/ miércoles 2 de enero de 2019

Babel y laberinto / Carta a mi madre de George Simenon

La figura materna ha despertado en los escritores, desde que la literatura es literatura, uno de los temas más profundos, conmovedores o desgarradores de los que se tenga noticia en las letras universales

Los textos de Tahar Ben Jalum, Jean Cocteau o Richard Ford, para hablar de los más contemporáneos, se han convertido en no sólo literatura pura, sino en una manera de ver el mundo a través de la madre.

Como se sabe, Simenon gozó y goza de un prestigio literario colosal. Fue la figura de El Escritor, vendió millones de ejemplares en vida y sigue vendiendo hasta hoy por millones. Se calcula que la producción de sus libros en todos los idiomas sobrepasa los seiscientos millones de ejemplares. Sin duda, todas las novelas en donde el comisario Maigret es el protagonista son las más conocidas. Éste singular personaje fue el eje de más de cien novelas.

La prolijidad de Simenon no tuvo igual en todo el mundo, al menos en el siglo XX. Poco más de medio centenar de sus obras han sido llevadas al cine. Simenon llevó una vida de dandy, compró castillos, viajó por todo el mundo y alguna vez dijo que había tenido relaciones con más de treinta mil mujeres.

Carta a mi madre de George Simenon es un libro de apenas noventa y cinco páginas, pero en el que se concentra una de las más profundas reflexiones sobre la relación madre-hijo. Proveniente de una familia humilde y de una madre casi analfabeta, Simenon viajó desde muy joven al París bohemio de principios del siglo pasado, un París en el que ser artista era lo fundamental. Antes de ser un escritor de renombre se ganó la vida viajando y haciendo reportajes por África, Europa oriental, la Unión Soviética y Turquía.

Pero no sólo hacía reportajes, sino que tomaba centenares de fotografías, sobre todo en su viaje alrededor del mundo entre 1934 y 1935.

Nunca se sabrá si este pequeño volumen lo tenía pensado incluir en su extensísima autobiografía (de 21 volúmenes) o fue una suerte de ajuste de cuentas con su madre.

Carta a mi madre de George Simenon inicia con la visita de Simenon a un hospital en donde su madre está moribunda. A partir de ahí los recuerdos de la infancia propia y de la infancia y juventud de su madre hacen que el ya maduro escritor trate de dilucidar el por qué del desapego entre ellos. Él quedó huérfano de padre y su madre contrajo un segundo matrimonio cuando ya Simenon había dejado el hogar. Sin duda, el lector que se acerque a este librito tendrá en sus manos un libro atípico de las letras universales.


Los textos de Tahar Ben Jalum, Jean Cocteau o Richard Ford, para hablar de los más contemporáneos, se han convertido en no sólo literatura pura, sino en una manera de ver el mundo a través de la madre.

Como se sabe, Simenon gozó y goza de un prestigio literario colosal. Fue la figura de El Escritor, vendió millones de ejemplares en vida y sigue vendiendo hasta hoy por millones. Se calcula que la producción de sus libros en todos los idiomas sobrepasa los seiscientos millones de ejemplares. Sin duda, todas las novelas en donde el comisario Maigret es el protagonista son las más conocidas. Éste singular personaje fue el eje de más de cien novelas.

La prolijidad de Simenon no tuvo igual en todo el mundo, al menos en el siglo XX. Poco más de medio centenar de sus obras han sido llevadas al cine. Simenon llevó una vida de dandy, compró castillos, viajó por todo el mundo y alguna vez dijo que había tenido relaciones con más de treinta mil mujeres.

Carta a mi madre de George Simenon es un libro de apenas noventa y cinco páginas, pero en el que se concentra una de las más profundas reflexiones sobre la relación madre-hijo. Proveniente de una familia humilde y de una madre casi analfabeta, Simenon viajó desde muy joven al París bohemio de principios del siglo pasado, un París en el que ser artista era lo fundamental. Antes de ser un escritor de renombre se ganó la vida viajando y haciendo reportajes por África, Europa oriental, la Unión Soviética y Turquía.

Pero no sólo hacía reportajes, sino que tomaba centenares de fotografías, sobre todo en su viaje alrededor del mundo entre 1934 y 1935.

Nunca se sabrá si este pequeño volumen lo tenía pensado incluir en su extensísima autobiografía (de 21 volúmenes) o fue una suerte de ajuste de cuentas con su madre.

Carta a mi madre de George Simenon inicia con la visita de Simenon a un hospital en donde su madre está moribunda. A partir de ahí los recuerdos de la infancia propia y de la infancia y juventud de su madre hacen que el ya maduro escritor trate de dilucidar el por qué del desapego entre ellos. Él quedó huérfano de padre y su madre contrajo un segundo matrimonio cuando ya Simenon había dejado el hogar. Sin duda, el lector que se acerque a este librito tendrá en sus manos un libro atípico de las letras universales.


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