes Oportunidad destaca la falta de avances a nivel nacional en términos de oportunidades laborales dignas y el aumento de la cobertura de Educación Media Superior para personas de 15 a 29 años, definidas como “Jóvenes Oportunidad”.
A nivel nacional, 13 millones de jóvenes, representando el 41 por ciento de la población total, se encuentran desconectados del trabajo y la educación o trabajan en condiciones precarias, según los datos del informe.
Veracruz destaca con un 46 por ciento de jóvenes oportunidad, superando la media nacional del 41 por ciento.
Chiapas (61 por ciento), Guerrero (58 por ciento), y Oaxaca (58 por ciento) lideran en proporciones más altas.
¿Qué significa el término "Jóvenes oportunidad"?
El término “jóvenes oportunidad” reemplaza estigmatizaciones como “ninis” o “generación de cristal o de mazapán”. Se refiere a jóvenes resilientes, creativos y con capacidad resolutiva que, a pesar de contextos adversos, pueden contribuir al crecimiento económico cuando se les brinda oportunidades de inclusión social, educativa y laboral digna.
El informe resalta que, en comparación con 2022, no hay mejoras sustanciales. Los estados con altos niveles de pobreza, rezago educativo y condiciones laborales precarias albergan a la mayoría de los jóvenes oportunidad.
En Veracruz, el 20 por ciento de los jóvenes carece de acceso a empleo y educación, superando el promedio nacional del 16 por ciento, y el 85 por ciento trabaja en condiciones precarias.
Además, el 40 por ciento de los jóvenes veracruzanos de 19 a 29 años no completa la Educación Media Superior.
Las barreras que enfrentan los jóvenes
La pobreza, la brecha de género, las tareas de cuidado, el abandono escolar y la violencia son las principales barreras que enfrentan los jóvenes oportunidad.
La primera barrera es la pobreza, que desde el nacimiento acumula desventajas estructurales. La brecha de género afecta la participación equilibrada de las mujeres en el mercado laboral, ya que muchas se ven obligadas a dedicarse a tareas de cuidado sin remuneración, impidiéndoles continuar sus estudios.
El abandono escolar afecta más a jóvenes de hogares con menores ingresos y en condiciones de pobreza. La violencia, incluido el reclutamiento por cárteles, también es una amenaza, relacionándose con altas tasas de muertes violentas en grupos de 20 a 24 años y 25 a 29 años.
Los sectores y condiciones laborales
El comercio y la industria manufacturera lideran como sectores de empleo para jóvenes (21.8 por ciento y 19.3 por ciento, respectivamente). Sin embargo, sectores como gobierno, construcción e industria extractiva son los únicos donde los jóvenes reciben salarios suficientes.
Aunque la construcción emplea relativamente pocas personas, sectores como comercio, restaurantes, servicios de alojamiento y agricultura tienen aproximadamente al 80 por ciento de los jóvenes empleados sin ingresos suficientes.
Las recomendaciones y perspectivas futuras para los jóvenes
El informe subraya que los jóvenes (18-29 años) representarán el 26 por ciento del electorado en 2024, con 6.7 millones votando por primera vez en una elección federal.
La participación de los jóvenes en procesos electorales se ve obstaculizada por la falta de representación de sus necesidades en los discursos políticos.
Para abordar las barreras estructurales, el informe aboga por inversiones públicas y privadas en Educación Media Superior y formación laboral pertinente. Se destaca la urgencia de políticas públicas para mejorar la empleabilidad de los jóvenes, incluyendo capacitación, certificación y colocación laboral eficaz.
El informe también señala la oportunidad de mantener el presupuesto asignado al programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” durante el próximo cambio de gobierno, pero insiste en cambios profundos en el diseño de políticas públicas y en la mentalidad del sector privado para garantizar oportunidades laborales sin discriminación y con salarios suficientes.
