/ domingo 5 de mayo de 2024

Cada día abre la puerta

Una metáfora debe ser lo mejor aplicada, una poesía dirá lo más íntimo de nosotros, pero si todo el tiempo cerramos la puerta de nuestros sentidos, del impulso por renacer y hacer; no sólo elucubrar, pensar, o dejar que el tiempo pase, algo deberá cambiar dentro de nuestro ser.

Cuando cruzamos los brazos nos negamos a la vida, y estamos a la defensiva, el medio ambiente social nos ha hecho desconfiados, paranoicos en ciertos casos, no resolvemos lo nuestro, pero queremos imponer nuestro criterio en donde menos se nos pide una sugerencia, ya que aquel que da consejos quiere manipular; la humildad y la amistad bien habida la confunden con debilidad extrema, o en su caso con gente fácil en varios sentidos. Si tratamos a algún ser maltratado con cierta amabilidad, es seguro que desconfiará de nosotros, incluso un animal maltratado corre rápido por mero instinto, ya que se encuentra condicionado para la fuga.

Cerrar la puerta de nuestras vidas, es darle la espalda a la misma vida, es fugarse, es huir, es vivir en queja sin hacer nada para salir de nuestra situación, sea cual fuere; así el otro día platiqué con una chica en un parque público, note sus lesiones con rajaduras en su piel, el auto-castigo o cuting en inglés, lo cual significa cortándose, dañándose por cuenta propia, con el único fin de aminorar el estrés, y algunas otras molestias manifiestas en latentes o inventadas inconformidades.

Una casa la cual la mantengas cerrada de puertas y ventanas, no habrá de oxigenarse, si hay humedad esta aumentará, el aire se viciará, la persona que viva ahí dentro será una especie de topo, y si al mismo tiempo quiere someter a su familia a no estar en contacto más que tan sólo lo muy indispensable con la sociedad circundante, habrá de crearles conflictos altamente neuróticos, cuya vía de escape podría ir por drogas, alcoholismo, violencia intrafamiliar, y muchos otros desajustes que permean en cualquier mente humana mal encausada, no bien dirigida.

Abre la puerta de tus habilidades innatas, de tus aspiraciones de cambios, aspira a ser mejor, sé un constructor en el mejoramiento de tú propia vida, bienestar, en tus trabajos, en tus estudios, en el amor por la vida misma y la defensa de ella. No te encierres detrás de tu puerta mental, con ello el único agraviado lo serás tú mismo, seas hombre o mujer. Al final del día debes haber obtenido algo positivo al ser noble con tú entorno, y aunque el egoísmo superlativo sea mayor que la propia buena voluntad, ello no significa que no habrás de encontrar personas afines a tus ideales y perspectivas de desarrollo humano. Quita los cerrojos, las chapas, los candados, las combinaciones estériles que te detienen en tus prejuicios de sentirte princesa o reyecito; he conocido varias historias de jóvenes con tales actitudes, creyendo que a ellos les pertenece el mundo, quizá sí, pero tienen que ganárselo.

Muy de acuerdo estoy en que se aporte un billete a los jóvenes desempleados, pero me pregunto si todos le darán un uso racional y positivo, comprar comida, un libro, unos zapatos, o quizá entrar a una escuela para aprender un oficio, una carrera, no sea que se use en sólo alcohol y otros tipos de enervantes. No quiero moralizar a nadie, cada quien es responsable de su vida y futuro, he cometido muchos yerros en mi vida, igual que ustedes no seré jamás perfecto, pero procuro abrir mis puertas y ventanas del alma y la vida, para oxigenarme por salud y bienestar personal.

Una metáfora debe ser lo mejor aplicada, una poesía dirá lo más íntimo de nosotros, pero si todo el tiempo cerramos la puerta de nuestros sentidos, del impulso por renacer y hacer; no sólo elucubrar, pensar, o dejar que el tiempo pase, algo deberá cambiar dentro de nuestro ser.

Cuando cruzamos los brazos nos negamos a la vida, y estamos a la defensiva, el medio ambiente social nos ha hecho desconfiados, paranoicos en ciertos casos, no resolvemos lo nuestro, pero queremos imponer nuestro criterio en donde menos se nos pide una sugerencia, ya que aquel que da consejos quiere manipular; la humildad y la amistad bien habida la confunden con debilidad extrema, o en su caso con gente fácil en varios sentidos. Si tratamos a algún ser maltratado con cierta amabilidad, es seguro que desconfiará de nosotros, incluso un animal maltratado corre rápido por mero instinto, ya que se encuentra condicionado para la fuga.

Cerrar la puerta de nuestras vidas, es darle la espalda a la misma vida, es fugarse, es huir, es vivir en queja sin hacer nada para salir de nuestra situación, sea cual fuere; así el otro día platiqué con una chica en un parque público, note sus lesiones con rajaduras en su piel, el auto-castigo o cuting en inglés, lo cual significa cortándose, dañándose por cuenta propia, con el único fin de aminorar el estrés, y algunas otras molestias manifiestas en latentes o inventadas inconformidades.

Una casa la cual la mantengas cerrada de puertas y ventanas, no habrá de oxigenarse, si hay humedad esta aumentará, el aire se viciará, la persona que viva ahí dentro será una especie de topo, y si al mismo tiempo quiere someter a su familia a no estar en contacto más que tan sólo lo muy indispensable con la sociedad circundante, habrá de crearles conflictos altamente neuróticos, cuya vía de escape podría ir por drogas, alcoholismo, violencia intrafamiliar, y muchos otros desajustes que permean en cualquier mente humana mal encausada, no bien dirigida.

Abre la puerta de tus habilidades innatas, de tus aspiraciones de cambios, aspira a ser mejor, sé un constructor en el mejoramiento de tú propia vida, bienestar, en tus trabajos, en tus estudios, en el amor por la vida misma y la defensa de ella. No te encierres detrás de tu puerta mental, con ello el único agraviado lo serás tú mismo, seas hombre o mujer. Al final del día debes haber obtenido algo positivo al ser noble con tú entorno, y aunque el egoísmo superlativo sea mayor que la propia buena voluntad, ello no significa que no habrás de encontrar personas afines a tus ideales y perspectivas de desarrollo humano. Quita los cerrojos, las chapas, los candados, las combinaciones estériles que te detienen en tus prejuicios de sentirte princesa o reyecito; he conocido varias historias de jóvenes con tales actitudes, creyendo que a ellos les pertenece el mundo, quizá sí, pero tienen que ganárselo.

Muy de acuerdo estoy en que se aporte un billete a los jóvenes desempleados, pero me pregunto si todos le darán un uso racional y positivo, comprar comida, un libro, unos zapatos, o quizá entrar a una escuela para aprender un oficio, una carrera, no sea que se use en sólo alcohol y otros tipos de enervantes. No quiero moralizar a nadie, cada quien es responsable de su vida y futuro, he cometido muchos yerros en mi vida, igual que ustedes no seré jamás perfecto, pero procuro abrir mis puertas y ventanas del alma y la vida, para oxigenarme por salud y bienestar personal.