/ martes 22 de mayo de 2018

La partidocracia y el INE han sacrificado la aspiración democrática de los mexicanos

Si el segundo debate fue aburrido y no aportó ninguna expectativa para la toma de decisiones de los electores, el tercer debate seguramente tendrá muy poca audiencia.

Más valdría que el INE ahorrara el excesivo gasto que destina para organizar y transmitir cada debate y cancelara ese tercer encuentro entre los cuatro aspirantes presidenciales, que sólo ha servido para denostarse entre ellos mismos y ridiculizar o hacer bullying del que así lo permita. Las preguntas concretas salidas del temario por conducto de los mediadores no han tenido las respuestas directas y contundentes en ninguno de los aspirantes, para que otro debate entonces.

La violencia día con día se incrementa y basta con revisar el reporte del atentado contra el exfiscal de Jalisco Luis Carlos Nájera Gutiérrez, quien salvó la vida milagrosamente, pero el comando que pretendió asesinarlo dejó a su paso una estela de terror, con vehículos incendiados, balaceras por todas partes y se reportó la muerte de un menor de ocho años de edad, que, como se dice, “estaba a la hora y lugar equivocados”.

¿Qué sigue? nos preguntamos los mexicanos de aquí a la elección presidencial, y aún después de la toma de posesión de quien resulte electo presidente de la República, si hasta hoy ninguno aspirante ha presentado un plan estratégico para acabar con la guerra de los narcos, la delincuencia organizada, la corrupción y la impunidad. La oferta de AMLO de decretar una amnistía a los delincuentes ha sido rechazada por la mayoría de la población; la propuesta de Anaya de aplicar todo el peso de la ley no tiene ninguna credibilidad, mientras no explique con quiénes va a ejecutar ese plan y a donde va a encerrar a los miles de delincuentes que circulan por la calle y que aún si fueran detenidos por la policía, no habría espacios suficientes para encerrarlos en una prisión.

El Bronco que ha sido objeto de mofa, pero también de aceptación, por haber propuesto cortarles la mano a quienes cometan actos de corrupción y delitos graves que afecten el interés social. Aunque ya se ha expresado que la venganza pública y la ley del talión corresponde a etapas del Derecho Penal superadas desde hace mucho tiempo.

Y en cuanto a Meade, que resulta siempre ser el más centrado, su propuesta es limpiar los cuerpos policiacos y las estructuras de procuración e impartición de justicia, llevaría todavía un buen tiempo, pero sería la más efectiva.

Si el segundo debate fue aburrido y no aportó ninguna expectativa para la toma de decisiones de los electores, el tercer debate seguramente tendrá muy poca audiencia.

Más valdría que el INE ahorrara el excesivo gasto que destina para organizar y transmitir cada debate y cancelara ese tercer encuentro entre los cuatro aspirantes presidenciales, que sólo ha servido para denostarse entre ellos mismos y ridiculizar o hacer bullying del que así lo permita. Las preguntas concretas salidas del temario por conducto de los mediadores no han tenido las respuestas directas y contundentes en ninguno de los aspirantes, para que otro debate entonces.

La violencia día con día se incrementa y basta con revisar el reporte del atentado contra el exfiscal de Jalisco Luis Carlos Nájera Gutiérrez, quien salvó la vida milagrosamente, pero el comando que pretendió asesinarlo dejó a su paso una estela de terror, con vehículos incendiados, balaceras por todas partes y se reportó la muerte de un menor de ocho años de edad, que, como se dice, “estaba a la hora y lugar equivocados”.

¿Qué sigue? nos preguntamos los mexicanos de aquí a la elección presidencial, y aún después de la toma de posesión de quien resulte electo presidente de la República, si hasta hoy ninguno aspirante ha presentado un plan estratégico para acabar con la guerra de los narcos, la delincuencia organizada, la corrupción y la impunidad. La oferta de AMLO de decretar una amnistía a los delincuentes ha sido rechazada por la mayoría de la población; la propuesta de Anaya de aplicar todo el peso de la ley no tiene ninguna credibilidad, mientras no explique con quiénes va a ejecutar ese plan y a donde va a encerrar a los miles de delincuentes que circulan por la calle y que aún si fueran detenidos por la policía, no habría espacios suficientes para encerrarlos en una prisión.

El Bronco que ha sido objeto de mofa, pero también de aceptación, por haber propuesto cortarles la mano a quienes cometan actos de corrupción y delitos graves que afecten el interés social. Aunque ya se ha expresado que la venganza pública y la ley del talión corresponde a etapas del Derecho Penal superadas desde hace mucho tiempo.

Y en cuanto a Meade, que resulta siempre ser el más centrado, su propuesta es limpiar los cuerpos policiacos y las estructuras de procuración e impartición de justicia, llevaría todavía un buen tiempo, pero sería la más efectiva.