Por Jorge Díaz Bartolomé
Los recorridos históricos con Xalapa Antiguo han sido unaventana al pasado, han logrado despertar esa capacidad de asombroque todos llevamos dentro, han motivado a la búsqueda de lahistoria en otras fuentes a partir de las visitas realizadas adiversas localidades del país.
Se ha logrado transmitir el conocimiento a través de expertosen cada materia, degustado de la gastronomía, apreciado lasartesanías y vivido las tradiciones de cada lugar; esto hamotivado y enorgullecido a la gente de los pueblos que se visitan amostrar sus riquezas.
Nunca olvidaremos las palabras que dirigió la alcaldesa deTochimilco, Puebla, Albertana Calyeca en aquel memorable viajetitulado Órdenes Mendicantes bajo el Popocatépetl: “Agradecemossu visita, porque nos damos cuenta que no somos sólo un nombre enel mapa, gracias”.
Este mes se realizó un viaje por la región del Valle deTepeaca en compañía del maestro Arturo Gómez Martínez,subdirector de Etnografía del Museo Nacional de Antropología paravisitar cuatro localidades con fuerte presencia en los años de laConquista. El primer punto fue Acatzingo, conocido por muchos porsu antiguo y tradicional mercado; ahí nos recibió la subdirectorade Turismo y Cultura Gela Santos, acompañada por un grupo dejóvenes del Comité Cultural de Acatzingo interesados en promovera su ciudad, los visitantes tuvieron tiempo de disfrutar lagastronomía, en la que destacan las tradicionales cemitas.
El recorrido inició en la parroquia de San Juan Evangelista,que cuenta con interesantes retablos del artista poblano Jerónimode Zendejas datados entre 1775 y 1778; la capilla de la Soledadsuspendió sus actividades para permitir el ingreso al grupo quetuvo la oportunidad de conocer la importancia de aquellos recintosque fueron construidos como ensayos, para posteriormente crearobras similares en otros lugares del centro del país.
Inmediatamente se continuó hacia el exconvento de San JuanEvangelista, que es muy similar al construido en Xalapa en laprimera mitad del siglo XVI. El viaje continuó hacia Quecholac,donde fuimos recibidos por Quechol-Arte y Cultura AC, unaorganización interesada en promover la historia de la localidad.Durante la bienvenida se pudo observar una procesión del Señordel Calvario acompañada por un grupo de mariachis saliendo delexconvento de Santa María Magdalena, fundado en el siglo XVI, algoinusual en las grandes ciudades. La caminata prosiguió hacia lasruinas del templo de La Merced, emblema de Quecholac; la riqueza desu arcada principal esculpida en estuco es una muestra del barrocopopular en la región. El recorrido continuó hacia el templodominico del Rosario, un lugar tan bien conservado, que da laimpresión de haber detenido los estragos del tiempo. En estelugar, Isabel Fernández Vega de Quechol-Arte y Cultura AC, invitóa conocer una exposición de fotografía antigua y a comprar losproductos del lugar: antojitos, licores de frutas, máscaras dequiote, entre otros; posteriormente el grupo de danzantes Gracejosrealizó una presentación en el atrio, una tradición conantecedentes en el siglo XVIII. Después de tomar la fotografíadel recuerdo, se entregó un reconocimiento a Quechol-Arte yCultura AC por su interés en preservar la cultura.
Para el mediodía, el grupo llegaba a San Salvador Huixcolotla,considerado “la cuna del papel picado” por la singularidad ensu elaboración y que los ha llevado a crear verdaderas obras dearte. Ahí fueron recibidos por la familia Reynoso y un grupo deartesanos en sus talleres, después de exponer los significados dela tradición a cargo del maestro Gómez Martínez, don MáximoReynoso explicó cómo se ha transmitido por generaciones estacostumbre. Los antecedentes de esta usanza en aquella región seremontan al siglo XIX, cuando los obreros y agricultores comenzarona trabajar el papel de china para envolver sus productos quevendían en las tiendas de las haciendas.
En 1998 la artesanía de papel picado elaborada a mano en SanSalvador Huixcolotla, fue declarada Patrimonio Cultural del estadode Puebla. En ese lugar, los viajeros disfrutaron un rico molepreparado especialmente para ellos.
El recorrido continuó hacia Tepeaca, donde el grupo fuerecibido por el cronista Francisco Jiménez Villa en la capilla dela Tercera Orden, anexa al exconvento de San Francisco de Asís;Jiménez Villa habló de la importancia histórica de Villa Segurade la Frontera, como fue llamada por primera vez por HernánCortés en 1520, y la trascendencia de la localidad como parte delCamino Real.
En la Plaza Mayor, donde se ubica la torre El Rollo, como se leconoce originalmente a una picota que servía para hacer públicala justicia, las conclusiones del recorrido corrieron a cargo delcronista en el Santuario del Niño Doctor, donde el rector VicenteDíaz destacó que el templo es el octavo centro de peregrinajemás importante del país. Hasta pronto Acatzingo, Quecholac,Huixcolotla y Tepeaca.
Hasta la próxima, y recuerda que México es tu museo.
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*Colaborador
