/ jueves 5 de marzo de 2020

Laudería: el arte de crear instrumentos musicales

Daniel es capaz de construir más de 25 instrumentos musicales de cuerda además de inventar la guitarra veracruzana

Xalapa, Ver.- Proveniente de una familia de carpinteros de Cosamaloapan, Veracruz, Daniel López aprendió desde chico a diferenciar una madera de otra, pero sus intereses cuando era un jovencito estaban centrados en la antropología, y también en la música. Por eso llegó a Xalapa, donde descubrió su verdadera vocación, la laudería.

En entrevista, sentado en un banco, entre herramientas, jaranas, violines, una viola antigua y dos guitarras veracruzanas a punto de ser terminadas, hace un recuento para decir orgulloso que ya tiene 31 años dedicado a la construcción de instrumentos musicales de cuerda.

Durante siete años, él estudió y practicó en el Taller de Laudería de la Universidad Veracruzana, y para 1989 ya tenía su propio negocio, donde además de la construcción, también restauraba instrumentos. Hoy ya son excepcionales los casos en los cuales acepta restaurar. Él prefiere manufacturar. ¡Son más de 25 instrumentos los que puede hacer! Elabora clásicos, de época, populares y tradicionales, mexicanos y del mundo.

¿Pero cómo supo a qué quería dedicar su vida? Daniel era afecto al son jarocho y empezó a tocar jarana, pero después quiso aprender requinto, sin embargo no contaba con el suficiente dinero para comprarse uno, así que ideó copiar uno que su tío tenía.

Ya sobre la marcha yo quería entender por qué matemáticamente se daba de determinada manera la división de los trastes. Empecé a investigar y no encontré nada. Por esa inquietud y otras más, llegué al Taller de la UV, atendiendo el consejo del músico Roberto Guevara. Allí, con los maestros Octavio Aranda y Antonio Amezcua, se hacían instrumentos clásicos, pero al principio a mí me dieron oportunidad de hacer jaranas, y desde ese momento hasta ahora, mi objetivo es aprender y ampliar el conocimiento

Con una gran sonrisa, el lutier comparte algunas anécdotas. Sobresale la de la inauguración de su propio espacio, un festejo que describe como muy divertido y lleno de parabienes. La gran sorpresa vino cuando tenía que trabajar. ¿Cómo lo haría si no tenía las herramientas? De 1996 al año 2000 laboró con herramienta que él mismo se hacía, y para 2003 ya tenía clientes de Estados Unidos a quienes en lugar de pedirles efectivo, les solicitaba que le compraran herramientas o materiales. Aunque los tiempos han cambiado, comparte que aún hay ocasiones en las cuales recurre a esos tratos, cuando necesita algo muy especializado de importación.

MADERA

Con respecto a las maderas que emplea, expresa sentirse privilegiado de vivir en México, pues como son muchos los instrumentos que crea, requiere una gran variedad.

En el país, afortunadamente, tenemos un catálogo muy amplio. Para los instrumentos jarochos utilizo madera de la región de Cosamaloapan, ya que gracias a que provengo de familia de carpinteros, tengo contacto con madereros. La madera tiene su proceso, y es largo. Yo la compro y la dejo secar mínimo cinco años; la ideal para mí es la que tiene de ocho años en adelante

Foto: Jesús Escamiroza | Diario de Xalapa

En cuanto a las jaranas, comparte que usa cedro y alguna madera dura de la región de Los Tuxtlas.

COSTOS

Aguardar tantos años para poder trabajar la madera, buscar siempre la calidad y entregar un excelente instrumento son algunas de las misiones de Daniel López. Él busca que el costo no se eleve tanto, no obstante, apunta que necesariamente sucede por el mismo material y el cuidado que pone en la construcción.

“He invertido muchos años, mucho trabajo y mucha investigación, y todos los días estudio. Nunca he creído que ya sé todo. Siempre hay alguien que sabe más, por eso me esmero en hacerlo mejor cada vez. No puedo vender instrumentos económicos. Le vendo a músicos que ya saben el valor y hacen el esfuerzo. Saben que con un mejor instrumento van a desarrollarse mejor. Yo hago herramientas para artistas. Con un buen instrumento también habrá una expresividad mayor, se podrán lograr cosas mejores y el artista puede realmente proyectar lo que quiere”.

Detalla que una guitarra clásica la puede hacer desde los 18 mil pesos y en adelante, pero es para estudiar la carrera profesional de unos 10 años.

