/ miércoles 5 de junio de 2024

¡Fue una elección de Estado!

Tanto hostigó el presidente Andrés Manuel López Obrador al Instituto Nacional Electoral y al Trife, que el domingo fuimos testigos de los resultados.

Le dejaron hacer y deshacer. Le permitieron violar cuantas veces quiso la Ley Electoral. Nunca le amarraron ni la lengua ni las manos. Fueron obsequiosos al permitirle que tres años antes le soltara la rienda a su candidata, quien con todo el dinero del mundo empezó no una precampaña, sino la campaña misma, sin que el INE la frenara.

En las mañaneras se dedicó a echarle porras a Claudia Sheinbaum (con todo el poder político y económico que la Presidencia de la República representa), y a enlodar a la oposición, sin que las autoridades electorales lo sancionaran de manera ejemplar, para que desistiera de seguir haciéndolo.

Amagó no una, no dos, sino infinidad de veces a los anteriores consejeros del INE y cuando le tocó sustituir al presidente Lorenzo Córdova Vianelo, postuló a una incondicional: Guadalupe Taddei, sumisa y obediente que le aplaudía todo lo que en las mañaneras hacia y decía.

Luego evitó nombrar a los magistrados que le faltan al Trife para que los cinco que quedaron vieran lo que les esperaba si no se ponían de rodillas, y así, mientras todo el poder presidencial se manifestaba en actos diarios que debilitaban a la oposición y posicionaba a Sheinbaum, los siervos de la nación hacían su trabajo, tocando casa por casa, amenazando a las familias que si no sufragaban por Morena, les iban a quitar la beca Benito Juárez, los apoyos Sembrando Vida, las pensiones a los adultos mayores, creando zozobra entre todos los que se acostumbraron a recibir mes tras meses los miles de pesos.

Y de allí, a comprar dirigentes del PRI, sabiendo bien de qué pie cojean, para que se pusieran a trabajar a favor de Morena, y luego lo mismo con los del PAN, y al final con los más facilitos, los del PRD. Ejemplo, el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, así como su candidata a gobernadora, mi paisana Alejandra del Moral, todos, como decenas más de todo el país, fueron comprados para que hicieran la chamba de traicionar a sus partidos e irse de arrieros de Morena.

¡Por supuesto que fue una elección de Estado! Porque no puede entenderse que la inseguridad tiene nombre y apellido y aun así, casi el 60% de los mexicanos hayan salido a votar por la continuidad de ese flagelo; no encaja.

Por angas o por mangas tendremos que reflexionar sobre este fenómeno atípico. ¿Que dejamos de hacer para que este escenario terrible sucediera?

Es obligación de los partidos políticos distintos a Morena esforzarse por abrir discusiones revisionistas profundas, autocríticas, para encontrar la ruta que enfrente a los gobiernos de Morena, federal y estatal, antes que les cueste el registro, como es el caso del PRD, del PRI, que se enrumba hacia allá, y del mismo PAN, para que se renueve y sacuda sus cacicazgos internos o fenezca sin intentarlo.

Lo mismo opera para Movimiento Ciudadano que, independientemente de su extraordinario crecimiento en estos tres años, requiere de un realineamiento de conductas propositivas, incluyentes, que mezclen la frescura que deja sembrada Jorge Álvarez Máynez, con la madurez y experiencia de Dante Delgado, de Enrique Alfaro, de Amalia García y tantos otros militantes que soñaron con este movimiento renovador de la política mexicana –algunos de ellos desde el siglo pasado-, como instrumento para que la sociedad tomara el poder público en sus manos, para que avancemos más de prisa en la construcción del México que añoramos.

Como bien lo afirma el coordinador nacional, se debe construir desde lo local, tomando en cuenta a la militancia y sus bases. Esta elección en Veracruz nos dio una muestra clara cómo los emecistas arroparon más a los de casa, que al candidato a gobernador que no lo era. Por ejemplo: Máynez le saca 40 mil 849 votos de ventaja a Polo Deschamps, mientras que el conjunto de candidatas y candidatos a diputados locales 44 mil 529, que son un mundo de diferencia. Sigo sosteniendo que el candidato a gobernador debió haber sido Sergio Gil Rullán, formado ideológicamente en Movimiento Ciudadano.

