/ miércoles 27 de marzo de 2024

La tragedia de los incendios forestales en Veracruz

La organización ambientalista Greenpeace lleva años alertando sobre los riesgos de los incendios forestales en México.

Hace casi tres años, por ejemplo, en abril de 2021, esta ONG internacional señalaba que el combate a los incendios en el país se caracterizaba por la ineficiencia.

Los datos que aportó Greenpeace resultan preocupantes: “en México, en 2017 los incendios forestales devastaron 172,076 hectáreas de territorio; al año siguiente 92,243… y en 2019, 69,047; todas esas cifras ya han sido ampliamente rebasadas en lo que va del presente año (2021).

La ONG alertó sobre los daños, las pérdidas económicas y las afectaciones a las comunidades rurales que dependen de los cultivos para subsistir; los impactos negativos en la salud de las personas y, en casos extremos, la pérdida de vidas humanas.

Los datos de la Comisión Nacional Forestal dan soporte a la preocupación de los grupos ambientalistas: oficialmente, en 2021, 7 mil 337 incendios forestales consumieron más de 660 mil hectáreas en México; en 2022, 6 mil 719 incendios afectaron una superficie de 735 mil 205 hectáreas; y en 2023 se rompieron todas las marcas: 7 mil 611 incendios forestales arrasaron con casi un millón 50 mil hectáreas en el país.

Al corte del 21 de marzo, la fuente indica que en menos de tres meses, más de 22 mil hectáreas han sido afectadas por 667 incendios forestales en todo el país.

Normalmente, Veracruz no se ha ubicado entre los estados más afectados por estos problemas; sin embargo, este primer trimestre de 2024 las cosas han cambiado: el más reciente reporte de la Secretaría de Protección Civil del Gobierno del Estado señala que en las últimas horas, 620 hectáreas han sido afectadas por los incendios de las Altas Montañas, Nogales, Maltrata, Huiloapan, Soledad Atzompa y Ciudad Mendoza.

Si en 2023 había preocupación en la entidad por la afectación de 2 mil 226 hectáreas, como consecuencia de 218 incendios forestales, este año el problema podría ser todavía mayor en Veracruz: la temporada de altas temperaturas, el verano, apenas está por llegar, y con ello, las condiciones podrían ser propicias para que se disparen las cifras de incendios y daños.

En octubre pasado, el Instituto Mexicano para la Competitividad, IMCO, difundió un interesante trabajo titulado “La eliminación del Fonden: el fin del escudo”, de Daniela Balbino, en el que la economista expone lo perjudicial que ha sido para el país la cancelación del fondo para atender desastres naturales, como los incendios forestales, por ejemplo.

En la parte medular de dicho trabajo, la analista del IMCO expone que “la extinción del fideicomiso ha marcado un cambio significativo en la gestión del dinero destinado a la respuesta ante desastres naturales en México y las medidas propuestas parecen indicar una falta de comprensión fundamental sobre la urgencia de proteger a la población y prepararnos adecuadamente para enfrentar los desafíos de los eventos catastróficos, que en su mayoría son inesperados”.

En el caso de los incendios registrados en las Altas Montañas de Veracruz, el problema no se ha salido de control; las fuerzas de tarea están presentes y el trabajo de los brigadistas ha sido permanente, con un avance cercano al 60 por ciento; sin embargo, se requerirá dinero para remediar las afectaciones y atender a los damnificados, algo que hubiera sido más fácil con una declaratoria de zona de desastre que liberara los recursos federales del extinto Fonden.

@luisromero85