Xalapa es una ciudad poco respetuosa con las personas con discapacidad; transitar por sus calles es un riesgo constante y las personas suelen no ser empáticas y hasta son groseras con quienes deben trasladarse en silla de ruedas, expone Esmeralda Cortés Pérez, quien tiene una enfermedad que la postró desde su niñez.
Llegar de la colonia Veracruz a la zona centro es un martirio para ella y su esposo, que empuja la gastada silla de ruedas por las banquetas, esquivando autos, motocicletas y excremento de perro.
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¿Cuánto tiempo tardan en el recorrido?
Más de dos horas le lleva el recorrido de la colonia Veracruz a la zona centro en su silla de ruedas; “aunque toda mi vida he sido discapacitada no me acostumbro a los malos tratos”, explica.
No hay suficientes rampas para discapacitados en las calles y en las pocas que hay estacionan autos y motos lo que dificulta el acceso para quienes circulan en silla de ruedas o con la ayuda de un bastón como es el caso de los débiles visuales. “La gente no nos tiene respeto, a mí me han atropellado y hubo quien me gritó ‘pues si no quiere que la arrolle, pues no salga de su casa’; es el colmo”, dice.
El problema de circular con la silla de ruedas por las banquetas, comenta que tiene guarniciones o escalones, “es complicado andar porque la silla no puede avanzar y quien la empuja tiene que hacer un mayor esfuerzo”.
Explica que hace unos años la atropellaron en la calle Ébano en la colonia Veracruz y quedó lastimada, pero fue por la inconsciencia de un taxista. Cuando a algún conductor se le dice que tenga cuidado, dice que le han contestado groserías, “pues avance por las banquetas, pero pues a veces están ocupados”.
Esmeralda Cortés relata que en ese momento se dirigía a unas oficinas gubernamentales a tramitar lo de su apoyo para personas discapacitadas, “pero me traen de arriba para abajo para lo del cambio de la tarjeta y no me lo entregan y la verdad es que me hace falta el dinero y voy de nuevo para que me digan que no otra vez”.
Sus condiciones son precarias, “pero no importan las horas que debemos andar, pero debemos ir a buscar que se me entregue ese dinero”.
Desde la colonia Veracruz avanzó por las avenidas Adolfo Ruiz Cortines, Orizaba y Ávila Camacho, “siempre empujada por mi esposo quien pidió permiso en el trabajo, pero no me queda otra en esta ciudad”.
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Esmeralda Cortés agrega que cuando le bloquean el paso a autos o motocicletas, “me pregunto dónde están los elementos de la Dirección de Tránsito para hacer respetar la ley, porque las banquetas son para que circulen las personas, no son estacionamientos”.
De 42 años explica que tiene un tumor en la columna, pero que desde que nació estuvo enferma y nunca caminó, “porque mis padres nunca pudieron pagar por la operación que requería”.
El colmo de la falta de respeto a las personas con discapacidad, señala que solicitó el apoyo para que le donen otra silla de ruedas porque la que utiliza ya está bastante usada, “pero en el DIF Estatal me la hicieron larga y me pidieron demostrar con fotos que la necesito, como si no fuera suficiente verme”.
Concluye que para una persona con discapacidad es complicado circular por sus calles que no están pensadas ni construidas para ayudar un poco a quienes carecen de todas las habilidades, “Xalapa no nos respeta”.