Veracruz, Ver.- Enclavado en el corazón del Centro Histórico de Veracruz, se encuentra un tesoro silencioso que evoca tiempos pasados y representa un hito en la historia del transporte en esta ciudad. Se trata del "Tranvía del Recuerdo", un espacio donde descansa uno de los carros de este icónico medio de transporte que marcó época a principios del siglo pasado, permanece inmutable en una vitrina que lo preserva para las generaciones presentes y futuras.
El escritor y experto en la historia de Veracruz, Miguel Salvador Rodríguez Azueta, resalta la importancia del sistema de tranvías como un pilar fundamental en el desarrollo y la urbanización de este municipio costero.
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Aunque los primeros tranvías tirados por burros se remontan al final del siglo XIX, fue con la llegada de la modernidad de la mano del presidente Porfirio Díaz que se erigió la primera central generadora de energía eléctrica, un logro que marcó el cambio radical en el sistema de transporte.
El entramado de cables que abastecía de energía a los tranvías reemplazó a los burros, propulsando a Veracruz hacia una nueva era de movilidad. Inicialmente operado por el Estado, el sistema eventualmente fue privatizado y confiado a una cooperativa integrada por sus propios operadores.
Sin embargo, la década de 1980 presenció la transición hacia el transporte motorizado que prevalece en la actualidad, relegando a los tranvías al rincón de la memoria colectiva.
El vagón que reposa en el “Tranvía del Recuerdo” fue una pieza clave de este sistema de transporte que moldeó la fisonomía de Veracruz, insistió el escritor.
Antes de su emplazamiento actual, este histórico carro cruzó fronteras para ser prestado a la ciudad de San Francisco, Estados Unidos, como un testimonio vivo de la herencia cultural compartida. Sin embargo, el valor histórico que ostenta lo atrajo de vuelta a su tierra natal.
Aunque se sopesaron diversas ubicaciones, como el Recinto de la Reforma y el Museo de la Ciudad, finalmente se optó por dejarlo en un lugar donde pudiese ser admirado por los veracruzanos, las mismas calles que alguna vez recorrió.
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Las líneas que antaño guiaban su ruta aún se distinguen todavía en la vitrina y en las calles laterales donde se encuentra, recordando a todos los observadores la época en que las campanas y los rieles eran la melodía cotidiana de Veracruz.
El “Tranvía del Recuerdo”, anclado en el corazón mismo de la historia de Veracruz, se mantiene como un testimonio palpable de la evolución urbana y la tenacidad del ingenio humano. Una ventana hacia un pasado que, aunque lejano, sigue latiendo en el presente, preservando la esencia de una ciudad en constante cambio, concluyó Miguel Salvador.