/ martes 13 de abril de 2021

El PRD en la nota roja

¿Es el PRD un partido que pondría nerviosos a sus adversarios en Veracruz?; difícil, el Sol Azteca ha perdido gas desde hace al menos 4 o 5 elecciones.

Su participación reciente más rescatable en una contienda electoral tiene 15 años; fue el 2004, cuando con Dante Delgado como candidato, los perredistas lograron más de 780 mil votos, 28 por ciento del total.

A partir de ahí, la historia perredista veracruzana ha sido un rosario de penas: en la contienda de 2010 para gobernador, los perredistas, en alianza con Convergencia y el Partido del Trabajo, volvieron a abanderar a Dante, pero éste lo consiguió ni siquiera el 13 por ciento de los sufragios emitidos.

En 2016, el PRD se convirtió, al menos en teoría, en gobierno en Veracruz: los perredistas fueron en alianza con el PAN y a pesar de ganar la elección, no lograron casi nada en cuanto a puestos en la estructura gubernamental: la Secretaría de Gobierno, una Subsecretaría en Educación y un puñado de cargos de medio pelo. El problema es que en las alianzas de 2016 y 2018, al PRD lo engulló el blanquiazul, que se quedó con la mayor parte de los votación y, por tanto, de las prerrogativas futuras.

A partir de ahí, de la mano del actual dirigente, Sergio Cadena, el Sol Azteca ha iniciado un proceso para recuperar terreno, apoyándose en las alianzas con PAN y PRI; y en los liderazgos regionales con que cuenta básicamente en las zonas rurales de la entidad.

El PRD podría convertirse en un factor determinante dentro del proceso local electoral en algunos municipios de Veracruz, en los que el resultado se espera sumamente cerrado. El punto en contra para el perredismo veracruzano, en la actual coyuntura electoral en la entidad, se relaciona con diversos hechos judiciales o violentos que enfrentan cuadros distinguidos:

En marzo pasado, el 13, Rogelio Franco Castán, muy cercano al exgobernador Miguel Ángel Yunes, fue detenido por una denuncia de violencia familiar; se habría opuesto a su captura y presuntamente cometió el delito de ultrajes. Está preso.

Más reciente, Gregorio Gómez Martínez, ex alcalde y aspirante a un segundo periodo en la alcaldía de Tihuatlán, en la zona norte de Veracruz, también fue detenido; le acusan por presuntos vínculos con la delincuencia organizada en temas que van desde el robo de autopartes hasta el robo de combustible, huachicol.

Este último fue un duro golpe contra el perredismo, dado que a Goyo Gómez se le ubicaba como una carta competitiva; Tihuatlán era de los municipios a los que el PRD consideraba como triunfo seguro en las elecciones del primer domingo de junio. Por si fuera poco, las cabezas del Sol Azteca en la entidad han sido particularmente insistentes al señalar el ambiente de inseguridad que enfrentan sus militantes destacados: Juan Carlos Mezhua, de Zongolica, denunció amenazas a principios de abril; y en noviembre de 2020 se reportó un ataque contra el domicilio particular del alcalde perredista de Acayucan, Cuitláhuac Condado Escamilla.

Este lunes, por otro lado, trascendió un ataque contra el entorno de otro perredista, en este caso del precandidato a la presidencia municipal de Tatahuicapan, Filogonio Hernández. Así, entre la captura y encarcelamiento de cuadros distinguidos, como Rogelio Franco y Goyo Gómez, y las amenazas y los ataques contra algunos de sus aspirantes a cargos de elección popular, el PRD genera más notas relacionadas con las páginas rojas de los medios informativos que con la crónica de la actividad política de Veracruz.

¿Es el PRD un partido que pondría nerviosos a sus adversarios en Veracruz?; difícil, el Sol Azteca ha perdido gas desde hace al menos 4 o 5 elecciones.

Su participación reciente más rescatable en una contienda electoral tiene 15 años; fue el 2004, cuando con Dante Delgado como candidato, los perredistas lograron más de 780 mil votos, 28 por ciento del total.

A partir de ahí, la historia perredista veracruzana ha sido un rosario de penas: en la contienda de 2010 para gobernador, los perredistas, en alianza con Convergencia y el Partido del Trabajo, volvieron a abanderar a Dante, pero éste lo consiguió ni siquiera el 13 por ciento de los sufragios emitidos.

En 2016, el PRD se convirtió, al menos en teoría, en gobierno en Veracruz: los perredistas fueron en alianza con el PAN y a pesar de ganar la elección, no lograron casi nada en cuanto a puestos en la estructura gubernamental: la Secretaría de Gobierno, una Subsecretaría en Educación y un puñado de cargos de medio pelo. El problema es que en las alianzas de 2016 y 2018, al PRD lo engulló el blanquiazul, que se quedó con la mayor parte de los votación y, por tanto, de las prerrogativas futuras.

A partir de ahí, de la mano del actual dirigente, Sergio Cadena, el Sol Azteca ha iniciado un proceso para recuperar terreno, apoyándose en las alianzas con PAN y PRI; y en los liderazgos regionales con que cuenta básicamente en las zonas rurales de la entidad.

El PRD podría convertirse en un factor determinante dentro del proceso local electoral en algunos municipios de Veracruz, en los que el resultado se espera sumamente cerrado. El punto en contra para el perredismo veracruzano, en la actual coyuntura electoral en la entidad, se relaciona con diversos hechos judiciales o violentos que enfrentan cuadros distinguidos:

En marzo pasado, el 13, Rogelio Franco Castán, muy cercano al exgobernador Miguel Ángel Yunes, fue detenido por una denuncia de violencia familiar; se habría opuesto a su captura y presuntamente cometió el delito de ultrajes. Está preso.

Más reciente, Gregorio Gómez Martínez, ex alcalde y aspirante a un segundo periodo en la alcaldía de Tihuatlán, en la zona norte de Veracruz, también fue detenido; le acusan por presuntos vínculos con la delincuencia organizada en temas que van desde el robo de autopartes hasta el robo de combustible, huachicol.

Este último fue un duro golpe contra el perredismo, dado que a Goyo Gómez se le ubicaba como una carta competitiva; Tihuatlán era de los municipios a los que el PRD consideraba como triunfo seguro en las elecciones del primer domingo de junio. Por si fuera poco, las cabezas del Sol Azteca en la entidad han sido particularmente insistentes al señalar el ambiente de inseguridad que enfrentan sus militantes destacados: Juan Carlos Mezhua, de Zongolica, denunció amenazas a principios de abril; y en noviembre de 2020 se reportó un ataque contra el domicilio particular del alcalde perredista de Acayucan, Cuitláhuac Condado Escamilla.

Este lunes, por otro lado, trascendió un ataque contra el entorno de otro perredista, en este caso del precandidato a la presidencia municipal de Tatahuicapan, Filogonio Hernández. Así, entre la captura y encarcelamiento de cuadros distinguidos, como Rogelio Franco y Goyo Gómez, y las amenazas y los ataques contra algunos de sus aspirantes a cargos de elección popular, el PRD genera más notas relacionadas con las páginas rojas de los medios informativos que con la crónica de la actividad política de Veracruz.