En diciembre hay oportunidad de realizar un viaje al Xalapa antiguo a través de una serie de 46 óleos creados por Héctor Silva Martínez, quien expone en el Centro Recreativo Xalapeño cómo fueron las calles de la capital del estado en 1900.
Además de las empedradas calles, los hombres con sombrero, las mulas y caballos, también se puede reconstruir la vida cotidiana de las familias, dentro de casa.
“Realidad Intervenida”, como ha sido nombrada la muestra, dedica una sala a óleos de las calles Revolución, Alfaro, Betancourt, Salonio y Xalapeños Ilustres.
Ir al pasado es hallar a los lecheros, a los paseantes y a quienes, presurosos, recorrían las calles para llegar a sus casas o áreas de trabajo. Destacan sitios que hoy soy patrimonios históricos como el Barrio de Xallitic y el callejón Jesús te Ampare.
Con el fin de no quedarse solo en el exterior, otra sala del Centro Recreativo Xalapeño alberga paisajes y bodegones, que muestran de manera artística cómo lucían las cocinas y alacenas de antaño.
No son réplicas de fotografías, “las obras tienen como referente una sustracción de la realidad, de ahí el nombre de ‘Realidad Intervenida’”.
¿Quién es Héctor Silva?
Es un veracruzano nacido en 1959, descrito como un apasionado de las cosas sencillas y observador de los detalles; él se declara fan número uno de la obra de Joaquín Sorolla, el pintor de la luz.
Con formación como arquitecto, incursionó en la pintura. Su semblanza indica que es un enamorado de las escenas costumbristas y la composición de sus bodegones.
Héctor Silva pinta los chiles en nogada, que aunque de origen poblano, en Xalapa cobran especial fuerza en el mes de septiembre. En otros de sus cuadros aparecen picaditas de salsa roja y verde, pan de dulce y hojuelas.
No faltan ni el cazón de los chicharrones, ni las coloridas frutas al lado de aguas frescas ni las cazuelas con dulces típicos.
Visitar el Centro Recreativo Xalapeño, en Xalapeños Ilustres esquina con Insurgentes, es un boleto a la nostalgia, a los sitios y arquitecturas del pasado, y es que el mismo CRX celebra en 2023 sus 110 años de fundación.
¿Qué hace especial a este lugar?
Edificado a finales del siglo XVIII, se trata de una casona antigua que inicialmente albergó la Posada Francesa. En 1913 fue adaptada para las instalaciones de CRX, aprovechando y respetando su arquitectura colonial.
Es un recinto abierto a la promoción y difusión de las diversas expresiones artísticas y culturales y, lo mejor, el acceso es sin costo.
Esta construcción se distingue por contar con columnas labradas en piedra, portón original y un patio central donde se encuentra ubicada la fuente más antigua de la capital del estado.
Quien visite esta casona, también podrá ver dos placas y bustos, en memoria de los militares Ambrosio Alcalde y Antonio García, quienes en 1847 fueron retenidos en este lugar antes de ser fusilados por los invasores norteamericanos.