La militancia habló claro y manda un incuestionable mensaje. Hay de nosotros si no lo queremos atender.

plazacaracol@hotmail.com

Threads: @helíherrerahernández

X: HELÍHERRERA.es

Tanto hostigó el presidente Andrés Manuel López Obrador al Instituto Nacional Electoral y al Trife, que el domingo fuimos testigos de los resultados.

Le dejaron hacer y deshacer. Le permitieron violar cuantas veces quiso la Ley Electoral. Nunca le amarraron ni la lengua ni las manos. Fueron obsequiosos al permitirle que tres años antes le soltara la rienda a su candidata, quien con todo el dinero del mundo empezó no una precampaña, sino la campaña misma, sin que el INE la frenara.

En las mañaneras se dedicó a echarle porras a Claudia Sheinbaum (con todo el poder político y económico que la Presidencia de la República representa), y a enlodar a la oposición, sin que las autoridades electorales lo sancionaran de manera ejemplar, para que desistiera de seguir haciéndolo.

Amagó no una, no dos, sino infinidad de veces a los anteriores consejeros del INE y cuando le tocó sustituir al presidente Lorenzo Córdova Vianelo, postuló a una incondicional: Guadalupe Taddei, sumisa y obediente que le aplaudía todo lo que en las mañaneras hacia y decía.

Luego evitó nombrar a los magistrados que le faltan al Trife para que los cinco que quedaron vieran lo que les esperaba si no se ponían de rodillas, y así, mientras todo el poder presidencial se manifestaba en actos diarios que debilitaban a la oposición y posicionaba a Sheinbaum, los siervos de la nación hacían su trabajo, tocando casa por casa, amenazando a las familias que si no sufragaban por Morena, les iban a quitar la beca Benito Juárez, los apoyos Sembrando Vida, las pensiones a los adultos mayores, creando zozobra entre todos los que se acostumbraron a recibir mes tras meses los miles de pesos.

Y de allí, a comprar dirigentes del PRI, sabiendo bien de qué pie cojean, para que se pusieran a trabajar a favor de Morena, y luego lo mismo con los del PAN, y al final con los más facilitos, los del PRD. Ejemplo, el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, así como su candidata a gobernadora, mi paisana Alejandra del Moral, todos, como decenas más de todo el país, fueron comprados para que hicieran la chamba de traicionar a sus partidos e irse de arrieros de Morena.

¡Por supuesto que fue una elección de Estado! Porque no puede entenderse que la inseguridad tiene nombre y apellido y aun así, casi el 60% de los mexicanos hayan salido a votar por la continuidad de ese flagelo; no encaja.

Por angas o por mangas tendremos que reflexionar sobre este fenómeno atípico. ¿Que dejamos de hacer para que este escenario terrible sucediera?

Es obligación de los partidos políticos distintos a Morena esforzarse por abrir discusiones revisionistas profundas, autocríticas, para encontrar la ruta que enfrente a los gobiernos de Morena, federal y estatal, antes que les cueste el registro, como es el caso del PRD, del PRI, que se enrumba hacia allá, y del mismo PAN, para que se renueve y sacuda sus cacicazgos internos o fenezca sin intentarlo.

Lo mismo opera para Movimiento Ciudadano que, independientemente de su extraordinario crecimiento en estos tres años, requiere de un realineamiento de conductas propositivas, incluyentes, que mezclen la frescura que deja sembrada Jorge Álvarez Máynez, con la madurez y experiencia de Dante Delgado, de Enrique Alfaro, de Amalia García y tantos otros militantes que soñaron con este movimiento renovador de la política mexicana –algunos de ellos desde el siglo pasado-, como instrumento para que la sociedad tomara el poder público en sus manos, para que avancemos más de prisa en la construcción del México que añoramos.

Como bien lo afirma el coordinador nacional, se debe construir desde lo local, tomando en cuenta a la militancia y sus bases. Esta elección en Veracruz nos dio una muestra clara cómo los emecistas arroparon más a los de casa, que al candidato a gobernador que no lo era. Por ejemplo: Máynez le saca 40 mil 849 votos de ventaja a Polo Deschamps, mientras que el conjunto de candidatas y candidatos a diputados locales 44 mil 529, que son un mundo de diferencia. Sigo sosteniendo que el candidato a gobernador debió haber sido Sergio Gil Rullán, formado ideológicamente en Movimiento Ciudadano.

La militancia habló claro y manda un incuestionable mensaje. Hay de nosotros si no lo queremos atender.

plazacaracol@hotmail.com

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X: HELÍHERRERA.es