XALAPA, VALORADA POR SUS LAUDEROS

¿El trabajo de un laudero es valorado por la sociedad? El investigador expone que más allá de los músicos, en general, es escasamente conocido.

La gente que no está relacionada directamente con la música no tiene mayor interés, pero en Xalapa, Coatepec, Xico y Teocelo ha habido periodos en los que hemos llegado a ser hasta 12 lauderos de violines. En el país sí se conoce a Xalapa y la región como un centro laudero importante, pero aquí mismo, no

Además, asegura que si se cuenta a quienes solo hacen jaranas, el número de lauderos aumenta considerablemente.

“Ahorita hay muchos jóvenes que se interesan, desgraciadamente, pocas mujeres. Dentro del son jarocho, no me atrevo a decir que no hay, pero yo no conozco a ninguna. En clásico sí hay mujeres que construyen y otras que ayudan a sus parejas a lijar o a hacer algunas partes de los instrumentos”.

UNA CARRERA DE LOGROS

Daniel López cuenta entre sus logros —cuando apenas iniciaba— haber restaurado un chelo cuya tapa le entregaron hecha pedacitos dentro de una bolsa. También fue invitado como laudero y músico tradicional con carácter de investigador por el Departamento de Etnomusicología de la Universidad de California en Santa Bárbara, en Estados Unidos; en 2010 creó la guitarra veracruzana, tomando como base la vihuela española y la guitarra barroca, para la forma, y la laudería jarocha para hacer la cabeza, el brazo y la caja; la caja agregada la puso con madera y técnica de construcción de guitarra.

“Es una guitarra excavada, con el cuerpo de una sola pieza pero hecha para funcionar como guitarra clásica. Hice la primera en 2010 y ya he vendido 14, porque es un instrumento más pequeño, más resistente que una guitarra, pero con la misma funcionalidad”, explica.

“Yo no dedico mi tiempo a la laudería, le dedico mi vida”, afirma quien dejó atrás la promoción del son jarocho y a su grupo Híkuri para dedicarse al 100 por ciento a lo que tanto le apasiona.

Dice sentirse muy motivado por saber que músicos con mucha movilidad tocan instrumentos elaborados por él, como Alejandro Marcóvich, Marcelo González, Mauricio Díaz “el Hueso” y Ramón Gutiérrez, de Son de Madera, quien también construye pero decidió comprarle a él: “Es un gran orgullo. Detallitos así me hacen reafirmar que a esto vine al mundo”.

Xalapa, Ver.- Proveniente de una familia de carpinteros de Cosamaloapan, Veracruz, Daniel López aprendió desde chico a diferenciar una madera de otra, pero sus intereses cuando era un jovencito estaban centrados en la antropología, y también en la música. Por eso llegó a Xalapa, donde descubrió su verdadera vocación, la laudería.

En entrevista, sentado en un banco, entre herramientas, jaranas, violines, una viola antigua y dos guitarras veracruzanas a punto de ser terminadas, hace un recuento para decir orgulloso que ya tiene 31 años dedicado a la construcción de instrumentos musicales de cuerda.

Durante siete años, él estudió y practicó en el Taller de Laudería de la Universidad Veracruzana, y para 1989 ya tenía su propio negocio, donde además de la construcción, también restauraba instrumentos. Hoy ya son excepcionales los casos en los cuales acepta restaurar. Él prefiere manufacturar. ¡Son más de 25 instrumentos los que puede hacer! Elabora clásicos, de época, populares y tradicionales, mexicanos y del mundo.

¿Pero cómo supo a qué quería dedicar su vida? Daniel era afecto al son jarocho y empezó a tocar jarana, pero después quiso aprender requinto, sin embargo no contaba con el suficiente dinero para comprarse uno, así que ideó copiar uno que su tío tenía.

Ya sobre la marcha yo quería entender por qué matemáticamente se daba de determinada manera la división de los trastes. Empecé a investigar y no encontré nada. Por esa inquietud y otras más, llegué al Taller de la UV, atendiendo el consejo del músico Roberto Guevara. Allí, con los maestros Octavio Aranda y Antonio Amezcua, se hacían instrumentos clásicos, pero al principio a mí me dieron oportunidad de hacer jaranas, y desde ese momento hasta ahora, mi objetivo es aprender y ampliar el conocimiento

Con una gran sonrisa, el lutier comparte algunas anécdotas. Sobresale la de la inauguración de su propio espacio, un festejo que describe como muy divertido y lleno de parabienes. La gran sorpresa vino cuando tenía que trabajar. ¿Cómo lo haría si no tenía las herramientas? De 1996 al año 2000 laboró con herramienta que él mismo se hacía, y para 2003 ya tenía clientes de Estados Unidos a quienes en lugar de pedirles efectivo, les solicitaba que le compraran herramientas o materiales. Aunque los tiempos han cambiado, comparte que aún hay ocasiones en las cuales recurre a esos tratos, cuando necesita algo muy especializado de importación.

