Lupina Lara Elizondo, en uno de sus textos publicados en larevista Resumen, Compendio de Creadores Mexicanos,sostiene que se ha demostrado que las sociedades que más hanprogresado, tanto en el aspecto económico como en el desarrollo integral como sociedad que satisface las más amplias necesidadesde la población, han sido aquellas cuya visión artística ha sidoamplia y abierta.
Se cuestiona cuáles son los efectos que tiene el arte sobre elindividuo y explica que éste produce un estímulo, unainspiración, un deseo de crear, de comunicar, de ser libre, desoñar, de amar y comprender en el más amplio sentido.
Las reflexiones de esta investigadora toman fuerza en lasdeclaraciones que el pintor xalapeño Arturo Tercero ha hecho enreciente entrevista para Diario de Xalapa.
Él considera que “el arte y la cultura permiten al hombre sermás consciente y más crítico de su acontecer diario,conjuntamente, le dan la oportunidad de reconocerse e identificarseno como un ente aislado sino como parte de una sociedad, algofundamental para tener mayor apertura y sensibilidad, y paracultivar la tolerancia y el respeto hacia los demás”.
Desafortunadamente, apunta, “nuestra sociedad no sólo se rigepor el arte; son varios los hilos que mueven al mundo, pero sinduda, uno de esos hilos es el arte y la humanización quepropicia”.
Siempre atento a su contexto histórico y social, Arturo Terceroposee un espíritu crítico y agudo que se ve reflejado en suproducción artística. Su obra oscila entre lo figurativo y elrealismo mágico, y uno de sus pilares es la figura humana.
En sus cuadros, la mayoría óleos de formato mediato y grande,queda implícito cuán significativa es para él la palabracomunidad, pues desde adolescente tomó conciencia de la amplitudde este término.
El artista se asume como parte de un todo. Por ello, no escapade su entorno, al contrario, lo contempla, lo palpa diariamente,descubre y redescubre formas, calles, escenas, escenarios,acontecimientos…
Se siente afortunado de poder ser un gran faro, un observadorque se ubica en el centro de todo, lugar que califica comoprivilegiado porque le da posibilidad de estar más cerca de laparte social y cotidiana, de la lucha de clases, y es allí dondehalla espacio para la crítica social, para poder verter suopinión sobre lo que piensa de la sociedad, su sociedad.
Expresa que “en la cotidianidad siempre se están emitiendoseñales, formas, colores, luces, expresiones, y tienes que estara flor de piel para poder percibir todo ese discurso, ese diálogoque se puede dar en todos lados”.
Para Arturo Tercero la figura humana es un pilar dentro de supintura; ocupa metáforas, la simbología y realismo mágico paraexpresar, por medio de esta retórica, un pensamiento y elogiarincluso a las personas que luchan diariamente por algo, ya sea poruna idea o por todo lo que les ha tocado vivir.
Asimismo, le resulta trascendental capturar la polarización declases sociales y la lucha diaria, y en esa necesidad que tiene depoder apropiarse de lo que sucede “fuera” y reposarlo en laimagen, pasa sus días inmerso en la contemplación y la creación,en dedicar tiempo a sus seres queridos y en compartir con susalumnos lo que a él le han legado grandes maestros como PerAnderson, Salvador Cruzado o Luis Rechy, quien cuando fungía comodirector del Centro Cultural Patio Muñoz le abrió la puerta a unmundo infinito de posibilidades.
Actualmente, los domingos, la obra de Arturo Tercero puede serconocida en el Jardín del Arte La Libertad, en Ignacio de la Llavenúmero 105.