MADERA

Con respecto a las maderas que emplea, expresa sentirse privilegiado de vivir en México, pues como son muchos los instrumentos que crea, requiere una gran variedad.

En el país, afortunadamente, tenemos un catálogo muy amplio. Para los instrumentos jarochos utilizo madera de la región de Cosamaloapan, ya que gracias a que provengo de familia de carpinteros, tengo contacto con madereros. La madera tiene su proceso, y es largo. Yo la compro y la dejo secar mínimo cinco años; la ideal para mí es la que tiene de ocho años en adelante

Foto: Jesús Escamiroza | Diario de Xalapa

En cuanto a las jaranas, comparte que usa cedro y alguna madera dura de la región de Los Tuxtlas.

COSTOS

Aguardar tantos años para poder trabajar la madera, buscar siempre la calidad y entregar un excelente instrumento son algunas de las misiones de Daniel López. Él busca que el costo no se eleve tanto, no obstante, apunta que necesariamente sucede por el mismo material y el cuidado que pone en la construcción.

“He invertido muchos años, mucho trabajo y mucha investigación, y todos los días estudio. Nunca he creído que ya sé todo. Siempre hay alguien que sabe más, por eso me esmero en hacerlo mejor cada vez. No puedo vender instrumentos económicos. Le vendo a músicos que ya saben el valor y hacen el esfuerzo. Saben que con un mejor instrumento van a desarrollarse mejor. Yo hago herramientas para artistas. Con un buen instrumento también habrá una expresividad mayor, se podrán lograr cosas mejores y el artista puede realmente proyectar lo que quiere”.

Detalla que una guitarra clásica la puede hacer desde los 18 mil pesos y en adelante, pero es para estudiar la carrera profesional de unos 10 años.

XALAPA, VALORADA POR SUS LAUDEROS

¿El trabajo de un laudero es valorado por la sociedad? El investigador expone que más allá de los músicos, en general, es escasamente conocido.

La gente que no está relacionada directamente con la música no tiene mayor interés, pero en Xalapa, Coatepec, Xico y Teocelo ha habido periodos en los que hemos llegado a ser hasta 12 lauderos de violines. En el país sí se conoce a Xalapa y la región como un centro laudero importante, pero aquí mismo, no

Además, asegura que si se cuenta a quienes solo hacen jaranas, el número de lauderos aumenta considerablemente.

“Ahorita hay muchos jóvenes que se interesan, desgraciadamente, pocas mujeres. Dentro del son jarocho, no me atrevo a decir que no hay, pero yo no conozco a ninguna. En clásico sí hay mujeres que construyen y otras que ayudan a sus parejas a lijar o a hacer algunas partes de los instrumentos”.

UNA CARRERA DE LOGROS

Daniel López cuenta entre sus logros —cuando apenas iniciaba— haber restaurado un chelo cuya tapa le entregaron hecha pedacitos dentro de una bolsa. También fue invitado como laudero y músico tradicional con carácter de investigador por el Departamento de Etnomusicología de la Universidad de California en Santa Bárbara, en Estados Unidos; en 2010 creó la guitarra veracruzana, tomando como base la vihuela española y la guitarra barroca, para la forma, y la laudería jarocha para hacer la cabeza, el brazo y la caja; la caja agregada la puso con madera y técnica de construcción de guitarra.

“Es una guitarra excavada, con el cuerpo de una sola pieza pero hecha para funcionar como guitarra clásica. Hice la primera en 2010 y ya he vendido 14, porque es un instrumento más pequeño, más resistente que una guitarra, pero con la misma funcionalidad”, explica.

“Yo no dedico mi tiempo a la laudería, le dedico mi vida”, afirma quien dejó atrás la promoción del son jarocho y a su grupo Híkuri para dedicarse al 100 por ciento a lo que tanto le apasiona.

Dice sentirse muy motivado por saber que músicos con mucha movilidad tocan instrumentos elaborados por él, como Alejandro Marcóvich, Marcelo González, Mauricio Díaz “el Hueso” y Ramón Gutiérrez, de Son de Madera, quien también construye pero decidió comprarle a él: “Es un gran orgullo. Detallitos así me hacen reafirmar que a esto vine al mundo”.

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